Viveros en cuarentena: un sector que no vende, pero tampoco puede dejar de trabajar

Esperan poder activar el servicio de delivery. Señalan que en Bariloche las restricciones son mayores y que la situación se ha destrabado en otros puntos del país.

A la espera de los permisos para comenzar con las ventas a domicilio desde la próxima semana, los viveros de Bariloche están al límite de la supervivencia, ya que aun con la prohibición absoluta de comercialización, debieron mantener su ritmo de trabajo puertas adentro, porque las plantas requieren atención diaria y hay tareas estacionales de riego, fertilización y “reenvasado” que son imposibles de postergar.

Cecilia Hobich tiene su vivero sobre el kilómetro 3 de la avenida Bustillo y trabajó sola los primeros 15 días de cuarentena pero luego debió convocar a sus empleados porque la tarea es mucha y no se puede desatender. “En otoño se hacen las estacas para reproducción de las herbáceas -dijo a modo de ejemplo-. Hay que seguir con un mantenimiento permanente para no perder la producción y para tener stock en la primavera”. Aun así, los viveros debieron tirar plantines de flores y otros productos, ante la imposibilidad de vender.

Su colega Guillermo Doll, propietario del vivero forestal Bosques Patagónicos (en el barrio Las Chacras), dijo que para él la temporada fuerte empieza el 1 de junio y no puede abandonar los preparativos. En su caso, se especializa en la provisión mayorista de otros viveros y en insumos para jardineros y paisajistas.

La asistencia a los viveros desde la estación local del INTA está a cargo del ingeniero en Recursos Naturales Ariel Mazzoni, quien dijo que la parálisis de los viveros por la cuarentena “es un problema muy grande a nivel nacional”, pero en Bariloche las restricciones fueron todavía mayores. Al punto de que la venta por delivery nunca se cortó en otras localidades, por ejemplo en la vecina Dina Huapi.

Mazzoni dijo que “la actividad se fue destrabando en muchos lugares” y hay algunos municipios como Moreno (Buenos Aires) donde ya cuentan con protocolos para trabajar con atención al público.

Admitió que en Bariloche el daño al sector fue grande porque “el municipio no pudo entender” la necesidad de permitir alguna modalidad de venta para los viveros.

Hace diez días tuvieron un vía libre para hacer delivery, como otros rubros, pero sólo duró un par de días, hasta que se restituyó la prohibición. Mazzoni señaló que en toda la ciudad hay unos 15 viveros en actividad con habilitación comercial y seguramente una cantidad similar que funcionan de modo informal.

Como las veterinarias

El técnico del INTA subrayó que mientras las veterinarias nunca estuvieron cerradas y se les permite hacer entrega a domicilio de alimento para mascotas, los viveros están prohibidos, a pesar de que “ambos trabajan con seres vivos”. Explicó que las plantas de los clientes habituales de los viveros necesitan agroquímicos, fertilizantes y “algún fungicida”, pero la venta está vedada. “Lo estamos transmitiendo a quienes toman las decisiones y hasta ahora no se entendió”, dijo el especialista.

Señaló además que desde el Estado “se fomenta la agricultura familiar y hay una contradicción grande, porque los agricultores necesitan semillas, pero la fuente lógica de provisión que son los viveros, están cerrados”.

Según Mazzoni, la actividad de mantenimiento de las plantaciones es una de las que está exenta en cuarentena, como otras agropecuarias, “pero todos los productos asociados deberían liberarse también”. Las prohibiciones de comercializar dejan sin insumos a los encargados de mantener jardines y espacios verdes, cuando hay labores estacionales que no pueden esperar. “Una autoridad municipal no debería atribuirse el derecho de cerrar estos suministros, no tiene ninguna lógica”, opinó.

Mazzoni dijo además que la actividad de viveros “es de bajo riesgo,porque se realiza en ambientes abiertos y el distanciamiento se puede asegurar sin problemas”.

Agregó que la entidad que los agrupa a nivel nacional elaboró un protocolo para el cultivo, transporte y manejo de plantas que está aprobado por el ministerio de Agricultura.

Hobich dijo que el perjuicio es grande y que muchos de sus clientes habituales se comunican por ejemplo porque tienen una plaga en los rosales, propia de la época, pero no les puede vender productos para curar. La prohibición que lleva ya un mes y medio y dejó a los viveros en situación crítica comenzaría a relajarse recién el lunes.


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