Los camiones chilenos que cruzan la Patagonia en plena cuarentena

Unen Santiago con Punta Arenas a través de Argentina. Con estrictas medidas de higiene y con normas que cambian según la provincia, el aislamiento los obligó a adaptarse.

El aroma al sofrito de la cebolla impregna la enorme caja del camión vacía. En el extremo, con las puertas abiertas, Mauricio Ocares montó una cocina improvisada con un calentador. Son las 17 pero ese revuelto de zapallitos será el almuerzo, antes de que un patrullero de la Policía de Neuquén acompañe a la caravana de camiones chilenos por la ruta nacional 40 para que atraviesen Villa La Angostura y de allí, al día siguiente, avancen por el paso internacional Cardenal Samoré.

Los camiones de Chile que transitan por la Patagonia nunca detuvieron su paso. La cuarentena obligatoria en Argentina y el cierre de fronteras que rige desde hace más de un mes, no afectó la circulación de los transportes de mercancías que llegan hasta Punta Arenas, en el extremo sur del país trasandino.

La excepción establecida por el Gobierno nacional no está ajena a polémicas, sobretodo en Villa La Angostura, la ciudad neuquina ubicada a solo 42 kilómetros del paso fronterizo, que recibe el tránsito de camiones de carga por el medio de su ejido urbano. Un viejo reclamo que con la cuarentena por el coronavirus tomó mayor dimensión y llevó a la municipalidad a restringir la circulación de camiones extranjeros, que solo pueden pasar de noche, de 20 a 8.

La cuarentena motivó cambios también para los camioneros que hacen la ruta Chile-Chile. “Este es nuestro almuerzo, para llegar acá a la tarde venimos manejando sin parar 10 horas desde el sur de Chubut. Anoche paramos en Coyhaique (Chile) a cenar y cruzamos a Argentina. A la medianoche nos acostamos a dormir en la ruta y arrancamos temprano, si no, no llegamos a estar esta noche en espera para cruzar Samoré”, cuenta Mauricio, que lleva 20 años arriba del camión. La comida “es el rejunte de todo lo que nos quedó, antes de pasar la frontera y que el Servicio Agrícola nos saque todo”, dijo entre risas.

Mauricio Ocares cocina el almuerzo en la una improvisada cocina en la caja del camión. Foto: Alfredo Leiva

Desde la caja del camión Mauricio conversa con Guido Vera y Marco Delgado, dos colegas que hacen el mismo trayecto. Los tres llevan tapabocas y mantienen los cuidados esenciales tras bajarse de los camiones en la ruta 40, a pocos metros del límite entre Neuquén y Río Negro. Es un momento de distensión, de charla y de estirar las piernas. Cada uno viaja solo en el camión en un trayecto que les demanda tres días, entre Santiago- Punta Arenas.

Por las nuevas exigencias de aislamiento y prevención, los camioneros de Chile no pueden detenerse en ninguna ciudad argentina y tampoco bajar de la cabina. Si cargan combustible tiene que hacerlo sin descender y deben traer sus alimentos para todo el viaje desde su origen. Un convenio binacional dispuso paradores exclusivos a lo largo de la ruta 40.

En la región pueden detenerse solo en el paso fronterizo, a pocos metros del puente del río Limay, en territorio neuquino, y antes de El Foyel, en Río Negro. Sanitarios y duchas, recién tienen en Santa Cruz y no saben hasta cuándo estarán permitidos.

Esto afecta a todos. La gente teme que los contagiemos porque venimos de Chile y nosotros también tenemos miedo, nos cuidamos mucho para protegernos y cuidar a nuestras familias”, dijo Mauricio en alusión a algunas reacciones contrarias al paso de camioneros trasandinos. “Hasta el momento no hay ningún camionero con coronavirus”, acota Guido Vera, el más joven de los hombres, con 7 años de experiencia en la ruta internacional, quien hace un pedido a la sociedad en general de cuidarse y respetar las medidas de prevención.

Mauricio Ocares y Guido Vera, trabajan para la misma empresa y cada uno conduce un camión en la ruta Chile-Chile. Foto: Alfredo Leiva

En el camión, además del tapabocas, cada uno lleva alcohol en gel y toallas húmedas. “Me han tomado la temperatura más veces que cuando era guagua”, ironiza Mauricio en alusión a los controles sanitarios que se realizan a los camioneros en diversos puntos del recorrido. En Samoré además completan una declaración jurada y allí, al igual que en Muelle de Piedra en el otro extremo de Villa La Angostura, se desinfectan los camiones con agua y cloro.

“No nos podemos bajar en ningún lado y hay pueblos donde tenemos que estar parados una o dos horas esperando una escolta policial para poder pasar”, grafican.

Extrañan la carne argentina, habitual en los paradores de ruta a donde estaban acostumbrados a parar para comer.

“El trabajo bajó, hay fábricas que en Santiago están a media máquina y no tenemos tantos viajes. Eso afecta nuestros ingresos porque tenemos un sueldo base y el resto es un porcentaje de la vuelta”, cuenta Marco Delgado, este camionero que empezó como mecánico en su Panguipulli natal y luego tomó el volante, hace 14 años.

Los camiones chilenos esperan en la ruta 40 que la Policía de Neuquén los acompañe hasta el acceso a Villa la Angostura. Foto: Alfredo Leiva

Los tres camioneros coinciden en un problema común que es que no les llega la información. “Es complicado cuando nos cambian las reglas del juego sin avisar, la falta de información nos afecta. Hay cambios de disposiciones y cada provincia de Argentina, así como regiones de Chile, tiene lo suyo, pero nosotros no tenemos como enterarnos porque llevamos dos o tres días arriba del camión”, relata Mauricio.

“Lo que menos queremos es tener problemas con la gente”, aseguran antes de emprender el viaje escoltados por la policía para acercarse al paso fronterizo.


La Angostura tiene más restricciones que Río Negro


Villa La Angostura, Dina Huapi y El Bolsón son las tres ciudades de la región por la que la ruta nacional 40 cruza su ejido urbano. En Bariloche la traza rodea la ciudad por una Circunvalación por lo que no deben ingresar los vehículos de carga.

En Villa La Angostura hay una resistencia al cruce de camiones chilenos desde hace años. Parte de la población reclama al Gobierno nacional que el paso Samoré, ubicado a solo 42 kilómetros de la localidad, sea solo de tránsito turístico pero no encuentra eco en su petición.

Con la cuarentena y el cierre de fronteras el malestar creció. El intendente Fabio Stefani dispuso una restricción horaria. Los camiones chilenos solo pueden atravesar la ciudad a partir de las 20 y hasta las 8 de la mañana, con acompañamiento de fuerzas de seguridad y previa desinfección de los vehículos.

A nivel municipal o provincial no se puede disponer el freno a los camiones trasandinos porque se trata de un acuerdo binacional y la traza de una ruta nacional. Solo una orden del Gobierno nacional podría impedir la circulación.

Guido Vera desinfecta su calzado antes de subir al camión para seguir viaje rumbo al paso Samoré. Foto: Alfredo Leiva

Los puntos de control y desinfección están en el paso Samoré para los que ingresan al país y en Muelle de Piedra para quienes provienen del sur y pretendan acceder a la ciudad. Allí bomberos arrojan agua con cloro.

El horario establecido para la circulación de camiones coincide con el aislamiento estricto de la población.

En Dina Huapi no hay disposiciones específicas para los camiones. “Tienen instrucciones de no parar y los inspectores municipales controlan que ningún camionero baje de la cabina ni se detenga en la ciudad”, explicó el jefe de Gabinete, Armando Capó.

El funcionario admitió que hay un “reclamo permanente de la población porque ven pasar muchos camiones a la tardecita o noche pero la realidad es que pasan todos juntos por el horario dispuesto en Villa La Angostura”, dijo y descartó que haya un incremento del tránsito de estos vehículos.

Capó consideró que la situación de Dina Huapi es diferente deLa Angostura por la distancia de las viviendas de la traza por donde circulan los camiones.

En Bariloche no hay ninguna medida particular porque el paso de los camiones es por Circunvalación y es una zona donde no hay población próxima.

En El Bolsón, se dispusieron horarios de ingreso, de 9 a 16, previa desinfección de los camiones y constatación de que el conductor cumple con el certificado de circulación, las medidas de prevención y la libreta sanitaria. Los chilenos son escoltados por fuerzas de seguridad para atravesar el poblado.


En la ruta, solo con «descansos autorizados»


Un convenio binacional permite desde la década del 70 el transporte en la ruta conocida como “Chile-Chile” que sale de Santiago, cruza por el paso Samoré y atraviesa toda la Patagonia por las rutas nacionales 40 y 3.

Los camioneros de Chile deben usar tapabocas. No pueden detenerse en ninguna ciudad argentina. Foto: Alfredo Leiva

Ante la pandemia del coronavirus, los consulados generales de Chile en Bariloche y Río Gallegos, en la circular 3, informaron disposiciones sanitarias estrictas para los camioneros como la prohibición absoluta de detención en centros urbanos, de hacer compras en ninguna parte del trayecto y de descender del vehículo cuando se carga combustible.

Indica además el uso obligatorio de barbijo o cubreboca y sugiere la utilización de guantes y desinfectante.

Los descansos aislados autorizados en la ruta 40 (en la región norte de la Patagonia) son la barrera aduanera argentina en el resguardo El Rincón (paso Samoré), la recta norte del río Limay (a unos 200 metros del puesto de Gendarmería Nacional en el límite interprovincial) y la llamada “recta de Lewis”, en El Foyel, a 30 kilómetros de El Bolsón.

Los camiones chilenos tienen un punto de descanso en la ruta 40 a metros del límite entre Río Negro y Neuquén. Foto: Alfredo Leiva

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