Vivir a orillas del Limay

Desde su confluencia con el río Neuquén hasta el límite con Plottier se constituye una línea de desarrollo urbano compuesta por barrios residenciales y privados. Aquí una aproximación a sus casas, sus diseños y su vinculación con el entorno.

DISEÑO

El escenario no se diferencia de otras zonas rurales del Valle, donde en tierras antes productivas ahora se configuran espacios residenciales. Los recorrimos de la mano de algunos arquitectos locales que construyen obras allí y conocen las características de ese corredor. En este caso la línea de desarrollo, entendida como el aprovechamiento de un área unida por alguna conectividad, es el río Limay. Pero no es continuada sino que se ve interrumpida por brazos del río, tierra ganada y chacras que siguen produciendo. Hemos podido contabilizar alrededor de 22 desarrollos urbanos, entre ellos: La Castellana, Costa Nogal, Sauces del Limay, Lagunas del Limay, Lomas del Limay, Los Álamos, Arboleda Vieja, La Zagala, La Peregrina, Don Liliano, Costa Río, Costa Azul, Altos del Limay, Los Nogales y Dos Ríos. Ahora bien, el arquitecto Marcelo Alimenti comenta que estos nuevos emprendimientos urbanos, en zonas donde se producían frutas y hortalizas, suponen un gran desafío para quien diseña. Por un lado, sostiene Alimenti “la oportunidad de construir viviendas aisladas, en grandes terrenos y en contacto directo con el piso natural”. Y por el otro, la necesidad de intervenir tratando de no ocultar la historia del lugar, que nos ha identificado y lo sigue haciendo, como valletanos en el contexto nacional. El profesional insiste en que, si es inevitable ocupar tierras productivas, es necesario tener presente esa historia y reflejarla tanto en el diseño de las urbanizaciones como en las viviendas. Por su parte, la arquitecta Paula Polich afirma que muchos de los tipos constructivos de la zona señalada no se adecuan a la situación de cercanías al río. “Deberíamos empezar a pensar que vivimos y proyectamos con esta situación y comenzar a construir y diseñar teniendo en cuenta esto. El río conlleva crecidas e inundación, deberíamos tenerlo en cuenta”, concluye firmemente Polich. Líneas simples ¿Cómo resolvió esta profesional un proyecto en la zona? Ponemos el foco ahora en esta vivienda que ocupa una parcela en el barrio privado La Zagala, al sur de Neuquén capital, aledaña al Limay. Un cuadrado define la caja con el volumen de la escalera de un solo tramo, organizando la vivienda en torno a ella. Se le planteó al cliente una casa simple, con pocas paredes y con muebles de placa de yeso que terminarán de formar los espacios que organiza la escalera. La búsqueda es moderna en cuanto a la definición de espacios, elección de los elementos estructurales, identificación de planos puros y la búsqueda de los tercios en el diseño y no la simetría. Es un sistema constructivo tradicional, con estructura de vigas invertidas para lograr la conformación de los planos de piso y cielorraso, especialmente en el comedor y con columnas metálicas que le dan la esbeltez y fluidez que ese espacio necesita. Según la orientación de cada ambiente, se definieron las aberturas que responden al diseño total. Hacia el noreste la puerta-ventana del dormitorio principal lleva a una terraza. También en el frente se empieza a armar una pérgola que filtra los rayos solares del mediodía. Hacia el oeste, una galería en planta baja que arma un deck y ventana a ras del piso para que ingrese la luz rojiza del atardecer y llene la habitación principal de ese color sin encandilamientos y molestias para la vista. Las ventanas están diseñadas en tercios, 2/3 vidrio fijo y 1/3 de abrir, esto rompe la simetría de las mitades. Las restantes aberturas son el remate de circulaciones o el acompañamiento en las distintas situaciones de estar. En la parte social, comedor-estar, las columnas son metálicas y liberan la carpintería, que continúa toda la vuelta por fuera de la estructura. INTEGRADA AL ENTORNO Ahora es el turno de Sebastián Dromáz y Marcelo Alimenti y su obra ubicada en el barrio Sauces del Limay. “Si tuviéramos que definir este hogar, se podría decir que la intervención de los usuarios y la interpretación de sus necesidades fue oportuna”, afirma Alimenti. Definen la casa una barrera de viejos álamos al oeste (recuerdo vivo de los cuadros de las chacras), unos pocos y viejos árboles frutales en su frente norte y el límite de los cercos vivos de las casas linderas hacia el sudeste. Las necesidades a cubrir por el diseño eran: estar, comedor, cocina. Más un dormitorio en suite, servicios y guardado. También un lugar de trabajo dedicado a tareas de informática para ambos propietarios, pero separados entre sí. La intervención fue austera. Se decidió no tocar la vegetación presente y conservarla a modo de memoria y resolver con dos volúmenes simples y mínimos: uno en forma de “L” en planta baja, que contiene un gran espacio para el estar, comedor y la cocina en una de sus alas; en el otro cuerpo se aloja el dormitorio en suite y la escalera que lleva a la planta alta. Arriba, se ubicó el escritorio en un volumen muy simple, que a modo de contenedor marítimo parece como “abandonado” en el techo de la vivienda. Dice Alimenti: “En cada uno de sus extremos le practicamos un calado angosto pero que dobla en las esquinas y le da forma a las ventanas de los dos estudios particulares para cada uno de los propietarios”. La planta baja que aloja la vida cotidiana se conecta con grandes ventanales a los espacios abiertos y naturales que conforman el espíritu de estos emprendimientos. El cerco vivo que delimita las parcelas solo divide los lotes pero no limita las vistas, que en estos lugares siempre llegan a las lejanías y casi siempre son verdes. Desde las ventanas horizontales y apaisadas de la planta alta se refuerza la vista larga y a la vez su estrechez y oscuridad del vidrio generan la suficiente privacidad interior. Respecto del resto de la cubierta plana sobre planta baja, aclara el arquitecto: “Espera, en un futuro no muy lejano, ser la terraza que nos invite a mirar a nuestro alrededor desde una altura parecida a la de los árboles aledaños”.

La propuesta de entrada de luz natural se extiende en este tipo de construcciones.

María Emilia Pugni Reta mariaemiliapugnireta@rionegro.com.ar


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