Catritre y Quila Quina, dos clásicos del verano en San Martín de los Andes

San Martín de los Andes tiene todo lo que debe tener para pasar un verano increíble. Acá dos paseos que nunca pasan de moda para disfrutar del lago en los días de altas temperaturas.

¡Qué indo es San Martín de los Andes! Es hermoso en cualquier época del año pero si pasaste algún verano sabes de lo que hablo. Atardeceres mágicos en los que el sol se va escondiendo entre las montañas, el lago con destellos dorados, el aire que te refresca la piel y el cielo de un celeste limpio, aunque sean casi las 10 de la noche.  

Como muchos lugares de nuestra amada cordillera San Martín de los Andes tiene todo lo que debe tener para pasar un verano increíble: paisajes impresionantes, propuestas de actividades al aire libre, un clima agradable y un ambiente tranquilo para relajarse.  

Dentro de las variadas propuestas hay dos paseos clásicos, que no pasan de moda. Ambos son cercanos al caso urbano y los más elegidos tanto por los turistas como por los locales este verano: Catrite y Quila Quina.  

Catritre, una bahía amplia  


Ubicado sobre el lago Lácar y dentro del parque nacional Lanín, es el balneario más próximo a la ciudad. Tiene una espléndida bahía ideal para pasar el día, con áreas de picnic, acampe, proveeduría y restaurante. 

Para ir a Catritre tenés que tomar la Ruta 40, conocida como el camino “De los Siete Lagos” que lleva a Villa La Angostura. El balneario está a sólo cinco kilómetros de la ciudad, por ruta pavimentada. 

En el camino vas a tener las primeras vistas del lago Lácar, como si te fuera acompañando en trayecto, al fondo la cordillera hermosa y a la derecha hacia atrás, el pueblo, que se “mete” entre las laderas del cerro Bandurrias.  

Recorridos esos cinco kilómetros hay un área de servicios.  A la izquierda está el acceso a un complejo turístico de tiempo compartido y una hostería, a la derecha. Antes vas a ver el desvío que conduce, tras un abrupto descenso, hasta la playa.  

El camino es sinuoso y en algunos tramos irregular. El estado no es el mejor pero si vas con precaución, a baja velocidad y respetando las indicaciones, llegás bien. También podés bajar caminando o en bicicleta.  

Al final del camino una de las opciones es el camping organizado, con restaurante abierto todo el año. Tiene un área recreativa para pasar el día donde te cobran el estacionamiento del auto $5.000. Tanto en el restaurante como en la entrada solo se puede pagar en efectivo. Es importante sobre todo si querés agua caliente o te tentaste con unas tortafritas recién hechas. La otra opción es a la izquierda, cruzar un puente sobre el arroyo y seguir hasta el camping Lolen. Es agreste, pero tiene buena sombra.  

Quila Quina, una península para recorrer a pie 


Quila Quina es una península, y el camino permite recorrerla en pocos kilómetros para disfrutarla a pleno. Está ubicada a 18 kilómetros de la ciudad, sobre la margen sur del lago Lácar.  

Para llegar hay que tomar la Ruta 40. Una vez que pasás la entrada a Catrite tenés que seguir un kilómetro más y, también a la derecha, está el desvío que conduce a Quila Quina. 

El camino sube desde los 640 m.s.n.m hasta los 900 metros, a través de un bosque de robles hermoso. Es de ripio consolidado, sinuoso y de montaña. A un lado y al otro vas a ver las casitas de los pobladores, con cercos de palos, corrales con animales y huertas familiares. El humo de las cocinas económicas escapando por las chimeneas es una constante. 

Es importante tener mucha precaución al volante ya que en buena parte el trayecto se vuelve angosto. Todo el tramo tendrás unas vistas únicas de las montañas y del lago extendiéndose abajo.  

Hay dos miradores naturales. La recomendación es estacionar, bajar del auto y maravillarte con las vistas. Hay un puestito ubicado al costado del camino donde ofrecen artesanías en madera.  

Ya al término del camino está el ingreso al Parque Nacional Lanín. La entrada general es de $20.000; residentes nacionales pagan $7.000; residentes provinciales, $5.000, y estudiantes $5.000.  

Antes de llegar a la Villa, a mano izquierda hay un estacionamiento y el ingreso a la cascada del Arroyo Grande, a unos 500 metros por un sendero de fácil tránsito peatonal.  

Si seguís por el mismo camino te encontrás con la cartelera informativa de los servicios del lugar. Hay camping organizado con restaurante, camping agreste, área recreativa diurna, y el muelle con confitería, servicios sanitarios (impecables, siempre hay una persona encargada de la limpieza, dejar propina) y alquiler de actividades náuticas.  

Podés aprovechar para mirar los puestos de artesanos ubicados antes de ingresar al muelle donde podés encontrar además de las clásicas cucharas de madera, frutos secos para infusión, dulces, collares y pulseras.

Si querés comer algo para acompañar el mate, la docena de tortafritas sale $10.000 y un paseo en kayak doble (suben dos personas) de una hora cuesta $18.000.

La arena de la playa invita a poner en pausa el mundo y darse un baño en las refrescantes aguas del balneario. También podés visitar la fuente de agua mineral carbonatada naturalmente, un fenómeno geológico que se complementa con nuevas panorámicas de la villa y el lago. 

Opción de caminata corta


También podés seguir el camino de la derecha hasta el mirador del cerro Abanico. Es impresionante ese macizo rocoso que cae en picada al lago. Nunca me canso de mirarlo.  

Después vas a pasar por la escuelita rural de la comunidad mapuche (ciclo lectivo setiembre/mayo) hasta llegar a la playa La Puntilla, que tiene parador y servicio de guardavidas.  

Al final, está el puente sobre el arroyo Grande y el camino que lleva hasta las áreas de acampe y el resto de las casas de los pobladores. Desde ahí podés volver tomando el camino a la izquierda. Son 700 metros de vuelta al lago. Vas pasar por algunas casas residenciales, la seccional del guardaparque, y una larga alameda al borde del camino, para llegar nuevamente al lago. 

Ir en lancha


También podés ir a Quila Quina en lancha. El traslado cuesta $45.000 (ida y vuelta) y dura 30 minutos. Es una linda experiencia que comienza en el Puerto Lacar y regresa al mismo puerto tras navegar por las cristalinas aguas del lago (Consultá horarios.Las salidas están sujetas a condiciones climáticas favorables y a un mínimo de pasajeros. El precio no incluye la entrada al Parque Nacional Lanín).  


¡Qué indo es San Martín de los Andes! Es hermoso en cualquier época del año pero si pasaste algún verano sabes de lo que hablo. Atardeceres mágicos en los que el sol se va escondiendo entre las montañas, el lago con destellos dorados, el aire que te refresca la piel y el cielo de un celeste limpio, aunque sean casi las 10 de la noche.  

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