¿Padecés náuseas y mareos cuando viajás? Consejos para que la llegada a Patagonia sea placentera

El fin de semana largo, querés ir a la cordillera pero el viaje lleno de curvas puede ser desagradable si sufrís de mareos.

Salir a pasear te parece el mejor plan para el fin de semana largo, pero lo padecés en la ruta, en el avión o cuando te subís a una embarcación. Sentís náuseas, vómitos y mareos, vas con los ojos abiertos como el dos de oro, no te relajás un segundo y te duele la cabeza. No sos el único al que le pasa, los síntomas del mareo del viajero o cinetosis son varios y te damos algunos consejos, para que no sea tan molesto.

Nadie sabe bien cómo surge la cinetosis. Una teoría, sostiene que los mareos surgen porque la percepción de los ojos no se condice con las señales de otros órganos sensoriales, como por ejemplo el órgano del equilibrio en el oído interno.

El profesor Thomas Küpper, especialista en medicina del viajero de la clínica universitaria RWTH de Aquisgrán, en Alemania, destaca que esto puede pasar en un barco: debido a las olas, el cerebro recibe del órgano de equilibrio la señal “aquí hay mucho movimiento”, pero, dentro del camarote, los ojos indican “el cuarto no se está moviendo”.

El estómago no es el problema. Estas informaciones contradictorias que generan una sobreestimulación y con ello las náuseas.

Conducir es la mejor forma de evitar el mareo. 

Náuseas de viaje


La probabilidad de sentirse mal varía de acuerdo con el medio de transporte y según Küpper, es más alta si viajás en colectivo. Le siguen viajar en auto y en tren, y en último lugar está viajar en avión.

Lo que se ve por la ventanilla del avión está tan alejado de la realidad que se tiene la sensación de estar quieto. Esto hace que el cerebro se confunda menos.

Lo bueno es que hay trucos para evitar los mareos. Primero, hay que elegir bien el asiento. Lo ideal es sentarse adelante en el auto y el autobús, mientras que en el avión o el barco se recomienda el medio.
A quienes se descomponen en el avión, Küpper recomienda seguir los movimientos del mismo si uno siente malestar.

Si se viaja en auto, en el asiento del acompañante o en el trasero, lo mejor es mirar un punto fijo en el horizonte y hacer algunas pausas al aire libre. Pero lo más importante es no mirar el celular ni leer.

Los alimentos muy pesados y muy grasos deberían quedar fuera de la mochila si vamos a viajar y tenemos tendencia a marearnos.

A los adultos, puede ayudarlos concentrarse en conversaciones para no pensar en los mareos. Y si podés manejar, quien conduce no suele sentir mareos porque debe concentrarse en la tarea de conducir.

Si nada de esto funciona, los medicamentos pueden ser de ayuda, un poco antes de viajar o durante el viaje. Pero en ese caso, deberás consultar a tu doctor.


“Mamá, papá, voy a vomitar”


Los niños, sobre todo entre los cuatro y los diez años, son especialmente susceptibles a marearse en los viajes. Las conexiones del cerebro aún no están listas y eso hace que reaccionen con aún mayor sensibilidad a los problemas de información.

Se suma que el asiento trasero del auto representa un mayor riesgo de sentir mareos para los niños. En esos casos, indica que puede ser de ayuda distraerlos con juegos, como “Veo veo, ¿qué ves?”, señalar lo que hay en el paisaje, los colores de los autos, cantar.

Muchos niños se marean cuando viajan y lo pasan mal.

En viajes cortos es mejor que no coma nada antes; si es largo es preferible que ingiera algo ligero. Hay que evitar hacer actividades que le obliguen a fijar la vista en un objeto cercano, como leer o jugar a videojuegos durante el viaje.

Lo mejor es una siesta. Hay que animar al niño a que se duerma, ya que durante el sueño no aparecen los mareos. Una buena ventilación es importante, así como evitar los olores fuertes.


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