Brasil 2026: el encantador pueblito con playas cristalinas y patrimonio colonial

A poco más de 250 km de Río de Janeiro, Paraty combina historia, playas hipnóticas y naturaleza virgen, convirtiéndose en una escapada ideal para disfrutar del verano brasileño lejos del turismo masivo.

Casco histórico de Paraty: calles empedradas, balcones coloridos y fachadas coloniales que conservan el espíritu del Brasil del siglo XVII.

Brasil sigue siendo un destino predilecto para los argentinos, pero más allá de Río de Janeiro o Florianópolis, hay rincones que sorprenden por su tranquilidad y belleza intacta. Entre ellos, un pequeño pueblo con calles empedradas y casas coloridas se perfila como la escapada perfecta para quienes buscan playas hipnóticas y aguas cristalinas.

A poco más de 250 kilómetros de Río de Janeiro, Paraty despliega su magia: más de 50 playas rodeadas de montañas y selva atlántica, un mar sereno y un casco histórico que conserva el espíritu colonial. Sus callecitas invitan a perderse, mientras los balcones con flores y las fachadas pintadas de colores vivos generan un paseo casi pictórico.

Fundado en el siglo XVII, Paraty no solo es Patrimonio Histórico Nacional, sino que desde 2019 ostenta también el título de Patrimonio Mixto de la Humanidad por la UNESCO. Cada rincón refleja la historia de un Brasil antiguo que convive con la creatividad actual, presente en su gastronomía, en los talleres de arte y en los festivales que animan la ciudad.

Iglesia de Santa Rita: construida en 1722, alberga el Museo de Arte Sacro y se convierte en un ícono histórico y turístico del pueblito.

Para quienes disfrutan de la arquitectura y la cultura, la Iglesia de Santa Rita es un imperdible: construida frente al mar en 1722, hoy alberga el Museo de Arte Sacro y se erige como una de las postales más reconocibles del pueblo. Muy cerca, la Casa de la Cultura, en una casona de 1754, ofrece exposiciones, talleres y eventos que celebran las tradiciones locales con un toque contemporáneo.

Pero Paraty también es naturaleza. El Saco do Mamanguá, un fiordo tropical único en Brasil, ofrece un paseo en barco que parece transportarte a otro mundo. Rodeado de selva y aguas tranquilas, es ideal para quienes buscan tranquilidad, fotografía y contacto directo con el entorno natural.


Playas hermosas en Paraty


El pueblo combina aventura y descanso. Se puede practicar kayak, senderismo por la Mata Atlántica o simplemente relajarse en playas casi desiertas, donde la arena blanca y el agua turquesa hipnotizan a cada visitante. Entre otras muchas playas en la zona está la Praia Vermelha, la mejor de la región para muchos, con sus contrastes entre la arena blanca y el verde profundo de la selva que llega a tocar casi el mar. El ambiente es de playa surfera y hay un restaurante.

Entre otras muchas playas en la zona está la Praia Vermelha, la mejor de la región para muchos

Más al sur, al otro lado de la península, está la playa de Trindade, junto a la espectacular piscina natural do Caixa D’aço, un paisaje que parece el escenario ideal de una película de aventuras. Más próximas a la ciudad de Paraty, están la playa de Pontal, en el mismo centro, siempre un hervidero de agitación pero con aguas cristalinas, y a unos 30 minutos andando, queda playa Jabaquara. Por otra parte, la playa de Ponta Negra es una verdadera joya playera escondida.

Para los que prefieren moverse, hay embarcaciones que conectan Paraty con islas cercanas y rincones poco explorados, una invitación a explorar a ritmo propio.

Paraty es de fácil acceso: se llega desde Río de Janeiro o São Paulo en cuatro a cinco horas en auto o colectivo, y también hay conexiones por barco desde localidades costeras vecinas. Así, este pueblito combina la historia, la naturaleza y la tranquilidad que muchos turistas buscan, ofreciendo un refugio caribeño dentro del litoral brasileño.

Playas paradisíacas: más de 50 playas con arena blanca y aguas cristalinas para relajarse o practicar deportes acuáticos.

Una vez en el pueblito, el centro histórico invita a recorrerlo a pie, descubriendo sus calles empedradas, balcones coloridos y tiendas locales. Los amantes de la bici también pueden alquilar una para recorrer el casco antiguo o sumarse a tours guiados que combinan historia y panorámicas de la ciudad de manera divertida y diferente.


Casco histórico de Paraty: calles empedradas, balcones coloridos y fachadas coloniales que conservan el espíritu del Brasil del siglo XVII.

Brasil sigue siendo un destino predilecto para los argentinos, pero más allá de Río de Janeiro o Florianópolis, hay rincones que sorprenden por su tranquilidad y belleza intacta. Entre ellos, un pequeño pueblo con calles empedradas y casas coloridas se perfila como la escapada perfecta para quienes buscan playas hipnóticas y aguas cristalinas.

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