Xavier Dolan, un favorito de la crítica que muestra su madurez
VENECIA, (AFP).- El nuevo niño prodigio del cine, el canadiense Xavier Dolan, 24 años, convenció ayer en el festival del cine de Venecia, con un intrigante thriller psicológico sobre identidad sexual, hipocresía y mentiras, titulado “Tom a la ferme” (Tom en la finca), ovacionado por crítica y espectadores. Dolan, protagonista, coguionista y hasta montador de su filme, una adaptación de la obra teatral de Michel Marc Bouchard, compite en Venecia con su cuarto largometraje, tras haber cosechado elogios y premios en Cannes desde su debut en el 2009 con “Maté a mi madre”. La nueva cinta de una de las promesas del cine mundial, que hasta ahora contaba amores imposibles, resulta una obra madura sobre los mecanismos íntimos y perversos de las relaciones no sólo amorosas. Confeccionado con un ritmo impecable, combinando suspenso, tensión y drama, Dolan confirma su notable talento cinematográfico. “Un filme irresistible”, lo calificó la crítica italiana, que lo considera entre los favoritos para el León de Oro, cuyo jurado está presidido por Bernardo Bertolucci y forma parte el chileno Pablo Larraín. La película narra la historia del joven publicista Tom, interpretado por Dolan, quien se encuentra profundamente deprimido por la muerte de su amante, por lo que resuelve ir a conocer a la familia de su compañero difunto, que vive en una finca, donde descubre que la madre no conocía la orientación sexual de su hijo y que estaba convencida de que mantenía una relación amorosa con una chica, Sarah. A partir de ese instante, Tom entra en un macabro juego de mentiras, amenazas y perversiones con el hermano de su novio, Francis, quien le exige que no revele la verdad a la madre de manera de evitarle otro sufrimiento. “Se trata de un juego peligroso. Asumir el papel de otro puede cambiar el propio yo. Mentir así enloquece a Tom”, explicó el cineasta. En la finca aislada en medio de las inmensas llanuras verdes del Quebec, entre campos de maíz con plantas tan altas y afiladas como cuchillos y una larga carretera de acceso a la ciudad, ingredientes bien dosificados a través de la eficaz banda sonora de Gabriel Yared, que oscila entre piezas clásicas y canciones modernas, el suspenso, el miedo, el desasosiego y la angustia reinan como en los mejores filmes de Hitchcock. “No pretendo innovar. Quería sólo contar la angustia de los personajes”, explicó Dolan, quien comenzó a dirigir filmes a los 18 años y admite sin problema que no ama revelar de donde saca sus ideas. “Para mí la influencia debe ser camuflada”, sostiene el realizador, quien es un admirador de cineastas como Pasolini, De Sica, Demme. Pocas veces en la historia de la Mostra veneciana ha sido seleccionado para la competición oficial un director tan joven, nacido en 1989, todo un récord desde que fue fundado el certamen en 1932. La prensa especializada recordó algunos de los concursantes más jóvenes, entre ellos Louis Malle, quien participó a los 26 años con “Les amants” en 1958, y a otros debutantes con menos de 30 años como Nanni Moretti y Emir Kusturica. “Quise contar la psicosis de varios seres humanos que quieren colmar su dolor”, resumió el cineasta, elogiado también por “Los amores imaginarios” (2010) y “Laurence anyways” (premio a la mejor actriz en Cannes 2012), quien rechaza que su filme quiera abordar explícitamente el tema de homosexualidad y de sus prejuicios. “Es sobre las dificultades para escapar del amor”, resumió el joven cineasta.
Xavier Dolan, en el centro, con los protagonistas de su filme.
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