Zozobra de los que habitan en el lecho del Arroyón

Perderán todo si desvían parte del río al Pellegrini. Les avisarán si hay que evacuar, pero igual se angustian.

EL ARROYÓN (ACE).- Los pobladores asentados en el cauce del desviador que sería inundado para evacuar el exceso de la crecida del Neuquén, viven estas últimas horas con zozobra y angustia.

No hay certeza de que el agua llegará y apuestan a que sea como en el 2006, cuando los peores pronósticos no se cumplieron y el canal no se abrió.

La mayoría de los habitantes que serían damnificados por la operación de emergencia fueron avisados (por el municipio, por bomberos o la policía) para que estén atentos porque los irán a buscar para ayudarles a evacuar «si se abre el desviador».

El desviador nace en el río Neuquén aguas arriba del dique Ballester y recorre unos 11 kilómetros hasta la desembocadura en el Pellegrini. Es una hondonada de construcción acanalada con fines de evacuación de exceso hídrico.

El ancho entre una y otra pared de contención es de entre 150 y 200 metros en algunos sectores y en el lecho mismo viven pobladores que llegaron hace pocos años, aunque hay otros que están desde hace más de dos décadas. No faltan los que alguna vez el agua les llevó la casa y el puesto, en la década del 70.

«Dicen que si no largan el agua hasta mañana (por hoy), ya no viene», fue ayer el comentario de unos a otros, en un intento de bajar la angustia por no saber si lo peor viene aguas arriba en las próximas horas.»Puede que se inunde, puede que no ocurra nunca», insistieron los más escépticos a ser consultados por «Río Negro».

Aunque viven en puestos bastante distanciados entre sí, en una recorrida por algunos sectores donde las viviendas están instaladas en el paso seguro del agua ante un presunto desvío, fue evidente que los pobladores se reúnen a la espera de las novedades sobre la emergencia.

«Nos informaron que nos van a avisar antes si es que se abre el desviador, pero nadie viene», insistieron al tiempo que detallaron los comentarios que lograron del personal de Cinco Saltos o de Cordero que recorrió la zona.

Un grupo de brigadistas de Cordero que recorría el lugar intentó explicar que mientras menos sepan los pobladores estarán menos angustiados; pero ya es tarde, porque la zozobra está instalada en cada hogar que no ha sido abandonado.

En el sector más bajo del Arroyón, hay un bosque tupido de olivillos: a un lado se ve el curso del agua y del otro lado del camino los portones de hierro o de madera son la señal segura de que el lugar tiene dueño.

El trayecto del desviador involucra tanto al ejido de Cordero como de Cinco Saltos, razón por la cual ambos municipios aunaron esfuerzo en la tarea de prevención y en un plan único de evacuación que fue consensuado acabadamente los últimos días.


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