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El intendente hizo su balance. Reconoce que hubo algunas cosas que no salieron como esperaba, pero en general el resultado ha sido favorable.

Cuando asumió la conducción del municipio, hace casi dos años, el intendente Gustavo Gennuso presentó un gabinete reducido, pero con varias figuras de perfil llamativo, que dejaron otras ocupaciones para asumir la función pública.

Transcurridos los primeros meses la grilla se empezó a desgranar, al punto de que hoy sólo dos de los nombres principales perduran en sus cargos y algunos otros también continúan junto al intendente, aunque con cambios de roles.

Si de fútbol se tratara, Gennuso hubiera tenido problemas para aplicarse al reglamento de un partido oficial que permite hasta tres cambios y tal vez le hubiera resultado más cómodo un acuerdo de los que rigen en los amistosos, con seis o siete sustituciones.

El gabinete más chico, conformado por los secretarios, tiene una dinámica de reuniones semanales. Y la idea de Gennuso es hacer lo mismo con los subsecretarios, pero en la práctica suelen reunirse cada 15 días. También han realizado periódicas jornadas de capacitación y encuentros motivacionales.

El intendente consideró que, a punto de cumplir 24 meses de gestión, el resultado general es favorable y reconoció que algunas cosas no salieron como esperaba porque hubo funcionarios que sufrieron desgaste prematuro, otros se complicaron porque “les cuesta delegar” y también en algunos casos “se cansaron del ajetreo” que representa la función pública.

“Algunos me plantearon directamente la decisión de dejar y otros me propusieron quedarse en una función más tranquila”, contó Gennuso.

A veces debió pedirles que se queden hasta que pudiera encontrar un sustituto y garantizar una transición fluida, y en otros lo hizo por razones políticas, para que el apartamiento no quede como producto de una presión sectorial.

Gennuso es ingeniero nuclear pero acumula también una larga trayectoria como titular de la fundación Gente Nueva, con una basta tarea de educación en barrios populares. Siempre se preocupó por resaltar el valor que le otorga a “la formación de equipos” y si alguna autocrítica se permite sobre las decisiones tomadas es por haber conformado un gabinete “de alta calidad técnica pero tal vez con poco vuelo político”. Dijo que eso se tradujo en la escasa tolerancia de algunos funcionarios al cuestionamiento de la prensa y de distintos grupos de interés sectorial.

Renovación constante

Es difícil saber qué se imaginó el intendente al conformar su núcleo de funcionarios cercanos, en los últimos meses de 2015. Pero es posible que no haya previsto semejante recambio.

En menos de dos años hubo 13 renuncias, si no se cuenta la de Carlota Von Gerbhardt, quien se iba a hacer cargo de Cultura y desertó antes de asumir, porque aspiraba a mantenerla como una secretaría y no que sea degradada a subsecretaría, bajo la órbita de Desarrollo Social.

Otra renuncia prematura fue la de Roxana Ramospé, quien dejó la dirección de Comunicación pocos días después de iniciado el gobierno.

Existe también otra salida ya anunciada, la del subsecretario de Ambiente, Carlos Beros, quien se quedó unos días más para “preparar a su sucesor”, según dijo Gennuso.

Tal vez el caso más controvertido sea el de la subsecretaría de Tránsito y Transporte, en la cual el intendente acumuló un fracaso tras otro y ya nombró tres funcionarios distintos. Arrancó con Alejandro Miglio, quien renunció en mayo de 2016. Su reemplazante Ernesto Cosovi, duró hasta febrero de 2017, y ahora el cargo es ocupado por Gustavo Fressone.

Otras dimisiones prematuras fueron las de Gabriela Von Scheidt, en la secretaría de Desarrollo Social, Cultura y Deporte y Roberto Ojeda en la dirección de Parques y Jardines. También dejaron sus cargos Pablo Gomis (secretario de Hacienda), Marcelo Ruival (secretario de Desarrollo Urbano) y Daniel Ljungberg (subsecretario de Deportes).

Gennuso admitió la dificultad de algunos para “trabajar en conjunto” con el personal y las estructuras ya constituidas. “El problema son los mini municipios que tenemos en algunas áreas”, afirmó.

No faltaron también los enroques, como los de Carlos Sánchez, quien comenzó como subsecretario de Coordinación y pasó luego a la secretaría de Desarrollo Social; y el de Marcos Barberis, quien se hizo cargo de Turismo en diciembre de 2015 y hace un par de meses reemplazó a Pablo Chamatrópulos a la Jefatura de Gabinete.

Este último fue un experimento de Gennuso, que eligió esa función para reemplazar a la secretaría de Gobierno. “Lo reivindico, creo que salió bien -sostuvo- aunque funcionó mejor hacia afuera que hacia adentro, con sus responsabilidades de coordinación de las secretarías, para que no todo recaiga en el intendente”.

Sobre la figura de Chamatrópulos, quien llegó de perder las elecciones de intendente en San Isidro (y luego de haber vivido años atrás en Bariloche), Gennuso opinó que “cumplió un ciclo, resolvió muy bien mucho de lo encomendado, pero es muy de poner la cara y eso le generó enemistades y conflictos. Por ejemplo con los empresarios, a raíz de la obra de la calle Mitre.

“Algunos me plantearon la decisión de dejar y otros me propusieron quedarse en una función más tranquila”,

comentó el jefe comunal Gustavo Gennuso

Es usual que cuando gobierna una alianza política, como la encabezada por Gennuso, los cargos del Ejecutivo se distribuyan en cuotas previamente convenidas.

Pero el intendente de Bariloche, que proviene del partido Pueblo, aseguró que no es este el caso. Dijo que sus socios del Frente Grande y de la Coalición Cívica no le formularon exigencias ni tampoco propuestas concretas cuando les pidió que le aporten nombres para cubrir algún casillero.

Su criterio fue el de buscar perfiles irreprochables “desde lo técnico”, aun a riesgo de perder volumen político. Admitió que podría haber equilibrado esto último, luego de alguna experiencia fallida. “Pero sería ir en contra de mi idea inicial”, aseguró.

También consideró un acierto haber subsumido Deportes y Cultura con Desarrollo Social, a pesar de las críticas iniciales.

Resaltó además el trabajo de algunos funcionarios de bajo perfil como el subsecretario de Servicios Eduardo Garza, la subsecretaria de la Función Pública Gabriela Rosenberg -“cuyo trabajo se ve poco, pero va a traer muchos beneficios”- y el subsecretario de Innovación Productiva, Julio Costa Paz, quien absorbió también la cartera de Desarrollo Local cuando renunció José Luis Zubizarreta.

Menos funcionarios

Una de sus consignas del actual gobierno fue reducir el número de funcionarios, y en parte cumplió. Gennuso trabaja con seis secretarías y una asesoría letrada. A punto de cumplir dos años, mantiene su gabinete de 25 cargos, pero engrosó la planta de agentes políticos, que de 27 (a diciembre de 2015) pasó a 52 en septiembre pasado. El intendente dijo que le resultó difícil evitar la incorporación de designaciones políticas en algunos cargos intermedios.

Datos

“Algunos me plantearon la decisión de dejar y otros me propusieron quedarse en una función más tranquila”,

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