La Beriso: “Con nosotros no trabaja ningún reventado”

La Beriso que viene de confirmar que es uno de los más convocantes de la Argentina esta noche cerrará la edición 2017 del Cosquín Rock. La banda, que se alejó del ghetto barrial para tomar una línea más cancionera respetando el ADN del rock argentino, lanzó su nuevo disco “Pecado Capital” a fines de noviembre, con el que logra darle un audio notable a su sonido gracias a la intervención del productor mexicano Armando Ávila. Menos de un mes después, el 17 de diciembre, la banda llenó el estadio de River inscribiéndose en un lote sagrado de nueve grupos locales que abarrotaron el estadio de Núñez. Sobre mantener los pies en la tierra, evitar marearse con el éxito y seguir un camino de trabajo constante, su cantante Rolo Sartorio charló con Télam.

P- ¿Después del show en River había que bajar de todo eso? ¿Sentiste que era como la cresta de la ola, la punta de la montaña rusa?

R- No, la verdad que no. Sentí que fue muy groso lo que nos pasó, llegamos a un lugar indiscutido. Llegamos a un lugar que vamos a quedar en la historia de la música en Argentina, llegamos a River y metimos 55.000 personas. Lo difícil era bajar después de salir, llegar a tu casa. Decí que me desmayé. Mi señora me tuvo que sacar la ropa en la cama para que te des una idea. Nos fuimos a un hotel, estábamos en un hotel para estar cerca de los invitados y todos los que tocaban. Me desmayé, le dije a mi señora “aguántame que ya vengo” y no bajé nunca más (risas).

P- Para garantizar un buen show y que la gente lo disfrute, ¿hay que bajar un poco?

R- Sí, la idea es no creerte nunca que sos Maradona. Acá mañana la gente te dice “no me gusta más la banda” y andá a buscar laburo, eso lo tenés que tener claro. Entonces, cada paso que das que sea tranquilo, la parte de la escenografía tiene que ser linda porque la gente se merece que le brindes algo lindo, la seguridad… Con nosotros no trabaja ningún reventado. Tenemos un lindo equipo que está en casi todo, aunque siempre algo se te escapa.

P- ¿Está bueno que el artista conserve su misterio y su vida privada afuera?

R- Sí, pero en mi caso yo lo hago porque mis hijos no eligieron esto, no porque “de mi vida privada no hablo”. Lo que sí puedo comprender del Indio, por ejemplo, que al tipo no le gusta. Lo poco que escuché es que tiene fobias, si él la pasa mal no hay que juzgarlo, lo tenés que dejar tranquilo en su casa con su familia. A mí me pasa también, yo cuando llego a Avellaneda después de un show estoy en el barrio. Todavía puedo caminar por el barrio, pero voy al shopping y no podés comer. Ahora ya aprendí, pero a medida que vas conociendo músicos vas comprendiendo por qué calle tenés que caminar.

P- ¿En qué sentido?

R- Porque conocés algunos que son muy mediáticos, se creen estrellas de rock y todavía no llenan una Trastienda y otros que por ahí llenan un montón y son tipos inteligentes, que no la cancherean. Entonces, vos te das cuenta que tenés que caminar por ese camino. Gente que se mantiene auténtica como Calamaro y La Renga. Siempre creo que lo mejor es rodearte de gente buena y los pies sobre la tierra, no rodearte de gente que te tire la goma todo el tiempo porque no está bueno. Yo los detesto.

El 17 de diciembre la banda llenó River metiéndose en un lote sagrado de los nueve grupos locales que abarrotaron Núñez.

Yo siempre digo en chiste que estaría bueno levantarte en tu casa y tener a 55.000 personas aplaudiendo, pero es imposible. Después del show pasás a ser una persona común y corriente”.

Rolo Sartorio, de La Beriso, sobre qué significa llenar River y cómo se sigue el día después