Entre los bonos de Quiroga y el reclamo de obras anti-inundaciones

La Defensoría del Pueblo realizó una convocatoria al municipio y los vecinos de los barrios afectados en el 2016, en la que hacen referencia a los proyectos en los que se invertirán los $200.000.000.

Luego de se aprobara el endeudamiento por 200 millones de pesos que el municipio de Neuquén invertirá en seis proyectos, la Defensoría del Pueblo convocó a una reunión para conocer las obras pluvioaluvionales que se realizan en la ciudad.

El organismo a cargo de Ricardo Riva, quien fue calificado de “opositor” por el intendente Horacio Quiroga, pidió la presencia del secretario de Obras Públicas Guillermo Monzani en el encuentro que se desarrollará el jueves con vecinos de los barrios más afectados por la inundación en el 2016: Belgrano, San Lorenzo Norte, Rincón de Emilio, Cordón Colon, Confluencia, San Lorenzo Sur y Huiliches. También fueron invitados concejales y representantes del Caesyp.

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Durante la reunión, Riva buscará conocer la evolución del “anteproyecto de aliviaderos del arroyo Villa María y del proyecto ejecutivo y de obras que permitan solucionar la situación de inundación de un sector del barrio Belgrano.”

Anteriormente, el secretario de Hacienda José Luis Artaza manifestó ante los concejales a los que explicó el destino de los bonos, que no habría inconvenientes en incluir dentro del plan de inversión obras pluviales para mejorar el escurrimiento en la zona oeste.


El Salón de Usos Múltiples del barrio Cuenca XV fue unos de los puntos de referencia y de acopio de donaciones que funcionó en el Oeste de la ciudad. Al igual que numerosas escuelas, comisiones barriales e instituciones de Neuquén, refugiaron a los vecinos cuyas situaciones eran críticas y ofrecieron alimentos, colchones, nailon y ropa.

Desde que comenzó la lluvia hasta la mañana de hoy, el Sum de la calle Casimiro Gómez 4.500, estuvo poblado de niños, adultos y ancianos, que tuvieron que abandonar sus viviendas para poder resistir el temporal. Natalia Brizuela, la encargada del salón, explicó que en total albergaron a unas 33 personas: “todavía están parando acá, pero han salido a ver sus casas y casillas. Vamos a pasar la tarde esperando algún corte de nailon, las frazadas y ropa”.

Brizuela indicó que “es gente de Cuenca XV, 7 de Mayo, Peumayen, 2 de Mayo y Jerusalén. Son todas personas en riesgo, a los autoevacuados los trasladamos a otros barrios a sus familias. Acá se le dio prioridad a las emergencias graves. Tuvimos una mamá con amenaza de aborto, tenemos una embarazada de 9 meses, nenes asmáticos y abuelos en situación de calle”.

Al este de la ciudad, la escuela 136 fue en centro de refugios para las 60 familias de los barrios Confluencia y sector los Pumas que necesitaron un lugar para evacuarse por las implicancias climáticas.

“Abrimos las puertas del colegio, y con los docentes y los vecinos nos pusimos a ayudarlos” declaró la directora del establecimiento, Verónica Coñumilla quien destacó la presencia voluntaria de docentes del centro Nayahue, miembros de la Corriente Clasista y Combativa, el sindicato SUTCA y vecinos que voluntariamente se acercaron para ayudar.

Vecinos del barrio también relataron sus experiencias, Sergio Duarte, explicó que “la casa se me partió al medio”. El vive junto a sus cuatro hijos y su mujer, manifestó que “ahora con la bruja vamos a tener que salir adelante. Esperamos que venga alguien a darnos una mano”.

“Lo que más rápido llega es la ayuda de la gente, y hacen lo que tiene que hacer el estado”, se lamentó Gladys Abellay de la agrupación Barrios de Pie. La dirigente señaló que “son 200 familias a las que estamos asistiendo, necesitamos manos solidarias, frazadas, elementos de construcción, y lo que se pueda acercar”.

En los comercios del Bajo

Las cloacas colapsaron en el bajo de la ciudad.
Mauro Pérez

Los comerciantes debieron escurrir el agua de sus locales.
Mauro Pérez

Los comerciantes debieron escurrir el agua de sus locales.
Mauro Pérez

Los comerciantes neuquinos tomaron recaudos ante el temporal de lluvia. Sobre lugares superiores al nivel del suelo, depositaron mercadería, insumos, documentos, para evitar las perdidas. “A las tres de la tarde ya teníamos el agua a la altura de la vereda, la ruta se transforma en un dique y la calle en un río” detalló una comerciante de la zona.

El agua acumulada por la lluvia, y las cloacas colapsadas las calles del bajo neuquino fue una postal de la inundación de hace dos años atrás. A partir de esa experiencia, los comerciantes de la zona, decidieron levantar a más de 30 centímetros del piso sus mercancías, además de montar barricadas con bolsones de arenas. “En algunos lugares también rebalsó la cloaca, entonces tenías que evitar el agua de adentro y la de afuera” relatan los vecinos sobre la odisea que vivieron el lunes.

“Acá por suerte, no perdimos nada. Llegamos a subir todos los medicamentos y suministros. Ahora solo tenemos que esperar a que se seque y abrir” explico Eugenia, de la Farmacia que depende de la mutual de petroleros. En el local el agua alcanzó los diez centímetros de altura.

“Es un deja vu, siento que ya lo viví” relató Federico Kreplak, dueño de una mueblería ubicada en calle Perito Moreno y Santa Cruz. La mueblería de Kreplak fue una de las principales damnificadas por el temporal. “El agua salía de adentro -mientras señalaba la tapa de las cloacas- igual que el 2014, esto ya nos paso y nadie hizo nada”

“Tenemos mucho malestar porque esto se podía prevenir y evitar. En el bajo este es un tema corriente” comentó Kreplak, quien estima perdidas por medio millón de pesos en su local. “Esta es la zona comercial más grande de Neuquén, y como siempre nos sigue faltando infraestructura”.


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