Las obreras de Textil Neuquén producen a media máquina

Sólo cuentan con 16 de los 80 equipos que necesitan. No se finalizó la construcción de los baños y la cocina y el sistema eléctrico es deficiente. Esto les impide tener la licencia comercial.

Adentro del galpón donde se apiñan máquinas de coser, canastos, estanterías y mesones hay dos plantas. Una es de plástico, un pinito de Navidad decorado de forma modesta.

La otra, “de verdad”, tiene una tarjeta de felicitaciones por el Año Nuevo y deseos de “éxitos en el nuevo emprendimiento”. La firman Patricia y Ulf, mediadores del Ministerio Público Fiscal que trabajaron en el acuerdo que sacó del conflicto a las obreras de Textil Neuquén.

A un mes de su mudanza a una nueva fábrica en el Parque Industrial, sin embargo, se mostraron preocupadas porque el gobierno no cumplió del todo su parte y la producción está en veremos. La demora en la instalación eléctrica hizo que sólo puedan llevar 16 de las más de 80 máquinas de coser que devolvieron los empresarios Huerta.

Tampoco se terminaron de construir los baños y la cocina. Esa deficiente infraestructura les impide obtener la licencia comercial que necesitan para inscribirse como proveedoras del Estado y participar de licitaciones.

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“Habían quedado en que el 5 de diciembre iba a estar la fábrica en condiciones. El gobierno se comprometió a poner la luminaria porque la que está acá es la que hizo Proseind y, a la fecha, no ha puesto los fondos para que la cooperativa que está construyendo pueda hacerlo. Tendría que haber cuatro líneas de máquinas como en Textil Neuquén”, planteó Marina Catilao, delegada de la fábrica.

El acuerdo que abrió una solución al conflicto se firmó el 14 de julio con las obreras, el gobierno provincial, la fiscalía y la empresa que cerró. Además del pago de las 36 indemnizaciones, contenía el compromiso de acondicionar un galpón en el Parque Industrial, en un predio donde se instaló la firma rosarina Proseind. Esta última compraría parte de la producción de las obreras, agrupadas ahora en la cooperativa Nehuen Traful.

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Hoy no estamos produciendo para ellos, sólo hicimos unas muestras de camisas y mamelucos, pero el corte era de 2.000 camisas al mes y no podemos cumplir. La fábrica no está al 100% y no hemos podido repartir nada en este tiempo”, relató Catilao. Hoy subsisten con el dinero de la indemnización y pequeños encargos de particulares: del Policlínico Neuquén, del Colegio de Abogados, del gremio ceramista y de docentes que solicitan guardapolvos y pecheras.

Lo poco que ingresa, señaló la delegada, se destina al pago de seguros de vida, que rondan los 400 pesos por persona. Aún están tramitando el monotributo social y la inscripción al Programa Trabajo Autogestionado (PTA).

“No estamos produciendo, sólo hicimos unas muestras, pero el corte era de 2.000 camisas al mes y no podemos cumplir”,

contó Marina Catilao, delegada de las trabajadoras de la fábrica.

Cambió el interlocutor y las respuestas se demoran

El cambio de gabinete trajo un cambio de interlocutor para las obreras de la ex Textil Neuquén. Tras la salida de José Brillo y la designación de Facundo López Raggi como ministro de Producción e Industria, solicitaron un encuentro para evaluar el cumplimiento del acuerdo firmado en julio último.

“La semana pasada presentamos una nota al nuevo ministro para solicitar una audiencia, pero aún no se comunicó con nosotras. No sabemos cómo se va a seguir avanzando y si él se va a hacer cargo de lo que firmó el ministro anterior”, indicó la delegada Marina Catilao. Ayer insistieron con el pedido y fueron recibidas por Federico Bombin, funcionario del área.

Le plantearon la necesidad de avanzar rápidamente con las instalaciones eléctricas y con la firma del contrato de locación de la nave con Proseind, para el cual el Ministerio de Producción oficiaría de garante.

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Catilao agregó que se pidió concretar, además, el acuerdo con el gobierno para el pago de la maquinaria. Una parte se cancelaría con la producción de camisas para la policía y otros organismos de la provincia. Las obreras insistieron en que no quieren “que el gobierno regale nada”, sino pagar por las herramientas. Los Huerta las habían obtenido a través de un crédito del Iadep.

“No vinimos con ninguna certeza, pero quedó en llamar el viernes o lunes para que volvamos a reunirnos”, indicó la delegada. “Para nosotras es preocupante la situación, aún cuando sabíamos que veníamos en situaciones precarias. Nos habían dicho que más de dos meses no iban a pasar y acá estamos, en las mismas condiciones”, cuestionó.

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“No estamos produciendo, sólo hicimos unas muestras, pero el corte era de 2.000 camisas al mes y no podemos cumplir”,

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