Ciudades fundadoras en el Bicentenario

El 9 de julio de 1816 las Provincias Unidas de Sudamérica declararon la independencia de “los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España” y se invistieron “del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli, y de toda dominación extranjera”.

Esta fue una verdadera demostración de coraje patriótico ya que el contexto para la declaración era altamente desfavorable debido al restablecimiento del trono español en 1813 y al fracaso de las revueltas en el resto del nuevo continente.

En esos tiempos, las grandes distancias entre las ciudades débiles de las Provincias Unidas y la carencia general de recursos frente a la dominación de una Europa rica y próspera conspiraban contra la imperiosa necesidad de declararnos libres y soberanos. Pese a todas las dificultades y adversidades, la voluntad de presentarnos ante el mundo como una nación libre e independiente consiguió imponerse.

Más que una voluntad, lo que se impuso fue una pasión que atravesó e incluyó todo nuestro territorio nacional y, en primer lugar, a la Patagonia, incluidas las islas Malvinas, que pagaron el más caro tributo a las distancias.

Por estas razones, a doscientos años de aquel segundo acontecimiento fundacional de la patria, necesitamos concretar una reivindicación histórica para los pueblos de Viedma y Patagones.

En principio, debemos considerar que en aquellos años de lucha independentista el poder económico y político del virreinato se dividía entre las provincias del norte, el centro, el Litoral, Cuyo y la omnipresente Buenos Aires. La Patagonia –cuyo único y primer faro permanente y primigenio se encontraba en el Fuerte del Río Negro, hoy Viedma y Carmen de Patagones, fundadas juntas el 22 de abril de 1779– quedaba casi como una predicción de la historia: postergada y olvidada.

A modo de digresión debemos señalar que luego de la Revolución de Mayo de 1810 hay evidencia histórica de que la bandera española flameaba en la margen norte del río Negro hasta 1814. Incluso es posible constatar en 1818 algún intento realista de tipo individual para recuperar estos territorios de Viedma y Patagones (aún siendo indivisibles) y la Patagonia toda, incluidas las islas Malvinas.

En las décadas posteriores llegarían las campañas de Juan Manuel de Rosas y de Julio Argentino Roca, el crecimiento demográfico y de infraestructura, el aprovechamiento de los recursos naturales para toda la nación y los procesos de provincialización de los territorios nacionales de los que Viedma fue su capital, primero del Territorio Nacional de la Patagonia (1878) y, luego, del Territorio Nacional del Río Negro (1884).

Ya con el desarrollo económico y tecnológico, el siglo XX vio nacer a una Patagonia proveedora de energía y riquezas a través de sus recursos hídricos, hidrocarburíferos, mineros, ictícolas, ganaderos, agrícolas y turísticos, que la proyectaron como un espacio de enormes potencialidades pero con escaso desarrollo poblacional.

En este proceso de reafirmación de la pertenencia al territorio nacional es necesario destacar el significado de la gesta del 7 de marzo de 1827. Un hecho olvidado –tal vez intencionalmente– por la historia oficial, quizás debido al nulo papel que desempeñó Buenos Aires y que permitió sellar a fuego la soberanía argentina sobre la Patagonia frente a las pretensiones del imperio brasileño.

En consecuencia, por todos estos antecedentes, por quienes fueron artífices de los procesos de gestación de la patria en estas poblaciones –cuando la Argentina no era aún mucho más que un proyecto en diseño–, y como tributo al federalismo que acompañó desde cada rincón de nuestro territorio la gesta independentista y la construcción de un destino compartido, resulta justo y necesario que en este año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia se reconozca a Viedma –y junto con ella a Carmen de Patagones– como ciudad preexistente, fundadora y constructora de la emancipación nacional.

(*)Vicegobernador de la provincia de Río Negro

A 200 años del segundo acontecimiento fundacional de la patria, necesitamos concretar una reivindicación histórica para Viedma y Patagones.

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A 200 años del segundo acontecimiento fundacional de la patria, necesitamos concretar una reivindicación histórica para Viedma y Patagones.

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