Educación neuquina: los cambios no deben quedar sólo en el discurso

La escuela pública es un reflejo de nuestra sociedad. La retórica que surge desde el poder es engañosa: la función que se le atribuye hace tiempo dejó de ser la de igualar.

Preocupantes indicadores

Indicadores oficiales detallan que la Educación en Neuquén está mostrando algunos signos de mejora. Las tendencias más positivas se reflejan en el nivel primario y, en mucho menor medida, en el nivel medio, sector que sigue sumergido en una profunda crisis estructural.

Estadísticas del gobierno detallan que más de la mitad de los alumnos que ingresan al primer año del secundario no llegan en tiempo y forma a terminarlo. Un dato que debería generar preocupación en nuestra dirigencia política al proyectar que muchos de esos jóvenes terminarán siendo marginados del sistema.

La política de los últimos años, que apuntaló la necesidad de bajar los niveles de exigencia, privilegiando la permanencia del chico en la escuela, ayudó a mejorar los resultados de algunos indicadores de repitencia y desgranamiento. Pero esta medida tuvo efectos colaterales que quedaron al desnudo en las evaluaciones sobre la calidad educativa que se observaron en las últimas pruebas PISA y ONE. En el caso neuquino, el 22% de los jóvenes monitoreados no comprendió los textos que le fueron entregados para su lectura y el 32% dejó sin resolver problemas básicos de Matemáticas.

De ahí que el hecho de marcar que estamos algo mejor en algunos de los índices que presenta la educación neuquina no es sinónimo de que nos encontramos marchando por el buen camino: el sistema en vez de estar cayendo desde el piso quince de un edificio hoy lo hace desde un piso doce. El resultado final es el mismo.

Las distintas encuestas realizadas en todo el globo destacan que no hay país que rechace el conocimiento como base de todo desarrollo y el sistema educativo como soporte para llegar a ese objetivo. ¿Cómo llega entonces una sociedad a inmolarse de esta manera? Para esta respuesta existe una paradoja que muchos de los especialistas avalan: la mayor parte pensamos que la situación del país es crítica, pero cada uno de nosotros está convencido de que nuestros hijos y nietos se han salvado del naufragio general de manera inexplicable, milagrosa… casi sobrenatural. Una curiosa ilusión que termina por distorsionar la realidad e imposibilita cualquier alternativa de cambio al negar el verdadero diagnóstico del sistema.

El caso neuquino, lamentablemente, no escapa a este concepto. La crisis educativa no está estructurada en una sola causa, es multicausal, pero con distinto nivel de responsabilidad.

“El problema es que el tema no está en la agenda pública. Cuando uno hace una encuesta la Educación está bien abajo. Y mientras no sea una preocupación de la gente, es difícil que políticamente cambie algo”, confiesa con cierto grado de angustia Ana Pechen, exvicegobernadora de Neuquén y una de las referentes educativas que más aportó a los cambios del sistema.

La exfuncionaria no deja de señalar que la deuda política es enorme. En estas últimas cuatro décadas la educación fue dejada de lado por la mayor parte de los gobiernos provinciales al no impulsar reformas clave, interpretando las necesidades de cambio que se reclamaban. El Poder Ejecutivo sólo replicó, en todos estos años, un presupuesto destinado al sistema que representó el 25% del total del gasto de la provincia. Con eso dio supuestamente por cumplidas sus funciones y responsabilidades.

Hoy la foto muestra claramente que toda esta transferencia de fondos, sin gestión ni planificación, no cumplió con los objetivos prometidos.

“La política se mueve al compás de las demandas de la sociedad. Y éstas por lo general necesitan respuestas inmediatas. Los cambios para mejorar la educación son procesos de mediano y largo plazo. Necesitan de mucho compromiso, convicción y persistencia para que puedan concretarse”, reflexionó la entrevistada.

Dejó en claro que se debe contar con información transparente para poder modificar este escenario. “Hay que tener una supervisión de lo que es cada escuela. Debemos tener datos claros. Los debe suministrar el Estado y tienen que estar a disposición de los padres. No necesariamente que sea información pública, pero sí para que los padres puedan saber el grado de desempeño de los docentes que educan a sus hijos, cuál es la formación que tienen esos docentes, cuáles son los resultados generales que logra esa escuela… todo eso hay que impulsar en la Provincia”, remarcó Pechen.

La inacción de estos últimos años llevó a que la educación se esté sectorizando y replicando las condiciones de origen. Un tema complejo de revertir una vez instalado en el medio. “Hoy si un chico nace en una casa de clase media alta, con padres de un nivel cultural elevado, tiene muchísimas más posibilidades de terminar la secundaria con éxito que aquel que lamentablemente nace en lugares más humildes, desfavorecidos y hostiles. Por lo cual los temas remediales que debe tomar el Estado para corregir estos desvíos no son iguales para todos, deberían ser muchos más intensos sobre aquellos segmentos vulnerables. Esto apuntaría a un sistema más equitativo”, agregó la exfuncionaria.

Para Pechen es imperioso hacer pública la información que existe en el sistema educativo y con ella generar indicadores confiables. Una política que alcance resultados significativos requiere partir de datos firmes para orientar las distintas acciones. De no actuar con celeridad se corre el riesgo de seguir marginando del sistema a los jóvenes más vulnerables. Un lujo que Neuquén no puede seguir permitiéndose.

“Los cambios para mejorar la educación necesitan de mucha convicción y persistencia para que puedan concretarse”.

“El problema es que el tema no está en la agenda pública. Cuando uno hace una encuesta, la educación está bien abajo”.

Ana Pechen, exvicegobernadora de Neuquén

No hay país que rechace al conocimiento como base de todo desarrollo, y al sistema educativo como soporte para llegar a ese objetivo.

Datos clave

Puntos que propone

la entrevistada

Continuar con la escolarización temprana.

Escolaridad extendida, en especial en los lugares vulnerables.

Capacitación docente, planes sistemáticos, pero con objetivos.

Una carrera docente que contenga estímulos y escalones para crecer.

Selección para el ingreso a la carrera docente.

Involucramiento de la familia con la escuela.

Pechen: “No todo el mundo está de acuerdo con el gremio”

Periodista- ¿Cómo se avanza en un pacto educativo que incluya al gremio?

Ana Pechen- Es complejo.

P- ¿Usted comparte las evaluaciones de docentes y alumnos?

AP- Por supuesto. Ayudan a definir el diagnóstico. Debemos crear un observatorio donde se mida la calidad educativa de Neuquén. Eso está en la ley Orgánica, es obligatorio, pero por supuesto que el gremio se opone.

P- ¿Cómo se cambia?

AP- Hay que pedir que se modifiquen las leyes sindicales para que las elecciones de autoridades sean transparentes, donde haya urnas en las escuelas y todos puedan votar. Hoy se hace a mano alzada. No todo el mundo está de acuerdo con el gremio, pero la gente se siente amedrentada y no va. Es terrible. Unas 500 personas definen el destino de más de 20.000 docentes. Existe la presunción del gremio de que el problema de la Educación es de los docentes. ¡No! Es un problema de la sociedad .

P- ¿Todos son cómplices?

AP- No, por favor. Hay que reconocer que hay muchos docentes que hacen un esfuerzo enorme y son excelentes soportando todo tipo de presiones y agresiones. Existe una mayoría silenciosa que no desea involucrarse por temor.

P- ¿Por qué entiende usted que no están abiertos a los cambios?

AP- Los gremios son muy conservadores y les cuesta migrar hacia las modificaciones que impone la realidad. Avala muchas cosas en las conversaciones con el gobierno, pero cuando tienen que tomar las decisiones en las asambleas… la situación se desborda.

P- ¿Se da en todos los gremios?

AP- Los sindicatos de los empleados públicos tienen muchas inconsistencias desde el punto de vista republicano. No hay una urna para elegir autoridades y todo se hace bajo presión.

“Las reformas exitosas muestran que el tiempo de la inclusión y el de la calidad van juntos en las políticas educativas”, señala Gustavo Iaies.

La voz del especialista

El 80% del presupuesto de Educación en Neuquén se invierte en salarios. El resto sólo alcanza para sostener el actual sistema.

Concentración

Datos

“Los cambios para mejorar la educación necesitan de mucha convicción y persistencia para que puedan concretarse”.
“El problema es que el tema no está en la agenda pública. Cuando uno hace una encuesta, la educación está bien abajo”.
No hay país que rechace al conocimiento como base de todo desarrollo, y al sistema educativo como soporte para llegar a ese objetivo.
31,7%
de los jóvenes neuquinos de nivel medio no alcanzó los niveles mínimos de comprensión en Matemáticas.
12.300
son los millones de pesos que destinó el gobierno neuquino al sistema educativo durante el año pasado.

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