Cómo se prepara el Cóndor para recibir el verano

En la primera playa del Camino de la Costa intentan terminar las obras para la apertura de la temporada. Un lugar con una historia muy rica

La costa ribereña y la zona marítima viedmense se perfilan como una firme opción a tener en cuenta en la temporada veraniega que está punto de habilitarse. Pese a la fecha, la renovación de la infraestructura turística es retocada con obras de último momento.

El Cóndor, la primera playa donde se inicia el Camino de la Costa que bordea los acantilados hasta el puerto de San Antonio Este a lo largo de 180 kilómetros, pareciera estar abierta por reformas.

Albañiles que van de un lado a otro, máquinas viales que despejan arena. Las tareas confluyen porque hay que dejar todo en condiciones, ya que la villa se convertirá en el escenario central para la inauguración de la temporada durante este fin de semana. Y en los centros de alojamiento están a la espera de la llegada del grueso de turistas.

Este lugar, ubicado a metros de la desembocadura del río Negro, está plagado de historias. El 26 de diciembre de 1881 encalló en sus costas un velero dinamarqués “El Cóndor” con marineros de todas las nacionalidades. El tripulante –y a su vez náufrago de origen nórdico- Pedro Kruuse, echó raíces allí.

En la segunda década del siglo XX, el boticario de origen italiano Jacinto Mazzini, cortó candados de tranqueras para aspirar las bondades del ozono marino, dando lugar al primer enclave que seguramente en estos días será motivo de recordación.

Con los años, esa mezcla de culturas, nacionalidades y también tonadas provincianas, se mantiene. El escenario es otro. El sitio donde se ve ese crisol de razas en el que se cuentan experiencias, se escuchan distintos idiomas y donde todos confluyen con un mismo objetivo – disfrutar de la naturaleza- son los campings.

Uno de los puntos de reunión es el complejo Los Trentinos. Este lugar –de tupida vegetación y silencio sepulcral–, se caracteriza por mantener la oferta anual de sitios para motorhome, casillas y departamentos.

Se ha visto beneficiado por un recurso de la avifauna: el apostadero de loros barranqueros, considerada como la colonia más grande del mundo. “Todos dicen venir para conocer ese apostadero”, resaltan Lezlie Balzi y su marido Juan Carlos Rubio.

“Creemos que vamos a tener una gran temporada porque nosotros tuvimos abierto todo el año con muchos visitantes”, pronostica Lezlie.

Por estas instalaciones suelen pasar entonces visitantes de Alemania, Suiza, Holanda y Canadá; entre otros puntos del planeta. La mayoría alquila vehículos en Buenos Aires y pernocta varios días en El Cóndor, con destino final a Puerto Madryn.

Unos días atrás, ese lugar fue la base de un encuentro de “motoqueros” de carácter internacional.

Acudieron del mundo de dos ruedas desde canadienses e ingleses.

La pequeña villa tiene vida propia con casi un millar de residentes durante todo el año y con una fuerte Junta Vecinal.

En ese ámbito ya empiezan a imaginarse la nueva temporada de verano

A la intensidad con que se pueden vivir las atracciones en la villa marítima durante este verano, en ese ámbito vecinal están de festejo. Es que la Municipalidad anunció un espacio de contención para los niños del lugar con la organización de una colonia de vacaciones, una propuesta recreativa que se desarrollará en el Club Amigos.


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