40 años de la muerte de John Bonham, el baterista de Led Zeppelin

El 25 de septiembre de 1980, moría atragantado de alcohol durante un largo sueño del que nunca iba a despertar. Es considerado el más grande baterista de rock de todos los tiempos.

Tanto bebió John Bonham aquel 24 de septiembre que su muerte no pudo ser otra que el ahogo. El legendario baterista de Led Zeppelin vivió su breve vida -apenas 32 años, aunque en las fotos parezca mayor que eso- abrazado a los excesos con el alcohol como parte de una banda de por sí excesiva, empezando por su propia música.


Como tantas historias trágicas del rocanrol -la de Jimi Hendrix de la semana pasada, sin ir más lejos-, la de Bonham también comienza con un sueño atragantado de alcohol del que nunca despertará. Pero ese fue final.

Vayamos al principio de ese fin: la jornada de “Bonzo” de aquel 24 de septiembre de 1980 comenzó como la mayoría de las anteriores, con un desayuno a base de vodka. Ese día fueron particularmente cuatro destornilladores cuádruples durante un alto en el viaje a los ensayos en Bray Studios para una gira por América del Norte, la primera de la banda desde 1977 y que iba a comenzar el 17 de octubre en Montreal. Lo acompañaba Rex King, asistente del grupo.


Bonham siguió bebiendo a ritmo infernal durante todo ese día. Tras el ensayo, a última hora, la banda se fue a casa del guitarrista Jimmy Page, en un rincón del condado de Windsor. Ya en las primeras horas del día 25, el baterista se quedó dormido. Alguien lo llevó a la cama y lo acomodó de costado previendo lo que al final resultaría inevitable: que Bonham aspirara su propio vómito. En un momento de la tarde del 25 de septiembre, el mánager de la gira de Led Zeppelin, Benji LeFevre y el bajista John Paul Jones lo fueron a buscar a la habitación, pero lo encontraron muerto. Con él, esa tarde también moriría Led Zeppelin.


John Henry Bonham había nacido en Redditch, Inglaterra, el 31 de mayo de 1948. Baterista desde los cinco años, fue parte de diversas formaciones durante los años 60, entre ellas Crawling King Snakes, una banda de blues de poca monta cuyo cantante era Robert Plant. Y así hasta que Jimmy Page, tras irse de The Yardibrds, lo recluta para su nuevo proyecto por sugerencia de Plant, a quien Page ya había elegido para que sea el cantante.


Led Zeppelin conformada por Page, Plant, Jones y Bonham, se mantuvo estable desde el primer día, alguno de fines de 1968 hasta el fatídico de la muerte del baterista. Sin su baterista original, la banda decidió no seguir. Bonham no tuvo nunca un reemplazo posible. Nadie lo imaginó. Sin Bonzo, no hay Zeppelin posible. Porque reemplazarlo no era solo reemplazar un baterista, era reemplazar un personaje, un estilo. Bonham, con su modo seco y directo, le mostró al hard rock como tenía que sonar la batería. Bonham fue un músico que le puso el cuerpo no sólo a su banda, sino al rocanrol.


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