El pacto Mercosur-UE

Mar del Plata

Crear un mercado común para 800 millones de personas quizás pueda justificar 20 años de negociación y muchas dudas sobre la eficacia y el beneficio real de su puesta en marcha, pero no creo que logre convencer de sus bondades a los actores, de ambos bandos, desfavorecidos en el reparto. Lejos de resolver los problemas que aquejan a las economías internas y tendientes a favorecer a sectores y actividades puntuales en severo detrimento de otros, el impacto social en las economías regionales no seleccionadas para el “intercambio” es inevitable.

Según los primeros esbozos del acuerdo entre la UE-Mercosur Argentina, verá acrecentada exponencialmente la exportación de carnes, azúcar y etanol dando permiso prioritario al ingreso de autos, autopartes, maquinarias, textiles, vinos y quesos europeos. Volver a anteponer nuestra producción de materia prima sin valor agregado, como en los viejos tiempos, pero con una sociedad diametralmente opuesta y aumentada, requerirá de un máximo apuntalamiento de las economías “olvidadas” a fin de evitar su colapso.

El libre comercio es el único puente a un mundo globalizado, pero es imprescindible estar sano para cruzarlo, y Argentina aún agoniza.

Sería muy penoso el comprobar que un delicado acuerdo, como lo es este, ha sido forzado solo por temor a que un sistema capitalista, que no está en riesgo en Argentina, caiga.

Karina Zerillo Cazzaro Diseñadora Ind. MP 2015

DNI 21.653.863


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