Docentes de Neuquén piden que las ART cubran enfermedades del teletrabajo
La conducción de ATEN Capital presentó una nota a la ministra de Educación, Cristina Storioni. Aseguraron que el aislamiento recrudeció situaciones de estrés laboral.
La presentación la hizo la conducción de la seccional capital de ATEN. Foto: Oscar Livera.
La conducción de ATEN Capital le solicitó a las autoridades del Consejo Provincial de Educación que garantice una política de cuidados hacia los docentes, afectados por nuevas «enfermedades laborales» que generó el contexto de aislamiento.
El reclamo es para que el órgano colegiado desarrolle una normativa que incluya la cobertura de estas afecciones en las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART).
«Vemos muchas enfermedades vinculadas al estrés laboral que no se están visibilizando: compañeras que han tenido infartos, picos de presión, parálisis en parte del rostro«, señaló la secretaria adjunta de la seccional, Laura Rodríguez. «Hay situaciones que como sindicato nos ponen en alerta y demandamos que el Estado debe promover una política de cuidados hacia las trabajadores de la educación», sostuvo.
La nota a la ministra fue entregada el viernes como parte de los reclamos que manifestaron en el tercer día de paro virtual realizado en la provincia.
«Antes de la pandemia veníamos reclamando condiciones edilicias, una recomposición salarial y ahora las condiciones laborales se modificaron drásticamente en este contexto. El ámbito de trabajo es nuestro hogar y los límites son muy complicados de tener, a pesar de que tenemos una ley a nivel nacional de teletrabajo», planteó la docente.
Rodríguez aseguró que «hay un desborde preocupante, más que nada en la salud» y que las ART deben incluir «los padecimientos vinculados al estrés como enfermedades laborales en el ámbito docente».
Entre otras afecciones vinculadas a la multiplicidad de tareas, la extensión de la jornada laboral y la sobrecarga por la falta de nombramientos, señalaron: cansancio visual, dolor de cintura, contracturas de cuello, mareos, dolor en las muñecas, insomnio, múltiples visitas privadas a psicólogos y especialistas, algunas con diagnósticos de «síndrome vertiginoso», infarto, problemas de presión arterial por estado nervioso, falta de movimiento.
«Son señales manifiestas de estrés laboral que, en la repetición de las situaciones individuales, dan cuenta del carácter colectivo del malestar», afirmaron desde el gremio.
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