Suerte y eficacia, los aliados de Boca

Sin mostrar el fútbol pulido que había exhibido hace seis días cuando derrotó a Banfield, Boca se fue feliz del Gigante al superar por 2-1 a Rosario Central.

El trabajo colectivo del equipo de Alfio Basile chocó con las ganas de del 'Canalla', que en buena parte del desarrollo planteó el juego de igual a igual.

Pero la virtud de Boca estuvo en saber aprovechar a través de la pelota parada, lo que no pudo conseguir en el juego. Por aquella vía llegó al desequilibrio. Juan Krupoviesa, de tiro libre, y el 'Cata' Díaz, de cabeza tras un córner, fueron las cartas de triunfo del campeón, que suma nueve victorias en forma consecutiva, y acercarse al récord de 13 partidos ganados seguidos, que ostenta el San Lorenzo del ingeniero Pellegrini.

Al comienzo, el trámite fue más trabado que bien jugado. Se prestaron la pelota en la mitad de la cancha y faltó claridad de ambos lados, aunque Central manejó un mejor el balón, con Encina como estandarte.

Por eso las únicas jugadas de riesgo tuvieron como destino el arco defendido por Aldo Bobadilla. No fueron muchas, pero le hicieron pasar algún sobresalto al arquero, que le ganó el duelo por dos a Alemanno.

Boca asumió mayor protagonismo en el segundo tiempo y pegó primero. Tiro libre ejecutado por Juan Krupoviesa, se le escurrió entre las manos a Alvarez, en uno de sus pocos errores del partido y 1 a 0.

Aunque Central también tuvo una posibilidad para igualar en un tiro libre del Pirulo Rivarola que sacó una vez más Bobadilla. Sin embargo, fue Boca el que volvió a golpear, otra vez con pelota parada.

Un centro de Krupoviesa desde la izquierda fue conectado por Díaz y el partido parecía cerrado. Pero llegó el descuento de Garcé, tras cabecear un centro de Conca y en el final el costarricense Paulo Wanchope desperdició una ocasión solo y a dos metros del arco.

No hubiera sido justo. Boca, aunque no jugó bien, fue más que Central, que sigue sin encontrar la línea.