El Buque, una playa para descubrir

Es poco visitada, y la escasa presencia de público, todavía, permite fantasear con que se trata de una playa virgen, que sólo muestra su belleza a los que se aventuraron a recorrer los ocho kilómetros que la separan de Las Grutas, en dirección al sur.

El mar llegando con fuerza a la playa, y las rocas dispersas aquí y allá, refuerzan esa sensación de soledad absoluta, y uno se siente dueño de hurgar en cada tramo del paisaje y elegir sin prisa el sector en el que acampar en familia.

Así es El Buque, uno de los balnearios agrestes más bellos del corredor de playas que se extienden hacia el sur, luego de traspasar Piedras Coloradas (el balneario ubicado a cinco kilómetros de Las Grutas) y antes de llegar a Fuerte Argentino, la enorme meseta ubicada a alrededor de 40 kilómetros del balneario.

Para llegar al Buque hay que contar con un buen vehículo y es necesario equiparse con todo lo necesario para pasar el día al aire libre, ya que en ese sector ni en sus inmediaciones no existen paradores ni lugares en los cuales se pueda adquirir comestibles o bebidas.

Después, sólo quedará disfrutar de las particularidades de un lugar muy especial.

Por caso, su nombre, El Buque, está relacionado con la forma que posee un tramo de la restinga, esa formación rocosa que conforma el lecho marino.

También para los chicos

En el sector, a medida que el mar se retira, queda expuesta esa estructura con contornos tan originales, en la que siempre queda ‘apresada’ un poco de agua. Eso permite además que los más chiquitos chapoteen y disfruten de baños aún en bajamar.

También es una playa que adoran los que aman caminar y descubrir la vida que palpita en la costa.

Es que aquí pueden verse desde pulpos agazapados entre las rocas hasta cangrejos, estrellas y esponjas, en una cantidad y diversidad mayor de la que puede observarse en otros puntos, donde alta presencia de público influye en la manera en la que se muestra el hábitat.

Por último también los amantes de la pesca eligen el lugar para probar suerte con la caña, porque la tranquilidad que lo caracteriza se conjuga con su riqueza natural, y los buenos piques se suceden, para felicidad de los pescadores que nunca se alejan con las manos vacías.

Pueden verse pulpos, cangrejos, estrellas y esponjas, en cantidad y diversidad mayores a las que puede observarse en otros puntos de las playas.

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