El consagrado de esta temporada, Agustín Mallmann

El consagrado de esta temporada, Agustín Mallmann

Es uno de los más encumbrados exponentes de la nueva generación gourmet internacional. La fama del tío ayuda, obvio.

El consagrado de esta temporada, Agustín Mallmann

Es uno de los más encumbrados exponentes de la nueva generación gourmet internacional. La fama del tío ayuda, obvio.

Este verano terminó de consagrarse como uno de los más encumbrados exponentes de la nueva generación gourmet internacional.

Estamos hablando de Agustín Mallmann, cuya vida siempre estuvo dividida entre Buenos Aires y Santa Bárbara, Estados Unidos, debido a los compromisos laborales de sus padres.

Hoy, con 25 años, continúa viviendo de la misma forma, pero no por otros sino por él. Su mundo está abocado exclusivamente a la gastronomía, pero no es uno más, no es un uno del “montón”, es sobrino del gran Francis Mallmann.

“Me di cuenta de que me iba a dedicar a esto trabajando con Francis. Después de un tiempo de estar en sus restaurantes y eventos, noté que me fascinaba cocinar, interactuar con los clientes e invitados del hotel o de los eventos”, comenta Agustín.

Siempre aclara que la relación tío- sobrino era prácticamente inexistente antes de que trabajaran juntos. Sin embargo, el contacto frecuente hizo que el tiempo perdido, fuera solo eso, tiempo. Recuperarlo fue fácil y los viajes ayudaron mucho: “después de mi primera temporada de seis meses en Garzón, Francis me invitó a viajar y a cocinar con él. Fue junto a un pequeño equipo de cocineros, fue una gran experiencia”.

“Ese primer viaje fue a Texas, Estados Unidos. Me acuerdo perfecto. Después viajé a algunos lugares más con él. Fuimos a New York, Canada, Esteros del Iberá, Bariloche, Lago la Plata, Uruguay”, explicó.

Este verano 2018 lo pasó en Punta del Este y una vez terminada la temporada se marcha enseguida a California donde llega a otro verano para trabajar en eventos privados. Él forma parte del equipo de Tastemade y tiene su propia serie titulada “Nómade”, en la cual despliega sus habilidades a la hora de preparar diferentes platos en un entorno rodeado de la naturaleza de Argentina y Uruguay.

Para él, “la gastronomía es una forma de demostrar amor hacia otras personas, hacer que la gente pase un buen rato, no solo por la comida, sino por toda la experiencia que significa sentarse a comer y compartir la mesa. Creo mucho en que cocinar siempre es un acto de amor y entrega”.

Reconoce que de su tío aprendió “la sencillez a la hora de armar un plato: eso fue lo que más me marcó. Con productos de primera calidad creaba platos simples, pero increíbles. Los fuegos, el estilo de cocina que usa, me fascinó. Es algo muy lindo y visualmente muy elegante, pero a la vez rústico. De toda esa mezcla me enamoré”.

Queda claro que Agustín ha sabido beneficiarse de lo que el nombre le proporciona, y a su vez, marcar su propio camino para distinguirse por sí mismo. “Cocinar siempre fue algo muy presente en mi casa”, eso es innegable, sostiene.

“Mi estilo es la cocina a leña. Me marcó mucho este estilo después de trabajar en la cocina de Francis y creo que le da un sabor único a la comida”, admite.

Viajar es su gran pasión y subraya que andar por el mundo fortalece y alimenta su estilo de cocina. “Los viajes me dejan muchísimo, desde amistades hasta aprender distintas maneras de ver y hacer las cosas. Viajando entre Estados Unidos, Argentina y Uruguay veo tantas formas de hacer las cosas que puedo absorber lo que más me gusta de cada lugar y adaptarlo a mi estilo”, comenta.

¿Su plato preferido? Ojo de bife entero a la parrilla, lo cocino bien despacio 5 horas sobre brasas de leña, con chimichurri y verduras al horno de barro.

¿Un plato para agasajar a una mujer? En verano, un filet de pescado blanco fresco a la plancha con una ensalada rica y papas finas doradas en la plancha. En invierno un buen risotto de hongos al malbec.

¿El ingrediente que no puede faltar en tus platos? Ralladura de limón.

Agencias