Alberto Fernández en Villa La Angostura: El alineamiento del MPN

El gobernador Omar Gutiérrez recuperó terreno político con la estadía presidencial en la provincia. Selló su acercamiento al "albertismo".

Seis meses. Ese fue el tiempo que le tomó a Omar Gutiérrez volver a recuperar terreno en la consideración del nuevo gobierno nacional. El deseo de completar la metamorfosis, que significó dejar de ser uno de los gobernadores preferidos del expresidente Mauricio Macri para convertirse en el anfitrión de Alberto Fernández, quedó plasmado hoy en un discurso lleno de elogios al mandatario nacional.

El gesto del presidente Fernández, que pernoctará en el histórico Messidor, puede ser tomado por el gobernador como un certificado de consideración. Solo un puñado de veces, y una sola vez durante la pandemia, el mandatario nacional eligió quedarse en una provincia a pasar la noche y, entre ellas, se anotó Neuquén.

El protocolo oficial no ocultó el auxilio que Nación giró al gobierno provincial: antes de los discursos oficiales el locutor se encargó de detallar con precisión quirúrgica, peso por peso, lo enviado en concepto de obras y ayuda a la provincia. El gobernador recogió el guante y agradeció, pero fue más allá y, advirtiendo las sonrisas irónicas de los representantes del oficialismo presente, se comprometió a terminar obras que, a esta altura, parecen interminables como el puente de La Rinconada.

La estadía Fernández significa para Gutiérrez avanzar un casillero en la foto nacional. Una postal que, desde el 10 de diciembre, lo tenía en segundo plano por su comodidad con los años del macrismo. El diputado Darío Martínez y la senadora Silvia Sapag, del Frente de Todos, fueron ayer fiscales en primera persona para no dejar pasar por alto los años de alianza opositora, sobre los que insistieron sin treguas en el pasado.

El gobernador se mostró en su discurso con un tono vehemente, más cercano a la arenga peronista, y destacó las decisiones tomadas por el presidente para enfrentar la pandemia del coronavirus y las medidas que beneficiaron a la economía neuquina como el barril criollo y la rebaja de las retenciones a la exportación hidrocarburíferas, para las que usó el eufemismo de «suavizar».

El anterior gobierno peronista tuvo, no sin chispas, una fluida relación con la provincia de Neuquén y con el MPN. Llevaron a la expresidenta Cristina Kirchner en su boleta y después fueron aliados tácitos en un recordada elección legislativa nacional. Pero esta versión, representada por una coalición, no deja de tener sectores unidos pero diferenciados. Estrechar la mano del presidente Fernández es acercarse al federalismo que propone (hoy planteó que YPF debería estar instalada en Neuquén) y también alejarse de otros colores del gobierno nacional.

Ese posicionamiento no siempre le resulta cómodo al MPN porque es un fundamento que va en contra de las provincias «islas» que concentran sus expectativas en el desarrollo de las riquezas naturales propias. Esto es algo que ya mostró tensiones con el kirchnerismo. Un federalismo, pareciera ser, que llega solo hasta la entrada del yacimiento.

Como sea, una vez más el partido provincial, que gobierna Neuquén hace medio siglo, volvió a ecualizarse con la administración nacional y restará ver si esta vez el peronismo local se conforma con ser fuego amigo o, por el contrario, consigue soporte propio para disputar en las urnas.


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