Cuidar el pelo: por qué es una cuestión de salud e higiene más allá de lo estético

El pelaje de nuestra mascota es en muchas ocasiones el primer síntoma de una enfermedad externa, interna o estrés, advierte Marcelo Miranda, director de un centro de estética canina, en esta nota con Río Negro.

En los últimos años, la población de animales de compañía ha aumentado y, con ello, también la responsabilidad hacia ellos brindándoles los cuidados necesarios para el bienestar y la buena salud, entre esos cuidados, la higiene juega un papel fundamental.


Marcelo Miranda es director del alumnado del centro de estética canina “Zoona Animal” y, junto a su esposa Gabriela Alan y dos asistentes profesionales, Florencia Meza y Ailin Caso, se complementan en un equipo para cumplir con la demanda de atenciones caninas.
El pelaje de nuestra mascota es en muchas ocasiones el primer síntoma de una enfermedad externa, interna o estrés – explica Miranda – y, si bien los perros tienen cambios de mantos y constantemente tiran pelo, un pelo reseco, sin brillo, caídas continuas, caspa o rompimiento puede ser indicativo de enfermedades o estrés, indica. Por lo tanto, no debemos dejar de prestar atención al pelaje de los animales que conviven en casa.


Para Miranda, consultado por RIO NEGRO, el baño y el corte del manto en los perros es de suma importancia y, en aquellos que pierden pelo, recomienda retirar, ya que si no se tiene en cuenta se deteriora, desmejora y puede provocar: dermatitis, hongos o lastimaduras debajo del pelaje.
Según el estilista, los mantos (pelaje) cambian dependiendo la temporada de primavera a verano donde se hace una capa menos densa de su pelo donde deja correr un poco más el aire y ese pelo le sirve cómo enfriador de aire y se mantienen fresco dentro de su temperatura. En invierno la subcapa es más densa que en verano.

Hay que retirar el pelo muerto y evitar los nudos, ya que favorece la circulación y la salud de la piel”.

Marcelo Miranda.


“Tenemos que prestar atención al manto porque en invierno lo protege del frío y en el verano del sol y también hay que retirar el pelo muerto y evitar los nudos, ya que favorece la circulación y la salud de la piel”, asegura el experto. Cómo recomendación o sugerencia Miranda aconseja “no vestir al perro” porque ya generan un suéter, una cobertura mediante su pelaje natural que, al colocarle un abrigo, el perro empieza a realizar la muda y cambia el manto como si fuera verano, manda la señal al cerebro y se le cae el pelo. Es ahí donde siente frío porque tiene pelo de verano, por esta razón, no se debe vestir inmediatamente al perro de entrada, los perros se sienten cómodos en una temperatura de 13° y 16 °, bajo esas temperaturas deben ingresar al perro a la casa, en esas temperaturas o por encima de esas temperaturas, el perro se siente muy cómodo, afirma.

“Las personas creen que porque hace calor hay que rapar o dejar muy corto el manto y eso no es correcto, es un error porque la temperatura del perro sube cuando se pela o se deja muy corto su manto y ahí viene el golpe de calor”, manifestó el experto.
Miranda asegura que para las personas que deseen mejorar la calidad de vida de los animales es importante desarrollar sus conocimientos acerca del arreglo de las diferentes razas de perros, con el fin de obtener capacidades como estilistas caninos, mejorando además la calidad del oficio canino actual, ante la demanda cada vez mayor de este servicio.

Las personas creen que porque hace calor hay que rapar o dejar muy corto el manto y eso no es correcto».

Marcelo Miranda


Pero… ¿qué es el estilismo canino? Se trata de un oficio, ya que por ahora no existe una carrera con un título oficial. Sin embargo, ser estilista canino es un arte, porque se utilizan “las manos y herramientas profesionales” para embellecer a las mascotas de diferentes formas y maneras usando la creatividad e imaginación, argumentó Miranda quién además asegura que es una pasión que parte desde el amor hacia los animales, donde se pone el alma y corazón en cada trabajo particular. También es una competencia, porque los trabajos realizados se exponen en concursos – explica – y en ellos, la estructura y la estética del animal son juzgados y evaluados por jueces profesionales.

Tipos de manto, según la raza

Liso: como el Labrador, el Basset o el Beaggle
Duro: como el Scottish Terrier, el Airedale o el Schnauzer
Áspero: como el Pastor Alemán, el Pastor Belga o el Viejo Pastor Inglés.
Sedoso: como el Lhasa Apso, el Shih-Tzu o el Bichón Maltés
Rizado: como el Caniche o el Perro de Agua Español.
Cordado: como el Puli o el Komondor.
Dobles capas: en perros criollos puede existir la continuación de más de dos tipos de pelaje.
“El estilista debe valorar y sugerir lo que crea conveniente para la estética de estos perros”, afirma Miranda.


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