Aniversario de Allen: Entre la huerta y la terapia equina

Cambió su rutina en la telecomunicación por la tranquilidad del trabajo en la tierra y la cría de caballos, entre otros.

Para Ricardo Peña su rutina en Allen dedicada a las telecomunicaciones era estresante. Por eso, hace dos años cambió el rumbo y apostó por vivir en una chacra autosustentable donde, además, cría caballos con sus hermanos para sesiones de equinoterapia.

En una tierra de seis hectáreas ubicada sobre calle Haydeé Coila, el hombre de 35 años intercambia animales por otros insumos y composta el guano para producir y vender fertilizantes orgánicos. La chacra era de su abuelo Francisco y junto a sus dos hermanos la compraron. Ricardo contó que su abuelo murió muy joven y no vivieron muchos años allí ya que su abuela alquiló la propiedad.

“Trabajamos mucho en la industria de las telecomunicaciones, pero nos salimos un poco y nos vinimos para la chacra”, expresó sonriendo. Ricardo contó que dejaron a un socio a cargo de la empresa y ellos cambiaron su estilo de vida para mudarse a ese campo. “Me gusta estar acá por el contacto con los animales, la tranquilidad, esto implica no estar tanto tiempo en contacto con gente, es una vida muchísimo menos estresante”, explicó.

El trabajo en la chacra requiere fuerza, remarcó Ricardo mientras daba de comer a los cerdos. “No es un trabajo de escritorio”, sostuvo. “No es fácil trabajar con maquinaria antigua por eso estaría bueno que el Estado esté presente con créditos blandos para poder renovar la maquinaria. De esa manera podríamos producir más pasto”, señaló.

Composta el guano y tiene una marca de sustrato orgánico.

Autosustentable


Ricardo y sus hermanos se dedican además a engordar animales como vacas y chivos. Una parte la consumen y otra la intercambian por productos que necesitan. Señaló que compostan todo el guano y que tienen una marca de sustrato orgánico. Además, compran camionetas con material de otras chacras. “Tenemos cerrado el circuito, los animales comen y el guano se composta”, reiteró.

Los fertilizantes orgánicos que preparan sí se venden para tener un ingreso. El proceso dura semanas y se logra un producto de excelente calidad. Por esto se destaca como auto sustentable. “Los fertilizantes si los vendemos, pero los animales los truequeamos entre amigos o familiares por leña por alimento u otros insumos que hacen falta”, dijo. Ricardo disfruta su vida lejos del ruido de la ciudad y se conecta con la naturaleza. Allí vive de los animales y también de las verduras que cosecha en su invernadero.


En la chacra los Peña crían caballos criollos, una raza que desciende del caballo ibérico traído por los conquistadores españoles a América. “Tienen más de 500 años de adaptación a esta tierra”, recalcó Ricardo. Los caballos que crían son para uso deportivo y para equinoterapia.

Peña doma y entrena a los caballos.

“En la chacra hacemos todo el trabajo de amanse, la doma y el entrenamiento”, señaló. El hombre es un experto ecuestre y articula sesiones de equinoterapia en su chacra. “Estudié en la Universidad Interamericana. Esto me habilita para trabajar con caballos de equinoterapia”, explicó. Su otro hermano, Federico, es profesor de educación física y también integra el equipo que brinda las sesiones. Además “hay una psicóloga y una kinesióloga, aunque por la pandemia estamos un poco frenados”, dijo.


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