Bush pidió a China mayores libertades civiles y apertura comercial
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PEKíN (DPA) – El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, instó ayer a China a otorgar mayor libertad a sus ciudadanos y pidió además al gigante asiático que abra más sus mercados. Durante una conversación con el presidente de China, Hu Jintao, en Pekín, Bush defendió la flexibilización de la moneda china y una lucha más fuerte contra la piratería de productos.
No obstante, los dos jefes de Estado constataron sobre todo intereses comunes. «Las relaciones con China son buenas, intensas y fuertes», afirmó Bush por la tarde ante periodistas y señaló que mantienen «discusiones francas», en las que las preocupaciones pueden ponerse abiertamente sobre la mesa.
Bush agradeció a China su mediación en el conflicto nuclear con Corea del Norte y reiteró que Estados Unidos espera que Pyongyang cumpla con la promesa de abandonar su programas nuclear y de armas atómicas.
El presidente norteamericano invitó a Hu a acudir a la Casa Blanca a principios de año. En septiembre tuvo que aplazarse el viaje de Hu a Washington a causa del huracán «Katrina».
Bush propuso además invitar al Dalai Lama a Pekín, para que el presidente chino pueda escuchar personalmente que el exiliado líder religioso de los tibetanos no quiere la independencia del Tibet. Además, indicó que China debería invitar también a representantes del Vaticano.
Además, la delegación hizo entrega de una lista de presos políticos, por los que el presidente estadounidense se preocupó tanto como en defender una mayor libertad para las organizaciones no gubernamentales en China. Hu, también jefe del Partido Comunista de China (PCC), aseguró en referencia a las quejas norteamericanas por el creciente déficit comercial estadounidense con China, que su país desea cooperar con Estados Unidos para reducirlo.
Así, subrayó la disposición de China a trabajar de cara a un comercio equilibrado. El problema, dijo, debe ser afrontado mediante consultas.
Además, Bush dijo haber visto «un poco, pero no mucho» movimiento en la liberalización de la moneda china.
Al margen de la visita de Bush a China, el fabricante de aviones norteamericano Boeing vendió a China 70 aeronaves del tipo 737 por un valor estimado de unos 4.000 millones de dólares.
Se prevé que en breve siga un encargo de otros 80 aviones. La oportunidad podría darse durante la próxima visita del mandatario chino a Estados Unidos.
El mandatario norteamericano expresó la esperanza de que la cúpula dirigente China garantice una libertad mayor
a sus ciudadanos. En la aparición conjunta con Hu ante la prensa, en la que sin embargo los periodistas no pudieron hacer preguntas, Bush dijo: «Es importante que las libertades sociales, políticas y religiosas crezcan en China. Alentamos a China a proseguir con la transición histórica hacia una mayor libertad».
Por la mañana, el mandatario norteamericano había asistido a una misa en una iglesia estatal en Pekín, tras lo cual señaló: «Tengo la esperanza de que el gobierno chino no tema a los cristianos que se congregan públicamente para rezar. Una sociedad saludable es una sociedad en la que son bienvenidas todas las creencias y que da a la gente la oportunidad de expresarse mediante la alabanza del Todopoderoso».
El presidente Hu reiteró de forma vaga que su país mejorará la situación de los derechos humanos. Respecto a preocupaciones norteamericanas sobre el ascenso de China como potencia, Hu aseguró que su país pretende un «desarrollo pacífico». En cuanto a la cuestión de Taiwán, Hu señaló que Pekín busca una unificación pacífica, pero señaló que «en ningún caso» tolerará la independencia de la isla.
Hu advirtió en contra del proteccionismo: los problemas comerciales deben «solucionarse razonablemente» por consultas, dijo. En cuestiones energéticas, los dos estuvieron de acuerdo en intercambiar tecnología y desarrollar fuentes de energía alternativas al carbón y el petróleo.
Se acordó asimismo una mayor cooperación entre los dos países para combatir la gripe aviar y la adopción de medidas preventivas contra una posible pandemia.
ANALISIS : Socios dependientes
Por ANDREAS LANDWEHR
Fue una cumbre para sentirse bien. Se evitó hablar de las diferencias o en todo caso sólo se aludió a ellas de forma amable.
Incluso el presidente estadounidense, George W. Bush, en una misa en la iglesia de Gangwashi en Pekín, abogando por una mayor libertad de credo, tuvo significado sólo para la audiencia cristiana de Estados Unidos. También la indicación de que es «importante» dejar crecer en China las libertades sociales, políticas y religiosas fue aceptada serenamente por el jefe de Estado, Hu Jintao, que se encontraba a su lado. Al fin y al cabo, no se le instó a ver las cosas de la misma manera.
Lo que le interesaba a Bush, era demostrar las mejoradas relaciones entre China y Estados Unidos. La visita a Pekín supone el punto culminante del cambio emprendido hace meses por el presidente estadounidense al dejar de contemplar a China como «adversario» y verle como «socio responsable» en el sistema internacional.
La confesión de que Estados Unidos necesita la cooperación de la floreciente potencia mundial -en el comercio mundial, en cuestiones monetarias, en la solución de grandes problemas energéticos y medioambientales o del conflicto nuclear con Corea del Norte – llega tarde. Este nuevo realismo hace que Washington describa hoy la relación con Pekín de «compleja» o «amplia».
Bates Gill, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales dice que «mantenemos intensas relaciones de dependencias mutuas con un país que no es un aliado y con seguridad tampoco un íntimo amigo. Tenemos que cooperar con el estado unipartidista autoritario más grande del mundo», señala Gill, y agrega: «no hay repuestas fáciles».
La nueva política sobre China, que debe compaginar las diferencias y características comunes, fue presentada por el vicesecratario de Exteriores y experto en China Robert Zoellick. Acuñó el concepto de «socio» para China: «Somos demasiado dependientes el uno del otro como para mantenernos distanciados de China». (DPA)
PEKíN (DPA) - El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, instó ayer a China a otorgar mayor libertad a sus ciudadanos y pidió además al gigante asiático que abra más sus mercados. Durante una conversación con el presidente de China, Hu Jintao, en Pekín, Bush defendió la flexibilización de la moneda china y una lucha más fuerte contra la piratería de productos.
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