«Canción para el silencio»: rock, blues y góspel para el debut solista de Devra

Tiene una voz poderosa y dulce, aunque parezca una contradicción. Es una bellísima experiencia escucharla cantar. Estamos hablando de la neuquina Devra, quien este viernes editará “Canción para el Silencio”, un EP de tres canciones que anticipan su primer disco con su firma. Este EP será el primero de tres que irán saliendo a lo largo del año hasta dar a conocer las nueve canciones que serán parte del disco. El trabajo estará disponible en Spotify y demás plataformas digitales. 

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Devra es una cantante versátil y.… políglota. En 2018, le contó a RÍO NEGRO que había cantado en español, portugués, inglés, dialectos árabes, francés, italiano, judeo-español, ivrit.  

Devra, quien es profesora de música y maestra de canto, muy pronto celebrará 15 años de carrera como cantante profesional, está a punto de estrenar su propio disco con canciones que viene componiendo desde hace un largo tiempo. 

Hace unos días volvió a entrevistarse con RÍO NEGRO para hablar de esta canciones, de su proceso de composición y grabación, de sus jóvenes hijos músico que también son parte del proyecto, entre otros temas. 

P: ¿Cómo te preparas para el estreno del primer trabajo que llevará tu nombre? 

R: Me siento muy agradecida: a la música por ser mi salvavidas, a mi compañero, Germán Gorosito, que dio el puntapié inicial a este proyecto cuando escribió la hermosa letra de «Canción para el silencio», a mis hijos Ciro y Neo, por ser los primeros oyentes y críticos de todas mis canciones, al mejor productor musical y arreglador que pude haber elegido como es Marcos Archetti, de La Plata y a todo el equipo que está haciendo posible concretar este sueño. 

P: ¿Cuáles son tus expectativas sobre la presentación de este disco? 

R: Nace con este primer sencillo y deseo de corazón que la mayor cantidad de gente pueda escucharlo. Es al público que siempre acompaña, antes en la presencialidad, ahora desde sus hogares, a quienes les debía esta producción. Aquellas y aquellos que son nada menos que el elemento fundamental de ese ida y vuelta que es la música en acción. 

P: ¿Cómo son los vínculos con el resto de los músicos?  

R: Las canciones que seleccioné para la primera etapa del disco, que comenzará con un EP dedicado a la fusión rock/blues/góspel, requerían de músicos creativos, que otorgaran su impronta personal y que manejaran el estilo con comodidad. Es por esto que convoqué en primer lugar a Juan Pablo Ordoñez de Cipolletti, excelente guitarrista, con quien veníamos compartiendo conciertos desde hace algunos años, con nuestro dúo “Puente”. La elección del resto de los músicos la dejé en manos del productor, en quien tengo plena confianza, porque conozco su profesionalismo y trayectoria musical, ya que estudie con él, y ahora mis hijos también, y porque sé que Marcos siempre quiere lograr los mejores resultados, cuidando la esencia de la música y encaminando el trabajo hacia un concepto claramente definido con anterioridad. Efectivamente, convocó a dos músicos increíbles como son Rafael Vieiras de Brasil, en batería y Benjamín Rampoldi de Olavarría, Buenos Aires, en piano. 

Debo agregar que, Marcos Archetti es quien se encarga de la ejecución del bajo eléctrico, además de la producción musical y arreglos. Con todos ellos hay muy «buena vibra», como decimos en la jerga musical, y eso suma. 

P: ¿Cuáles son las dificultades de conectarse desde diferentes lugares?  

R: Al vivir en diferentes provincias, e incluso países, es necesario ejercitar una buena comunicación, fluida y concreta, para optimizar los tiempos, enfocándonos solo en la tarea específica y reduciendo el margen de error. Es importante una escucha atenta y el espíritu de colaboración que por fortuna vamos sosteniendo. Resueltas las cuestiones tecnológicas, que más de una vez generan contratiempos, lo demás lo vamos sorteando. 

P: ¿Cómo es el vínculo artístico con tus hijos?  

R: El mayor de mis hijos, Ciro González, se dedica desde niño al teatro y al dibujo artístico. Hace un par de años comenzó a incursionar en la música y tiene un camino muy prometedor como bajista. Se está encargando del diseño estético de los 3 EP que conformarán el disco final. 

Por su parte, Neo González, mi hijo menor, es un caso muy particular, no solo en nuestra región sino en Argentina. Es compositor musical desde los 10 años: escribió una pieza para flauta barroca a la que tituló «Agua de Vida» y a partir de entonces inició un camino compositivo siempre en crecimiento y apertura. Él es una inspiración musical para nosotros. En cuanto al disco, es quien hace las primeras armonizaciones de mis temas. 

P: ¿Cuánto tiempo demandó llegar a la grabación final del material?  

R: Empezamos a elaborar este disco en noviembre 2020: el material en su totalidad estará listo a fines de este año. Iremos presentando una canción por mes. El primer corte de difusión es «Canción para el Silencio», que podrá escucharse a partir del 19 de febrero en Spotify y otra gran cantidad de plataformas digitales. 

P: ¿Cuánto te enriqueció tocar con músicos de diferentes sitios y convergencias, sería como una mixtura musical?  

R: Creo que no sólo me enriqueció a mí en lo personal muchísimo, sino que enriquece a las canciones principalmente. “Canción para el silencio” empezó siendo una semilla, llena de vitalidad, a partir de la letra de Germán y mi música. Luego, alimentada por lo que cada uno aportó desde su propia identidad, creció enormemente, hasta florecer en un intenso rojo. Tan intenso como la energía que nos mueve, a crear, a ofrecer un reflejo de libertad y de amor. 

P: Sé que sos cantante hace 15 años, además de profesora ¿Cuáles fueron tus influencias musicales?  

R: Mi camino y gusto musical siempre ha sido muy ecléctico y diverso. La curiosidad me impulsa desde pequeña. La primera influencia fue mi abuela Juanita, profesora de música y cantante. Luego mi profesora Laura Romero, exquisita cantante lírica que me motivó desde un primer momento a desarrollar mi carrera profesional como intérprete. De artistas conocidos: Mercedes Sosa, Susana Rinaldi, María Elena Walsh, Luis Alberto Spinetta, Gustavo Santaolalla, León Gieco, Atahualpa Yupanqui y Nenette Pepin, Caetano Veloso, Ella Fitzgerald, Barbra Streisand, Edith Piaf, Los Beatles, Fredy Mercury, Pink Floyd, y tantas más. 

P: ¿Por qué el nombre del disco?  

R: Este primer EP se titula «Canción para el Silencio» porque es ahí, en ese espacio singular en el que de pronto todo se detiene, el ruido cesa, y por un instante no hay nada y paradójicamente hay todo; es ahí donde tenemos la posibilidad de conectar con lo que verdaderamente somos y encontrarnos con lo profundo de cada ser humano. La música es a veces una puerta a ese estado de paz interior que todos anhelamos. 

Cuando nos conocimos con Germán, tuvimos esa misma percepción, de que todo se acallaba y solo quedaba música y poesía en nuestros corazones. Sin embargo, no lo advertimos enseguida: tuvimos que reencontrarnos y crear una canción en conjunto, para entenderlo. 

«Canción para el silencio» es una invitación a abrir aquella puerta y dejarse llevar. 

P: ¿Cuántas canciones tiene el disco?  

R: Tendrá nueve en total. Tres de ellas destinadas a la fusión rock/blues/góspel, tres a la música latinoamericana y tres más al folklore nacional argentino. 

P: ¿De qué hablan tus letras?  

R: Hablan sobre cuestiones existenciales, sobre la vida y la muerte, sobre el intento de ejercitar un amor generoso, solidario, sobre el deseo de un mundo mejor, la búsqueda de libertad, de superar el dolor y el sufrimiento, sobre encuentros y despedidas. 

En este contexto, y tras la reciente partida física de mi hermano menor, en enero de este año, es que le dedico a él, desde el centro de mi alma, este comienzo oficial como autora y compositora.