Caneo: «Nada se logra sin mucho sacrificio» 26-4-03

«Siempre fui hincha de Boca. Tengo la suerte de jugar en uno de los clubes más importantes del mundo. Todavía no gané nada como para dar consejos, pero sí puedo asegurar que nada se logra sin mucho sacrificio. Es duro estar lejos de los afectos, también no disfrutar de las cosas comunes de los jóvenes. Pero elegí el fútbol como profesión y no me arrepiento». Un monólogo de Miguel Caneo, uno de los preferidos del exitoso entrenador Carlos Bianchi, quien a pesar que el roquense se encuentra en plena recuperación decidió mantenerlo en el plantel que está participando en la Copa Libertadores. El roquense no dudó en aprovechar la licencia de tres días que el «Virrey» le otorgó al plantel para volver a esta ciudad. Llegó antenoche y ayer tarde estuvo entrenando en el estadio «Luis Maiolino». ¿Y el descanso? Tiene una rutina para cumplir en su proceso de recuperación de la intervención que sufrió en su rodilla izquierda y lo marginó del equipo. Hablar con «Miguelito» no es fácil. Gambetea a la prensa con la misma facilidad que a los rivales. Se siente más cómodo con su familia y sus amigos. «Son todos del fútbol, disfrutó el rato que puedo estar con ellos, nos divertimos mucho», apuntó. Igual, después de entrenar, cumplió. En medio de las fotos y las cargadas de sus amigos, hasta firmó autógrafos. «Me estoy acostumbrando de a poco, pero todavía no soy tan conocido. Igual, algunos firmo», disparó con una sonrisa. Después el diálogo, con la frescura habitual de este «flaco» que se ganó el respeto de Bianchi. ¿Qué le aconsejas a los que quieren llegar al fútbol grande? – Que tienen que estar convencidos del paso que van a dar. Hay que sacrificarse mucho, pero si tenés la suerte de llegar la recompensa es grande. Nada se logra sin mucho entrenamiento y dedicación. Sabés las veces que me fui a dormir y mis amigos se iban a bailar. Estás lejos de la familia, de los afectos. Pero se puede. ¿Cuál es la relación con Bianchi? – Normal, como la que tiene con todos los jugadores. Yo le tengo un gran respeto. El también conmigo. Es muy bueno el trato, sentís su respaldo. Logra el máximo rendimiento de jugadores que con otros técnicos no funcionaron. – Bianchi te motiva mucho, la confianza es total. Cuando salís a jugar estás convencido de lo que tenés que realizar. Es claro en sus conceptos. Simplifica las cosas. ¿Estás sorprendió que te bancara a pesar de la lesión? – Mis expectativas eran la de seguir en el grupo de la Copa y se cumplió. No se sabía cuánto iba a estar parado. Con la actitud que tuvo me demostró su apoyo. Siempre estuvo atento a la evolución de mi lesión. ¿Cómo es un día tuyo en Casa Amarilla? – Normal. Entrenó fuerte, sobre todo cuando se trabaja en doble turno. Hay veces que me quedó en Casa Amarilla. Sino, salgo a ver a mis amigos, estoy enganchado con Internet. Tenemos un regimen de entradas y salidas, no hay privilegios. No nos pasamos de la raya. ¿Cómo andás de la rodilla? – Mucho mejor. No se inflamó para nada, no hay dolor. Hasta ahora todo bien. ¿No parás de entrenar? – Nunca. Vine a Roca con un plan de trabajo. Estuve dos días parados nada más. Después empecé a entrenar, con muchas horas en el gimnasio. Y ahora mismo, acá también vine con una tarea asignada para cumplir. ¿Y fútbol? – No tengo fecha exacta. Por ahora, el lunes sigo con el kinesiólogo. También algunos trabajos con pelota. Recién la otra semana calculo que sumaré al grupo, si todo va bien y la rodilla funciona. ¿Cómo te llevás con los referentes del plantel? – Bien. Ellos, como son con más experiencia y ganaron muchas cosas, siempre te aconsejan, sirven para ubicarte en algunos temas, porque están curtidos. Tengo una buena relación. El grupo está muy unido, eso es lo más importante. Alfredo (por Cascini) es uno de los que más afinidad tengo. Igual, en las concentraciones me toca siempre con Javier (por Villarreal) o el «Pampa» (por José M. Calvo). La pasamos bien. ¿Es difícil estar en Boca? – Todo saben los que es Boca, que no es cualquier club. Es uno de los más importantes del mundo. Te tenés que acostumbrar a la pasión de la gente, también a su exigencia. Hay que acostumbrarse a lo que lo rodea, a los periodistas… ¿Te cambió algo? – En realidad, sigo siendo el mismo. Que en la prensa se hable un poco más o menos de Caneo no me cambió. Tengo el trato de siempre con mi familia y los amigos. Sólo hay un poco más de reconocimiento. ¿Ganás plata con el fútbol? – No, todavía no. Me llaman para cobrar algunos premios, pero nada más. ¿Y quién la invierte? – Yo, soy el que se esfuerza.

Muy personal A Boca no le salió ninguna ante Paysandú. Se perdió un partido que todos pensaban que iban a ganar por una buena diferencia. Ahora habrá que jugársela como visitante. Me gustaría estar en la revancha. ¡Qué lindo sería clasificar con un gol mío¡ Claro, tengo que estar en el plantel». «La política me interesa, pero no me vuelve loco. No puedo comentarle a quién voy a votar, está la veda. Mirá qué salida elegante». A Mauricio Macri lo vi apenas un par de veces. En la pretemporada estuvo en «La Posada de los Pájaros» en Tandil y me saludó. Hola y chau. «Mi ídolo es mi papá. Era bueno. Ahora, me gus-tan el francés Zinedine Zidane y Juan Román Riquelme. Son dos jugadores bárbaros».

Raúl Bernal rbernal@rionegro.com.ar