Locutor de SAO fue declarado culpable por otros 16 delitos sexuales
Ocho de las víctimas eran menores de edad. El hombre ya cumplía una pena de 20 de prisión por abuso sexual a una menor.
Marcelo Morelli fue declarado culpable por 16 delitos sexuales contra 8 víctimas menores de edad en San Antonio Oeste.
Morelli trabajaba como operador y locutor radial en esa localidad y en 2015 había sido condenado a 20 años de prisión por dos abusos que tuvieron como víctimas a dos niños de 11 y 13 años.
Así lo resolvió hoy por unanimidad el tribunal integrado por los jueces
Marcelo Álvarez, Itziar Soly y Adrián Dvorzak,
La fiscalía estuvo representada por Juan Pedro Puntel y Yanina Estela Passarelli, la defensa oficial por Pedro Vega y Juan José Álvarez Costa y la querella por Ana Schiavone.
Morelli fue imputado de los siguientes delitos: promoción a la corrupción de menores; facilitación de material pornográfico a menores, tentativa de abuso sexual con acceso carnal, exhibiciones obscenas en perjuicio de un menor, abuso sexual con acceso carnal, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual simple.
El imputado ya se encuentra cumpliendo una condena de 20 años de prisión por el delito de abuso sexual simple gravemente ultrajante, de 2015.
Todo salió a la luz a través de una carta abierta de una víctima
El primer caso se conoció en San Antonio Oeste, a través de la “viralización” en las redes sociales de una carta abierta escrita por un joven de 23 años. La víctima era pre adolescente en el momento en el que, según relató en ese escrito, el locutor abusó de él sometiéndolo a distintas prácticas.
Luego varios jóvenes se contactaron y se animaron a contar lo ocurrido. A través de la representación de la doctora Schiavonne, acudieron a la fiscalía a presentar las primeras denuncias que motorizaron el arresto de Morelli.
En la sentencia que lo condenó en 2015 la Justicia consideró que Morelli cometió “abusos sexuales agravados y repetidos, exhibiciones obscenas, facilitamiento de pornografía a un menor de 14 años y corrupción de menores”.
Además, consideró que el hombre “realizó una tarea de captación de los niños y de confianza en los padres para llevar adelante su cometido. Luego trabajó para que los chicos asumieran las prácticas sexuales que él les inculcaba y con las cuales satisfacía sus deseos sexuales como actividad normal de amigos; de ello los convencía aprovechándose de su inocencia”.
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