Cayeron a la mitad los productores de cerdos por la suba del maíz

El costo de alimentación que representa el cereal impacta con dureza en las ecuaciones económicas de producción de carne. En el Alto Valle observan una fuerte merma de pequeños crianceros.

El aumento cercano al 60% que registró el precio del maíz durante 2019 generó una caída de la mitad de los pequeños productores de cerdos en la región. Son los que se sumaron a la actividad en la última década, con el boom del consumo de esta carne que, en principio, fue barata pero ahora cuesta sólo un 10% menos que los cortes vacunos.

La realidad de los grandes productores es otra. Con una escala adecuada, los costos tienden a bajar y el producto se mantiene todavía competitivo en el mercado.

Cercano a los 10 pesos por kilo, el maíz para alimentar cerdos representa el 80% del costo que tiene el productor, incremento que no se ha trasladado al mostrador de los carniceros por el fuerte retraimiento de la economía y pérdida del poder adquisitivo de los consumidores.

Raúl Choiman es un pequeño criancero de Allen y explica que hace ocho años, cuando se inició en la actividad, el kilo de maíz lo pagaba a solo un peso.

El consumo de carne de cerdos se incrementó en los últimos años, pero el productor no puede sostenerse por los costos.

“Desaparecieron más de un 50% de productores porcinos de mediana, baja escala y familiares en el Alto Valle”, indicó a Río Negro Mónica Felice, médica veterinaria e investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Regina. Cuando comenzaron a trabajar en 2003 con un programa para el sector, dijo que tenían 15 crianceros. Hoy quedan sólo 4. Entre Cervantes y Villa Regina hubo 50 productores y ahora apenas unos 20.

Algo similar ocurrió en la Asociación de Productores Porcinos de Allen. Llegaron nuclearse allí 33 productores, pero al cierre de 2019 están en pie solo 12.

A partir de 2005 “hubo un aumento del consumo, de la demanda y de tecnologías. La cría de cerdos, que siempre fue familiar, desde hace unos 10 años se empezó a profesionalizar”, explicó Iván Hadad, asesor de productores en la región.

Desde la mirada de la veterinaria del INTA, Mónica Felice, la crisis que afronta hoy la actividad comenzó hace tres años y la atribuyó al precio del alimento “que no ha parado de subir”. Se sumó al reclamo que plantean los crianceros, quienes piden una regulación del precio del maíz para que el pequeño productor no quede expuesto.

Explicó que los crianceros medianos (que tienen entre 10 y 20 madres) y pequeños, que se dedican a la producción de lechones, bajaron el número de madres y otros dejaron directamente la actividad. El número de productores que trabajan capones se han mantenido, pero también disminuyeron el número de madres.

Felice señaló que el valor del maíz local -que se destina a los cerdos-, se asemeja al que traen en camiones de La Pampa, Buenos Aires y Córdoba. “No sabes en qué condiciones viene ese maíz, si está sano o tiene hongos; y esto puede ser un problema”, remarcó.

El maíz es el principal alimento para los cerdos y viene en fuerte alza desde hace tres años.

Hadad señaló que “el valle tiene todas las condiciones para un buen desarrollo de la cadena de producción porcina, pero la actividad viene en picada porque no hay un precio estable del grano”. Destacó que la zona tiene una “gran ventaja” porque cuenta con el matadero frigorífico de J. J. Gómez pese a que no es de tránsito federal.

30.000
el número de cerdos que se crían en Río Negro, según estimaciones del ex ministro de Agricultura, Alberto Diomedi.

Una de las salidas para la actividad podría ser incentivar la siembra de maíz en toda la tierra bajo riego que está semiabandonada o abandonada en el Valle Medio y Alto Valle de Río Negro.

El criancero Choiman compartió el argumento. “Los insumos están caros y tenemos que hacer cada vez más malabares para poder criar la mayor cantidad posible de lechones”, explicó.

“Nos están faltando decisiones políticas para el desarrollo de las actividades, líneas de crédito y mejores condiciones para actuar en el mercado. Necesitamos que sean más estables las condiciones de producción para el pequeño y mediano productor”, añadió Hadad, que también es médico veterinario y profesor del taller de producción de bovinos del CET 17 de Roca.

Avalan las retenciones
Los crianceros de cerdos expresaron su apoyo a esa medida. Creen que permitirá que se vuelque más maíz al mercado local.

Dijo que uno de los mecanismos con los que se logró años atrás un precio estable en el grano fueron las retenciones, cuyo valor para el maíz podría incrementarse en más de un 15%, según hizo saber el gobierno nacional a la Mesa de Enlace.

“La función que cumplían era mantener un grano para el consumo nacional mucho más acorde a las necesidades de los pequeños y medianos productores”, explicó Hadad. Sostuvo que con el sistema “se persuadía al gran exportador para que volcara aquí el grano”.

Por su parte el exministro de Agricultura de Río Negro, Alberto Diomedi, señaló hace poco que “pasamos a jugar un rol importante en la producción porcina ya que contamos con más de 30 mil cabezas a lo largo de distintos emprendimientos en la Provincia”.

Buscan mejorar condiciones con una planta de alimentos

Ariel Yánez es el secretario de la Asociación de Productores Porcinos de Allen y explicó que en 2020 quieren poner en funcionamiento una planta de alimentos para los asociados.

En 2017 recibieron del gobierno provincial dos silos y una pequeña planta de balanceados, que consta de un elevador, moledora de granos y una mezcladora.

Uno de ellos puede almacenar 22 toneladas de alimentos proteicos y el segundo 40 toneladas para maíz u otro cereal.

“El alimento va a ser para todos. Cada productor podrá sacar de la planta y abonarlo luego una vez que vendió su producción”, explicó.

Yánez mencionó que cuentan en la costa oeste del río Negro con un predio de media hectárea y allí piensan construir la planta.

“Queremos levantar un tinglado de tres metros por 15 y adentro hacer una división para que pueda estar un sereno que cuide la maquinaria”, detalló.

“Llegamos a ser 33 productores en la organización que tiene ocho años y ahora quedamos 12, es casi como empezar de cero”, dijo.

La idea es incorporar razas que se adapten al clima de la Patagonia. Hay que combinar la rusticidad con la maternidad”.

Roberto Rubio, de la Asociación Porcina de Productores del Alto Valle.

Desde la Asociación Porcina de Productores del Alto Valle Sanhue, Roberto Rubio señaló que uno de los objetivos de los crianceros es mejorar la genética de los animales.

“La idea es incorporar razas que estén adaptadas al clima de la Patagonia, hay que combinar la rusticidad con la maternidad”, explicó el tesorero de la entidad.

Señaló que falta abrir un abanico más grande para quienes se dedican a la actividad, brindando capacitación y mejoramiento genético, con un acompañamiento de técnicos.

Rubio mencionó que los pequeños productores de la región apuestan al lechón en las fiestas anuales, en particular navidad y año nuevo.


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