Cayó el consumo de naftas de primera línea en la ciudad de Neuquén

Las ventas de los combustibles de mayor calidad cayeron un 14,42% interanual. Los usuarios volvieron a optar por las más económicas e impulsaron la demanda más de un 6% en el mismo período.

La caída en el consumo de combustibles líquidos que se registró a nivel nacional durante los primeros meses del año tuvo su impacto en la ciudad de Neuquén. En julio las ventas de naftas en las estaciones de servicio de las banderas YPF, Axion, Shell y las ex Petrobras ahora PUMA, en conjunto, tuvieron un descenso interanual del 1,52% y de 2,82% en las de gasoil.

Vale recordar que en junio las ventas de las más de 20 estaciones relevadas anunciaron aumentos del 1,42% en las naftas y caídas por el 5,86% en el gasoil.

Según información de la Secretaría de Energía de la Nación las estaciones de servicio de la ciudad, de las cuatro banderas, registraron en julio una caída en las ventas de naftas premium de un 14,42% y un incremento en las de menor calidad de un 6,49%.

En números

1,52%
es lo que cayó el consumo de naftas en el período de un año en la capital de Neuquén. En junio había subido.

Si se tiene en cuenta que en junio el consumo de naftas comunes había crecido un 10,76%, se puede evidenciar que no todos los consumidores que dejan las naftas de tope de gama se refugian en las de menor calidad.

Esto no solo muestra que la tendencia a la baja también se reflejó en la región, sino además los cambios de conducta en los consumidores que comenzó a verse con fuerza desde el año pasado sigue por la misma senda, aunque el consumo de naftas comunes comenzó a amesetarse.

Desde ayer el precio de los combustibles no podrá modificarse hasta noviembre.

En diálogo con “Energía ON” desde la Cámara de Expendedores de Combustibles de Neuquén y Río Negro (CECNERN) expresaron que “el cambio de premium a super se viene dando desde mediados del año pasado cuando empezaron los grandes aumentos de combustibles”. Es precisamente el período donde se registró la devaluación más importante del peso y comenzaron los reiterados aumentos del valor de los combustibles.

En números

2,82%
es lo que descendieron en un año las ventas de gasoil de grado 2 y grado 3 en la ciudad.

Lo cierto es que por ahora no seguirán y es que ayer el presidente Mauricio Macri resolvió congelar el precio de los combustibles por un plazo de 90 días hasta los primeros días de noviembre.

Variación de los precios

Está más que claro que tanto la caída general en el consumo de los combustibles líquidos y específicamente en los de mayor calidad está directamente relacionado con los reiterados aumentos de los precios que se repiten casi de manera religiosa todos los meses.

Para graficarlo mejor vale subrayar que en el período de un año el precio de los combustibles se acrecentó entre 14 y 20 pesos, según cada producto.

En números

6,49%
es el incremento interanual que registraron en julio las ventas de naftas de menor calidad.

En concreto el valor del gasoil de grado 2 pasó de costar un promedio de $24,70 en julio de 2018 a $42,63 el mes pasado. Esto significa que en 12 meses el aumento fue de $17,93.

El gasoil de grado 3 no solo subió, sino que fue el producto que más creció en el mismo período de análisis. El litro pasó de costar en promedio $29,60 a valer $49,94, un aumento de $20,34.

Los aumentos

$14,22
es lo que subieron las naftas de menor calidad entre julio de 2018 y el julio pasado. Un 38,01% de aumento.
$15,35
es lo que se incrementaron los combustibles tope de gama desde mitad de 2018.

Este combustible se utiliza principalmente para vehículos de gran tamaño como camiones y para maquinarias pesadas, por lo que si su consumo cae es un indicio directo de la situación industrial y de transporte.

En el caso de las naftas los aumentos que se registraron entre julio de 2018 y el de 2019 mostraron un comportamiento similar.

Las naftas de menor calidad se incrementaron en promedio $14,22 en un año. Pasaron de costar $23,19 a $37,41 el mes pasado.

Sin embargo, las naftas tope de línea mostraron un incremento aún más grueso. Y es que en julio de 2018 tenían un costo de mercado promedio de $27,56 y el mes pasado se comercializaron en $42,91, lo que equivale a un incremento de $15,35.

Estos valores también muestran que la diferencia entre en litro de nafta super y premium en julio del año pasado era de $4,37, con los aumentos acumulados hasta el julio pasado la diferencia se estiró a $5,50. En concreto, la brecha entre las dos naftas se estiró a $1,13.

En el caso del gasoil la variación fue aún mayor. El año pasado la diferencia de costo de un litro de gasoil de grado dos con uno de grado tres era de $4,90 y el mes pasado la diferencia fue de $7,90, es decir, a $2,41 por litro.

Un eslabón importante

Así como los estacioneros manifiestan, con razón, que ellos no son los formadores de precio y están en el medio entre las petroleras y los clientes, las empresas productoras también describen una situación similar.

Si bien es cierto que las petroleras son quiénes definen nuevos aumentos en un escenario de libre mercado, argumentan que las actualizaciones son en el marco de precios internacionales y del mercado interno como lo es el precio del Brent, de impuestos, de retenciones, donde existe una injerencia importante del precio del dólar.

El consumo de nafta y gasoil en la ciudad de Neuquén cayó a nivel interanual.

En otras palabras, si el precio de venta del producto final en el mercado interno, que es donde se destina la mayor cantidad de lo que se produce, se congela o tiene aumentos a destiempo de la volatilidad de los mercados, el resultado final puede ser desinversión en sectores sensibles como los productivos o, en un análisis más brutal, derivar en un desabastecimiento en el mercado de los combustibles.

Vale subrayar que este contexto de baja en el consumo de combustibles líquidos masivo, de cierta manera, les permitió a las operadoras refinar menor cantidad de petróleo o almacenar a la espera de un precio más competitivo.

De una u otra manera la venta de combustibles es un eslabón importante en la cadena productiva del petróleo y continuará de la misma manera incluso en un escenario en el que los canales de exportación estén realmente aceitados.

La decisión de congelar los precios del crudo y de los combustibles puede resultar en mar de decisiones que el gobierno no podrá controlar y lo deja en una situación incómoda sin más que esperar un gesto político de las compañías.

Análisis: Un poco de “populismo” no viene mal

Por: Matias Del Pozzi

Luego de pedir perdón por las declaraciones del lunes por la tarde, después de la categórica derrota en las PASO, el presidente Mauricio Macri anunció ayer el congelamiento del precio de los combustibles y del crudo por 90 días.

La decisión vino en un paquete de medidas con el objetivo de levantar la imagen de cara a las próximas elecciones generales de octubre.

Esto significa que los precios que se van a tener en cuenta son el barril a 59 dólares y el tipo de cambio a $45,19 que tuvieron vigencia hasta el pasado viernes.

El impacto que tendrá en la industria es difícil de dimensionar, pero lo que se deja entrever es que es una medida golpea directamente a uno de los sectores que mejor relación tuvo con el gobierno.

Los interrogantes que surgen ahora son varios, está claro que por los próximos 90 días será más viable para las operadoras producir para exportar que para vender en el mercado interno, y si eso no es posible, no sería raro que haya desabastecimiento.

El gobierno sabía que perder en las PASO era una de las posibilidades, pero nunca se imaginaron que la diferencia se podía estirar a 15%. Las declaraciones del lunes y el anuncio de ayer mostraron dos caras de un mismo presidente que pareció desorientado por momentos. La estrategia ahora es aplicar un poco de es populismo para llegar mejor a octubre.


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