Centenario: invitan a compostar con todo lo que no entre en la olla

Muchos de los elementos que se tiran a la basura pueden ser de gran valor para reconstituir la tierra. Con los restos orgánicos de nuestra comida, en combinación con el agua, el aire y el mundo microbiano, se mejora el suelo. Vultur.g es un emprendimiento que sabe de la riqueza que allí existe en donde una gran mayoría considera basura.

Por Victoria Rodriguez Rey
@victoriarodriguezrey

El circuito del alimento es algo así: producción, elaboración, distribución y consumo ¿y con lo que queda? ¿qué sucede con lo que no entra en la olla familiar? Bueno, según el tipo de alimentación, lo que queda es riqueza para nutrir la tierra.


Una alimentación sana surge de identificar cuáles de los productos que consumimos vienen directamente de la tierra, bajo condiciones de producción agroecológica, claro. El ejercicio de observar el recorrido del alimento debería ser una rutina de consumidores y consumidoras. Cuantas menos escalas tenga ese camino, el vínculo que se establece con la naturaleza será más sano.

El suelo es el lugar de contención temporal de esa riqueza primaria, genética y cultural como es la semilla. Un suelo sano, cuidado, rico en micronutrientes, generará frutos con esas mismas características. Detenernos a regenerar el suelo es haberlo comprendido todo. Un primer paso es ser consciente que más del 50% de lo que tiramos tiene las condiciones para nutrir la tierra.


Quienes así lo entienden son Ivana Sar, Pedro Arévalo y Bruno Arévalo Sar integrantes de Vultur.g, un emprendimiento familiar desarrollado en Centenario, provincia de Neuquén. Ivana es licenciada en Gestión Ambiental y está convencida y comprometida en generar acciones que promocionen la salud ambiental. “No hay que tirar cosas a la basura, que no son basura. Conocemos de la contaminación ambiental, del mal manejo de los residuos, la gente cada vez consume y genera más. Sin embargo, hay problemas que se pueden evitar con un simple acto convertido en hábito”, dice Ivana. Fue así que materializaron sus ideas y convicciones creando la “vermi”, una compostera de uso doméstico con diferentes dimensiones según las necesidades de cada familia.

Vermicompostaje es la alternativa para el tratamiento de los desechos orgánicos, mediante el uso de lombrices rojas que aceleran el proceso de descomposición. Se trata de un proceso de biooxidación y estabilización de residuos orgánicos basado en la interacción de lombrices y microorganismos encargados de convertir los residuos orgánicos en hummus de lombriz o vermicompost.

“Queremos que se conozca este proceso. Es mucha la contribución y el cambio que se genera. Si nosotros hacemos esto, cualquiera lo puede hacer. Soñamos con que haya una vermi en los hogares, en las oficinas, en los edificios públicos”, comparte Ivana.


¿Por qué Vultur.g? Vultur gryphus es el nombre científico que se le asigna el cóndor. El cóndor es un ave que genera gran contribución a la sanidad ambiental “por la limpieza del ambiente que genera cuando hay un animal que muere. Entonces nosotros también queremos tener esa contribución a la vida”, explica Ivana.

El tipo de desechos que generemos, es una radiografía de cómo son nuestros hábitos de consumo. Trágicamente se fue rompiendo la comunicación con la tierra y se reemplazó el alimento real por cosas inventadas como son los ultraprocesados, con envoltorios inmediatamente desechables que perdurarán cientos de años. Vultur.g invita a compostar como una práctica cotidiana y de esta forma comenzar a reparar el vínculo con la naturaleza.

“Porque la lucha por la madre tierra, es la madre de todas las luchas”

Contactos:
IG @Vultur.g
WhatsApp 299 4609472 – 299 6067191


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