Cerezas argentinas, calidad y potencial exportador

Pocas son las actividades productivas que podrían mostrar un crecimiento exponencial en los últimos cuatro años. Mucho más, si se considera como factor determinante las enormes dificultades que presenta la coyuntura económica nacional desde hace al menos un año y medio.
Las cerezas argentinas, son hoy una de esas actividades. Los frutos rojos nacionales y en especial los que provienen de la Norpatagonia, son hoy un producto sumamente valorado en el mundo, que acaba de recibir el aval para la entrada al mercado chino, lo que pone por delante un horizonte de crecimiento potencial enorme.
Mientras el total de las exportaciones frutícolas argentinas redujeron los volúmenes exportados un 50% en la última década, los volúmenes de cereza argentina que viajan al exterior crecieron un 185% entre 2009 y 2018 y un 121% si se considera el periodo 2015-2018. Los datos surgen del informe que la Asociación Argentina de Productores Integrados de Cerezas (CAPCI) presentó durante la Segunda Jornada Nacional de Cerezas, llevada a cabo en la ciudad de Neuquén a principios de este mes, con la presencia de más de 200 productores, y la visita de epecialistas desde España, Chile y China. .
El informe detalla que las exportaciones nacionales de cherries alcanzaron las 4.970 toneladas el año pasado por un total de u$s 21 millones. Cuatro años atras, las ventas ascendían a 2.243 toneladas.
“La apertura del mercado chino nos llena de orgullo porque es un éxito conjunto del sector privado junto al estado, con un rol clave del Ministerio de Agroindustria de la Nación para lograr el protocolo, junto al Senasa y las provincias”, manifestó Alejandro Zimmermann, Presidente de CAPCI. “El tono de las políticas económicas que generer las condiciones para invertir, así como el fomento del crédito productivo, son elementos clave. No hay que dejar pasar este momento”, agregó.

Del total de las exportaciones de cereza argentina, un 27% proviene de la Provincia de Río Negro, y otro 17% de la Provincia de Neuquén. Significa que mientras todos los ojos se posan en el shale oil, la región de los valles irrigados de la Norpatagonia donde se alberga Vaca Muerta, sigue siendo un sector que ofrece potencial expotador desde la fruticultura.
En este sentido, los especialistas chilenos que visitan la región cada año, afirman que si el Alto Valle lograr reconvertir los montes de pera y manzana en cultivos de frutos rojos, el horizonte exportador con Asia como principal destino, no tiene techo. Chile es hoy el mayor exportador global de cerezas del hemisferio sur, y logró ese estatus en menos de 15 años, en los que logró multiplicar por diez los volúmenes exportados, con una minuciosa política público-privada de inversión productiva e inserción en Asia. Esa, señalan, es la llave que lograría destrabar el despegue de la producción patagónica: no hay posibilidades de reconvertir la producción, sin crédito a tasas razonables, con periodo de gracia, y a largo plazo.
Los datos indican que el principal destino que tienen hoy las exportaciones argentinas de cherries, es EEUU, que recibe el 34% de las cerezas nacionales. La temporada de cerezas que en el hemisferio sur se extiende entre fines de octubre y enero, coincide en Norte América con las principales festividades del año (Acción de Gracias y Navidad), lo que genera una ventana ideal para la exportación.
Sin embargo, la reciente apertura del protocolo de exportación a China, permite anticipar que más temprano que tarde, el país asiático se convertirá en el primer destino de los frutos argentinos. En la actualidad, el conjunto del continente asiático, recibe el 27% de las exportaciones argentinas.