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Cómo arrancar el viaje de tus sueños

Sabrina Mazzutti y Rodrigo Aguilar son los protagonistas de Casados on Trip, una aventura que comenzaron a gestar en la pandemia y hace poco se lanzó a las rutas. Aquí cuentan cómo se cocina un viaje que durará meses.

A viajar por el mundo, primera parada: General Roca. En las calles de la ciudad, el camión Ford 350 del 68 va de Paso Córdoba a la casa de algún vecino que les ofrece compartir. Sabrina Mazzutti y Rodrigo, Rocko, Aguilar llegaron hace un par de meses y se preparan para rodar el mundo. Antes de salir de Escobar, Buenos Aires, celebraron su boda y por eso llamaron a esta aventura Casados on Trip.

Se proponen ir hasta Ushuaia para subir en el mapa hasta Alaska, sin que los corra el tiempo, ni las responsabilidades, solo por el placer de conocer gente y lugares.

Sabrina prepara un café para convidar. Mientras Mono y Peter, los dos perros pequeños que los acompañan, desde el sillón miran con ganas de escapar a correr al parque que está al lado. Brownie, en cambio, no confía en los visitantes y sin maullar mira desde la cama.

La pareja cuenta que antes de conocerse, Rocko soñaba con viajar, había recorrido el sur y tenía miles de rutas pendientes. Sabrina, quería salir un día de mochilera. Por cosas de la vida, no habían podido cumplirlo, hasta que se encontraron y unieron sus destinos.

Modelo 68. El Ford en el que viajan sus sueños.

“Nos conocimos y como medio rápido dijimos de viajar. Empezamos a ver videos de viajeros, a buscar utilitarios”, dice Rocko y a su lado Sabri suma entusiasmada “a los 20 días de conocernos, hicimos el primer viaje por la costa de Buenos Aires, nos tiramos en paracaídas en Chascomús y así fueron nuestras primeras citas. Algo muy normal”.

Se fueron a vivir juntos, y no pararon de viajar. Un día se encontraron con unos chicos que recorrían lugares en una Kangoo y se entusiasmaron. Pero la pandemia los detuvo.

“En mayo del 2019 anunciamos boda y viaje el mismo día. Dijimos: ‘nos casamos y nos vamos’. En noviembre fue la boda y nos agarró la pandemia. Empezamos a buscar alternativas de vehículos, a pensar. Estaban muy elevados los precios. Hasta que apareció este”, dice él.

Recuerdan el día que apareció el camión que hoy es su hogar. Salieron a buscarlo. Era la primera vez que Rocko manejaba un vehículo de ese porte. Se sentaron adelante y aceleraron contentos con la compra, habían conseguido un camión como el que querían, que incluso estaba homologado.

Pero cuando bajaron la autopista, para llevarlo a casa, se trabó la admisión de combustible y se paró. El papá de Sabrina, que sabe algo de mecánica, logró moverlo y de ahí en adelante, todo el trabajo estuvo puesto en el vehículo, que sería el canal para su sueño.

Hogar dulce hogar. Así quedó tras el reciclaje. Aquí con sus perros Mono y Peter y el gato Brownie.

Al comprarlo sabían que necesitaría una puesta a punto grande, así que a eso se dedicaron. Lo desmantelaron para arreglar las filtraciones de humedad, pusieron asientos nuevos, muebles. Iban a sus trabajos, él, en el área de administración de una empresa, ella daba talleres de cerámica; y después al camión. Durante 9 meses trabajaron doble.

“Primero desalquilamos, nos fuimos a lo de mi suegro y después, por tres meses fuimos al terreno de un amigo para terminar con los arreglos. Le decimos Jeepers, por Jeepers Creepers, porque estaba de terror, pero ya está mejor”, dice Sabrina.

Ahora piensan agarrar la ruta 40 para bajar hasta el sur. La idea es escapar del calor para el sur, y cuando cambie la temperatura estar en el norte.

Cuando llegaron a Roca estuvieron en la casa de un primo. Luego conocieron una familia que los invitó a pasar a su casa y más tarde a otra. “Viajamos queriendo conocer los lugares, la gente, no tenemos tiempo. Una familia nos abrió las puertas de su casa para dar los talleres. Es muy lindo ver que hay gente que quiere ayudar al otro”, cuenta Rocko.

Cruzando el río Negro.

En la camioneta hay una foto de los dos. Él toca la guitarra y ella lo mira con una sonrisa. Sobre la entrada hay varias macetas con suculentas, y unos Budas de cerámica protegen la parada.
La camioneta tiene una instalación de gas que le permite tener cocina calefacción y termotanque.
Tienen ducha, inodoro, y todo lo que se necesita para vivir cómodos.

La idea es que el viaje se sustente con las artesanías de Sabrina, que hace cerámica fría, falso vitro, macramé. Rodrigo antes de venir daba clases de guitarra y tocaba con unos amigos. También hace fotografía, armado y reparación de PC.

“No va a faltar oportunidad para pintar una reja o hacer lo que salga. Sabemos que el trabajo es el motor del viaje. Elegimos este estilo de vida porque nos gusta. Queremos vivir tranquilos. El estrés de la ciudad, de vivir a las corridas no nos hacía bien, y estamos cada vez más contentos”, Sabrina no lo duda.

Mateada en las plazas de Roca. El objetivo es llegar a Alaska.

En su día a día trabajaban de lunes a viernes, planeando hacer todo el sábado y el domingo, que se pasaba volando. Ahora sienten que son dueños de su tiempo y que todo cambió.

Si bien, recién arrancan, comprobaron, por ejemplo, que a Roca habían venido antes, lo habían vivido como turistas, pero nunca lo habían visto así. Se enamoraron de Paso Córdoba, el lugar donde durmieron muchas noches. Con el cielo lleno de estrellas y la paz.

“No podés programar, van surgiendo miles de cosas. Vas a lugares nuevos, conoces gente nueva, pero dejás que la vida te sorprenda. Hay mucha gente buena”, coinciden, concluyen e invitan a salir.


En las redes: Casados on trip.


Próxim paso. Ruta 40 con rumbo sur.

Inspirados en viajeros

Viajar vale la Pena, Creciendo en el Camino, son las cuentas en las redes de otros viajeros, que siguen, que miran desde hace tiempo y que los inspiran a cada paso. Ellos muestran las cosas que hay que tener en cuenta y enseñan. Actualmente esperan como una definición de un Boca, River, que una familia viajera pueda cruzar la frontera con Estados Unidos. En Roca, también se encontraron con la Catanga Viajera que son de Caleta Olivia e iban hacia Usuahia. “Otros viajeros nos muestran como logran seguir adelante. A veces las situaciones te superan cuando se rompe algo, pero hay toda una comunidad que te da aliento”, cuenta Sabrina.


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