Cómo es la brutal caída en la producción que busca frenar el Plan Gas 4

Nación estimó que el año entrante la generación sería de apenas 101 millones, disparando las importaciones. Prevén destinar hasta 1.491 millones de dólares en su primer año, aunque atados a futuros aumentos de tarifas.

En un acto que marcó la primera visita del presidente de la Nación, Alberto Fernández, a Vaca Muerta, Nación anunció el lanzamiento del nuevo Plan Gas 4, un programa destinado a compensar una caída en la producción de unos 18 millones de metros cúbicos diarios que implica en su primer año una erogación de hasta 1491 millones de dólares, pero por el que las empresas deberán esperar unos días más hasta que se afine la letra chica y sea publicado.

Las proyecciones de producción de gas que elaboró la secretaría de Energía de la Nación son alarmantes dado que ya para el año que viene estiman que la producción caiga a apenas 101,5 millones de metros cúbicos diarios en el promedio anual, un valor que no se vio ni siquiera en 2012 ó 2014 cuando la producción promedio llegó a bajar a 113 millones de metros cúbicos diarios y marcó el lanzamiento de los primeros planes de incentivo.

La estimación nacional marca que sin el programa de incentivos la producción promedio diaria de 2022 caerá a 93,6 millones de metros cúbicos, a 86,4 en 2023 y a apenas 79,7 en 2024.

La contrapartida de esa caída es la disparada de las importaciones de gas natural licuado (GNL), una sangría de divisas que representaría pasar del volumen de este año que fue de 23,7 millones de metros cúbicos diarios, a 32,2 el año que viene, 40,1 en 2022, 47,3 en 2023 y 54 en 2024, en un escenario de una demanda clavada en 133,7 millones de metros cúbicos diarios.

El Plan Gas 4 no buscará por ello un salto en la producción sino frenar esa caída. La estimación realizada por Nación marca que para el año que viene la producción aún caerá, pero sólo hasta los 108,9 millones de metros cúbicos diarios, marcando un salto en las importaciones de GNL a 24,8 millones de metros cúbicos.

Para el 2022 se empezarían a ver los resultados positivos, con una producción promedio de 110,5 millones de metros cúbicos, de 112,2 para el 2022 y de 113,9 para el 2023, valores muy lejanos a los 134,9 millones de metros cúbicos que se produjeron el año pasado.

La necesidad de importaciones caería a la par de la recomposición de la producción permitiendo un ahorro en divisas de 5574 millones de dólares para el 2023 y de 9600 millones de dólares para el 2024, una diferenciación en años ya que el plan se estructuró a tres años con una renovación de un año que luego podrá ser anualmente extendida.

En lo que hace al ahorro fiscal, el plan proyecta que generará a 2023 un ahorro de 1172 millones de dólares y de 2500 para el 2024, con un aporte fiscal de hasta 1491 millones de dólares para el primer año, en tendencia decreciente hasta los 1073 en 2024, haciendo un total de 5062 millones de dólares.

Cómo serán los incentivos

En un escenario macroeconómico complejo, el nuevo Plan de Promoción de la Producción de Gas Argentino deberá afrontar el dilema de la sábana corta de los fondos del Estado, entre lo que es el pago de estos incentivos y las tarifas del servicio de gas.

Es por esto que el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, explicó en diálogo con Energía On cómo se formará el importe que recibirán las empresas y anticipó que el mismo dependerá de los aumentos de tarifas que se apliquen en los próximos años.

Martínez detalló que el plan comenzará con una licitación por un total de 70 millones de metros cúbicos diarios para los 365 días del año. En ese proceso “las empresas van a licitar su gas, con un precio tope de 3,70 dólares por millón de BTU, con dos incentivos: el precio más bajo que se ofrezca va a ser comprado primero por las distribuidoras y Cammesa, y además el precio más bajo tendrá el primer lugar para la exportación en firme”.

Con esas dos zanahorias el gobierno busca que las empresas oferten su gas a un menor valor que el tope, para reducir el monto a cubrir por parte del Estado.

La diferencia entre ese precio ofertado y el precio que se transfiere a tarifa es el plan en sí”, detalló Martínez y recordó que actualmente el precio promedio nacional es de 2,30 dólares por millón de BTU.

Aumentos de tarifas

En ese cálculo advirtió que “hoy las tarifas están congeladas pero veremos a partir del 31 de diciembre lo que se vaya transfiriendo”. Un pass trought en el que anticipó una nueva concepción de los subsidios a los usuarios.

Se va hacer un esquema tarifario tratando de que el que pueda pagar el costo lo pague, y subsidiando al que no, porque hay herramientas ahora, tenemos más bases de datos como el IFE y otras asignaciones, que son herramientas que antes no teníamos”, detalló.

Martínez remarcó que las subas tarifarias “se van a dar de manera muy gradual” –hoy hay un atraso estimado del 70%- y recordó que “el ministro (Martín Guzmán) dijo que acompañarían la inflación pero también van a depender de las RTI (revisiones integrales de tarifas) del Enargas y el ENRE”.

Si bien Martínez advirtió que “estamos ultimando los detalles. Yo tengo el borrador de decreto, pero está aún en el ministerio, en un trabajo interno”, también anticipó cómo será el empalme clave con los desarrollos que hoy reciben el anterior plan de estímulos, la Resolución 46.

El empalme va a ser el que preveía el plan desde un principio, que tiene una penalidad en función del porcentaje que van teniendo del precio”, contó. Pero advirtió que uno de los puntos no resueltos aún es la incorporación de Tecpetrol al programa ya que aseguró que “ninguna empresa podrá tener juicios abiertos contra el Estado”.

“Todos los planes piden la renuncia a reclamos judiciales así que estamos charlando esto, que todos entren pero cuidados con el esquema judicial porque Procuración no acepta que el acuerdo de resignación del juicio sea solo para adelante”, indicó Martínez en referencia al principio de acuerdo que había con la petrolera del Grupo Techint. Y detalló que “buscaremos en estos días una resolución con las empresas”.

Martínez advirtió además que si bien se había planeado que los incentivos sean estructurados a través de un fideicomiso, el nuevo plan “es un esquema de crédito fiscal, no es fideicomiso. Es un artículo que establece ese esquema y ese goteo lo cubre el Tesoro para que las provincias no pierdan coparticipación en caso eventual de un atraso en los pagos”.


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