Condena por un crimen que intentaron vincular con el adolescente de San Lorenzo
Le impusieron 11 años de prisión a Ricardo Fuentes por el asesinato de Esteban Bertotto. Cómo es la relación que se intentó establecer con el chico que intentaron matar en San Lorenzo.
Seisdedos y Pelosso. La defensa pública logró la impugnación de la sentencia.
«Estoy detenido hace diez meses de garrón, en el barrio todos saben que a Bertotto lo mataron (dio el nombre de su expareja) y su hermano», afirmó Ricardo Isaías Fuentes hace un mes, cuando lo declararon responsable del homicidio de Esteban Bertotto. Ayer el Tribunal le aplicó 11 años de prisión por el crimen ocurrido en Neuquén en 2017.
La acusación que lanzó Fuentes en aquel entonces involucró a un adolescente que en las últimas horas tuvo que huir del barrio San Lorenzo junto con su familia para evitar que sus vecinos lo asesinaran. Su vivienda fue incendiada y demolida a golpes de maza.
En la audiencia de ayer, la fiscal Sandra Ruixo pidió una condena de 12 años de prisión para Fuentes, mientras que los defensores públicos Natalia Pelosso y Leandro Seisdedos solicitaron el mínimo para el delito de homicidio, 8 años.
Los defensores dijeron que impugnarán la declaración de responsabilidad y la pena aplicada. La madre y la hermana de la víctima, que siguieron la audiencia por Zoom, hicieron claros gestos de disconformidad cuando escucharon la cantidad de años.
Sobre la presunta intervención del adolescente, nunca existió ni la menor prueba.
El hecho
El crimen de Bertotto (49) ocurrió el 23 de septiembre de 2017 a una cuadra del escenario de los graves incidentes de ayer, en el barrio San Lorenzo.
Según la fiscal Ruixo, Fuentes (30 años) y su novia (hermana del adolescente) pasaron la noche con él, bebiendo alcohol y consumiendo estupefacientes. Durante la mañana y mientras la mujer dormía, Fuentes golpeó en la cabeza a la víctima, quien de tan ebrio se encontraba casi en estado de indefensión.
El golpe y la falta de ayuda médica le causó la muerte.
La vivienda fue incendiada. El cuerpo de Bertotto apareció sobre la cama, maniatado y carbonizado. La fiscalía no pudo probar quién inició el fuego.
El imputado vendió un teléfono de la víctima. Ese hecho, el testimonio de su pareja y el de algunos vecinos fueron claves para condenarlo. Aunque para los jueces Daniel Varessio, Richard Trincheri y Gustavo Ravizzoli quedó la duda sobre la participación de su novia, y señalaron que la fiscalía debía investigarla.
Testimonio de las madres
La madre de Fuentes, que declaró en la audiencia de ayer, dijo que cuando su hijo formó pareja con esa joven empezó a consumir droga y perdió el trabajo.
En tanto la madre de Bertotto, quien declaró vía Zoom desde Rawson, leyó una emotiva carta. Entre lágrimas, lamentó que no pudo vestir a su hijo con la ropa que le compró «para el último viaje» porque el cuerpo estaba calcinado.
La defensora Pelosso argumentó que ese hecho no podía cargarse en la cuenta de Fuentes, porque la fiscalía no había podido demostrar quién inició el incendio. El Tribunal le dio la razón, aunque se mostró comprensivo del dolor de la madre de la víctima.
La hermana de Bertotto, en tanto, dijo que estaba en tratamiento psiquiátrico y psicológico desde el homicidio. La defensa no lo dio por probado, porque no declararon los profesionales que la tratan. En este caso, los jueces dieron por acreditado «el estado de dolor» de la mujer.
La fiscal Ruixo pidió que se tome como agravante que Fuentes «no tenía una dedicación socialmente útil. Lo dijo su madre, se dedicaba a la sustracción de objetos para vender y comprar fasos, se refería al consumo de marihuana».
Durante el juicio, la defensa intentó demostrar que Fuentes era incapaz de cometer un homicidio y que sólo tenía capacidad para robarle a su madre.
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