Condenaron a seis policías y cinco irán a prisión

Al suboficial Oscar Parodi le dieron 20 años y al sargento Ramón Leyva, 18.

ROSARIO (Télam).- Dos policías bonaerenses fueron condenados ayer a 20 y 18 años de prisión por haber asesinado a dos rehenes en la denominada Masacre de Villa Ramallo, otros cuatro efectivos recibieron penas de entre dos y diez años por haber disparado sin prever que podían matar inocentes, y un comisario inspector a dos años por no haber preservado la escena del crimen.

Asimismo, el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario, integrado por los jueces Laura Cosidoy, Santiago Harte y Otmar Paulucci, absolvió por el beneficio de la duda a un octavo uniformado que había llegado a juicio acusado de disparar y ordenó investigar a varios jefes policiales por la responsabilidad que pudieron haber tenido en el hecho o por falso testimonio.

De los siete condenados, sólo los cinco que recibieron las condenas más duras quedaron presos: Oscar Parodi, Ramón Leyva y Carlos Aravena -los tres exonerados este año y ya detenidos desde el año 2000-, y Ramón Sánchez y Sergio Susperreguy, quienes habían llegado al debate en libertad.

Los otros dos, Sergio Garea y el comisario inspector Omar Isaías, continuarán en libertad porque a ambos se los condenó a penas en suspenso.

Quien recibió la pena más dura, 20 años de prisión, fue el suboficial principal Parodi por el homicidio de Carlos Chaves, el gerente del Banco Nación de Villa Ramallo que el 16 de setiembre de 1999 fue asaltado por tres delincuentes que lo tomaron de rehén junto a otras cinco personas.

La pericia balística clave del juicio, realizada por Gendarmería, indicó que de su fusil FAL calibre 7,62 partió el balazo mortal que le perforó los pulmones a Chaves.

Con dos panes de trotyl colgados al cuello, el gerente conducía su Volkswagen Polo, cuando los delincuentes intentaron fugar con él, con su esposa Flora Lacave y el contador Carlos Santillán como escudos humanos.

Parodi pertenecía al Comando de Patrullas de San Nicolás y según lo acreditado en el juicio, disparó hacia el auto de Chaves desde el garaje de donde el auto había iniciado la fuga.

El sargento Leyva, del disuelto Grupo Especial de Operaciones (GEO), también fue condenado por homicidio, pero a la pena de 18 años de cárcel.

El peritaje determinó que de su FAL salió un balazo que entró por el respaldo del asiento trasero del rodado y le dio en el corazón al contador Santillán, que estaba sentado entre dos asaltantes. Tanto Chaves como Santillán tenían otro balazo que los forenses consideraron mortal -el primero en el corazón y el segundo en la cabeza-, pero como las pericias no pudieron identificar a los autores, sólo Parodi y Leyva fueron acusados de esos homicidios.

De los cuatro condenados por tentativa de homicidio, el cabo Aravena fue quien recibió la mayor condena, 10 años de prisión, porque las pericias revelaron que hirió en el pecho al contador Santillán.

Los otros tres condenados por el mismo delitos fueron el cabo primero Susperreguy, del Grupo Halcón, y el cabo primero Sánchez, del GEO, con penas de seis años de prisión; mientras que el sargento Garea, del cuerpo de Infantería, recibió dos años pero de prisión en suspenso.

 

Lloró y dijo que era inocente

ROSARIO (Télam).- El suboficial Oscar Parodi, condenado ayer a 20 años por el homicidio del gerente Carlos Chaves en la Masacre de Villa Ramallo, clamó por su inocencia entre llantos cuando era trasladado a su lugar de detención.

«Soy inocente, yo no disparé», alcanzó a gritar Parodi a la prensa desde el camión celular en el que era trasladado a la cárcel, donde permanecerá detenido hasta el año 2020.

Quien también dijo ser inocente pese a haber sido condenado por tentativa de homicidio a dos años de prisión en suspenso es el suboficial Sergio Garea. «Les puedo garantizar que yo no disparé esa arma y ante Dios quiero agradecer a mis hijas, a mi familia, a toda la gente que estuvo al lado mío y a los abogados por lo que hicieron, pero vemos que las cosas no fueron como tenían que ser, tendrían que haberme absuelto», dijo Garea al salir del tribunales, ya que su pena es en suspenso.

En tanto, la mujer y el hijo del gerente asesinado, se mostraron conformes con el fallo.


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