“¿Cuántas más? ¿Quién sigue?”

Es para preguntárselo: cuántas víctimas más tendrá que haber y cuál será la próxima. Seguramente la conocemos, probablemente en este mismo momento hay gente enterada de su situación, que luego comentará lo sucedido. Seguramente será víctima, como las anteriores. El domingo 8 de febrero encontraron en El Bolsón el cadáver de Coco, Jésica Campos, una joven mamá de Río Colorado. A más de dos meses del hallazgo no parece haber avances para esclarecer el caso y sancionar al responsable. Como la víctima no pertenecía a una familia pudiente o influyente es posible que la investigación se dilate y el trámite judicial no llegue a nada, o llegue muy tarde, cuando ya no sea eficaz. ¿Le han devuelto ya el cuerpo de la víctima a su familia? Porque ese fue otro sufrimiento adicional para ellos, además de tener que desplazarse a la zona andina, no sé si con algún apoyo oficial. El próximo 29 de marzo se hará algún acto conmemorando el aniversario de este pueblo. Seguramente se izará o se ostentará la bandera de Río Colorado. La autora de su diseño fue Coco, Jésica Campos. ¿Qué sentirán las autoridades en ese momento –las políticas, de toda clase y nivel, y judiciales, funcionarios, profesionales de distintas áreas; todos los que cobran y los que están para cuidar al pueblo, y todos los que estaban al tanto del peligro que corría Coco–? Como vecino y ciudadano de este pueblo, siento el deber de hacer una interpelación pública. Porque en su momento elegí Río Colorado como lugar de vida, para que mis hijos crecieran sin mayores peligros. Hoy no sé si haría la misma elección. Quiero preguntarles a nuestros legisladores, pues los tenemos nacionales y provinciales, nacidos o criados en este pueblo, si se han dado cuenta de que las leyes para proteger a las mujeres amenazadas de violencia forman una red de hilos rotos o flojos, por cuyos agujeros todo escapa. ¿Han pensado en esto? Los resultados están a la vista: repasen los casos de Río Colorado de los últimos años. ¿No habrá algo que está fallando en el marco legal y de procedimientos? Quiero preguntarles a los responsables del Poder Ejecutivo, local y provincial, si están al tanto de estos casos y, lo más importante, si los toman en cuenta para evaluar y corregir lo que vienen haciendo desde ministerios, secretarías, subsecretarías, direcciones, intendencia, gobernación. ¿Tienen este tema en consideración permanente y grave? Quiero preguntarles a nuestros funcionarios de la administración de la ley, el llamado Poder Judicial. Hay más de uno con jurisdicción y competencia en este pueblo y en torno a este tema, y entiendo que están muy bien pagos y que su tarea no los tiene abrumados. ¿Se dan cuenta de que hay algo que no funciona? ¿Perciben que ustedes también son parte de esa disfunción? ¿Qué está faltando: ganas, compromiso? ¿Será que al igual que nuestros políticos y legisladores están cumpliendo sus funciones como trámites, sin ocuparse de las personas? Quiero preguntarles a todos los profesionales de las áreas de salud y de contención social: sin duda sus protocolos son perfectos, pero ¿no será que algo está escapando de sus protocolos? Seguramente el expediente de Coco. Probablemente sus fichas aquí y allá estarán debidamente cumplimentadas. ¿No les parece que a la luz de lo sucedido –y no sólo con ella– hay que revisar su modo de hacer las cosas? Quiero preguntarles a los políticos locales, no sólo a los que en este momento nos gobiernan: ¿Tratan este tema como un motivo de preocupación grave, importante? ¿Tienen propuestas o proyectos con los que piensan afrontarlo? Los veo reunidos, en el café o en sus locales, deliberando con mayor o menor seriedad, ante la perspectiva de las próximas elecciones: ¿Estarán debatiendo esta cuestión, que hace al derecho a la vida de las mujeres jóvenes de nuestra localidad? O bien, si todas las respuestas a estas cuestiones son negativas, ¿tendremos que sentenciar que al fin de cuentas con la democracia hemos criado a una nueva oligarquía, que se ocupa antes que nada de sí misma y de turnarse en los cargos; y que ante cualquier reclamo válido ha adquirido la destreza de tirar la cuestión para el costado? Anticipo que todos y cada uno de los interpelados tendrá una respuesta pronta, de esas que nos aseguran que todo anda bien, aunque los hechos los estén desmintiendo cada día. Nos dirán que no hay recursos para tal cosa, que no hay lugar para tal otra, que la reglamentación se cumplió, que eso le incumbía a otro… Les digo que si no hay, si no se puede, si no sirve… es responsabilidad de ustedes. Quisiera que al menos por una vez digan en qué creen estar en falta y qué harán para resolverlo. Pero no sólo a ellos quiero preguntarles, sino también a nosotros mismos, como vecinos y ciudadanos: ¿Qué estamos haciendo frente a esta secuencia de víctimas? ¿Con qué criterios elegimos a nuestras autoridades? ¿Les estamos reclamando que cumplan con su deber fundamental, el de cuidar las vidas de su pueblo? Y nosotros como particulares, ¿creemos estar haciendo lo suficiente, lo necesario? ¿No tendremos que generar acciones e iniciativas? Veo que en Buenos Aires un grupo de profesionales y ciudadanos comunes ha formado una entidad civil para proteger a los niños de situaciones de abuso, ¿no será un ejemplo a seguir aquí? Voy por las calles de Río Colorado y ahora, cuando miro el paso de la gente, me pregunto cuál de esas jóvenes, quizás madres, será la próxima. Me dicen que anoche nomás una chica amenazada quiso suicidarse. No quiero pensar que hayan descuidado ocuparse de ella en alguna de las dependencias que están para eso. ¿Quién sigue? ¿Cuántas más? Ramón Minieri DNI 5.511.376 Río Colorado

Ramón Minieri DNI 5.511.376 Río Colorado


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