El artista roquense Néstor Confalonieri muestra su obra escultórica en Viedma
“Esperando un milagro” es la exposición con la que el escultor roquense llega por primera vez de manera individual a la capital rionegrina. Los trabajos se exponen en el campus de la UNRN.
Un recio tehuelche, un singular burócrata con una caparazón de tortuga como mochila, un malherido sujeto barbudo (¿Horacio Quiroga?) mordido por una yarará, un navegante en su barcaza y hasta una diosa romana, junto a tres objetos, acaso semillas, en ronda, contemplan. ¿Qué? Una flor, pero no cualquiera: una mutisia, flor silvestre de la Patagonia. Todos ellos esperan el milagro. ¿La flor? Quizás. O no.
El escultor roquense Néstor Confalonieri creó este universo de personajes en estado contemplativo, alrededor de una flor, particular en varios sentidos, de la que esperan algo. ¿Será su revelación un símbolo de esperanza o una última advertencia de la naturaleza? En Viedma está la respuesta. O no.
“Esperando un milagro” es la muestra que inauguró este viernes en el hall principal del Campus de la Universidad Nacional de Río Negro (Ruta Provincial N° 1 y Rotonda Cooperación) y que puede visitarse hasta el 30 de agosto, con entrada libre y gratuita.

Hecha de cinco obras figurativas y otras tres de características más bien abstractas, todas ellas talladas en madera, salvo la flor, que es de hierro, la muestra propone, en palabras del artista, “reflexionar sobre la presencia de una flor silvestre que emerge como una señal ante un grupo de personajes en actitud de espera. Esta imagen central invita a un profundo interrogante. ¿Será esta revelación un símbolo de esperanza, o una última advertencia de la naturaleza?”
Técnicamente, la obra reunida en esta muestra inédita “es un conjunto de esculturas de mediano formato en las que se destaca un estilo realista expresionista, donde la variedad de texturas guía la lectura de las formas. Están talladas en forma directa en maderas de algarrobo, paraíso y acacia, y también se incluye una pieza efectuada en hierro reciclado. La combinación de materiales refuerza el diálogo entre lo natural y lo intervenido, lo efímero y lo resistente, elementos clave en la propuesta”, destacó Confalonieri.
La muestra
“Esperando un milagro” reúne una serie de esculturas que Confalonieri venía desarrollando desde hace un tiempo y que en su mayoría, son de carácter figurativo. “Hay dos niveles o escalas”, explica el artista en un diálogo con Diario RÍO NEGRO. “En un primer momento están dos personajes observando hacia una composición abstracta que remite a la naturaleza. Una en particular, que es distinta al resto porque es de hierro, y que es una mutisia, flor nativa silvestre de la zona patagónica. Esa flor es una aparición, un objeto extraño que hay que descifrar. Las noticias que traen son buenas o no tan buenas”.
“En un momento me sugirieron que materializara eso que las esculturas, en la narrativa que había creado, estaban esperando y eso terminó siendo una flor silvestre».
Néstor Confalonieri, artista escultor
Hechas en madera, en su mayoría de algarrobo, algo de cedro y paraíso, excepto ala mencionada flor, “sus esculturas son más bien realistas, con algunos rasgos surrealistas o expresionistas”, las define el artista. “Quiero decir que imitan a lo real lo más posible pero sin dejar de lado que están hechas de un material que no tratan de disimular. El resto sí son más imaginativas diría o más de creación fantástica, abstracta”.
Sobre la elección del material y la talla, dirá Confalonieri que muchos tiene que ver con “los medios que me resultan más cómodos desde el punto de vista expresivo y de realización por velocidad, por un método de trabajo. Después, se genera una narrativa, pero en principio se busca la presencia de la escultura, lo simbólico de ella”.

En este sentido, Confalonieri identifica dos maneras de trabajar el proceso creativo. Una parte de la materia y la otra es la idea la que lo conduce a la materia. “La primera forma es qué me sugiere el material, el bloque, algún rasgo que veo que me interesa, un hueco, una forma particular, una veta que me inspire y oriente mi trabajo. La otras es tener la idea o imagen dando vueltas en la cabeza y buscar el material para construir esa pieza”.
Los protagonistas
A la deriva: un hombre barbudo, medio doblado como en cuclillas sobre una especie de barcaza.
Horas contadas: otro barbudo que aparece con una serpiente y algunos que otros elementos a sus pies. Está inspirado en un cuento homónimo de Horacio Quiroga, que narra el periplo selvático de una persona mordida por una yarará.
Vigía: un hombre tehuelche envuelto en la corteza del árbol de origen, que es una acacia. Está en una pose como contemplativa.

Transgénesis: grupo de tres esculturas, las más abstractas de la muestra. Una de ellas simula una semilla o una especie de planta carnívora, una esfera que se abre y que originalmente era la grieta de la madera. Las otras son menos identificables, más abstractas pero que la acompañan. Para mí son estadios de lo que puede llegar a ser una germinación o reproducción de una forma vegetal.
Pomona: diosa romana de la fruta, los árboles frutales, los jardines, que no tiene una contraparte griega. Está hecha en una combinación de planos, como atrapada.
La flor: es una mutisia, flor silvestre de la Patagonia y es un poco la resistencia a lo manipulado que puede estar el medio natural en pos de la producción, es un elemento que se sostiene y se declara por encima del resto: de 1,60 metros, es la obra más alta de la exposición.
El Gestor: tiene una especie de mochila o caparazón de tortuga y una ropa bastante clásica o vieja, para mi ese personaje es el que identifica las cosas, el que se mueve a un ritmo que no le conviene al resto. Está relacionado a la burocracia y está contemplando el suelo, un poco desconcertado.
En su periodo de creación, la mayoría de los personajes estaban en una pose particularmente contemplativa asociada con algún elemento de lo natural, recuerda Confalonieri. “En un momento me sugirieron que materializara eso que estaban esperando y eso terminó siendo una flor silvestre que es una señal que irrumpe en la escena. Es espera se ve justificada con el suceso, no sabemos del todo si es milagro o algo nefasto”.
La muestra está emplazada en Hall principal del Campus de la UNRN (Ruta Prov. N° 1 y Rotonda Cooperación). Puede visitarse hasta el 30 de agosto. Entrada libre y gratuita.
Néstor Confalonieri, biografía breve
Oriundo de General Roca, Néstor Javier Confalonieri cuenta con una destacada trayectoria de veinte años en escultura, dibujo y grabado, reconocida a nivel nacional e internacional en simposios, bienales y exposiciones.
En escultura se especializa en la talla de madera y piedra (mármol, travertino, granito, alabastro) en forma directa. Entre sus logros más notables, en 2022, su obra “Hidari”, tallada en madera de algarrobo en un lapso de tres días obtuvo el primer premio en la III Bienal Internacional de Esculturas de San Jerónimo del Sauce, Santa Fe. Confalonieri se formó en el Instituto Nacional Superior de Artes (INSA), donde se graduó como Profesor Nacional de Artes Plásticas con especialidad en Escultura y Grabado. Varias de sus obras en piedra, madera y cemento se exhiben en espacios públicos de diversas provincias argentinas como Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Río Negro, San Luis, y también en Frutillar, Chile.
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