También nevó tóxico en el Alto Valle: la historia de aquel Eternauta chacarero

Hace casi veinte años, tres artistas roquenses se imaginaron algo: cómo se habría vivido en Roca la nevada tóxica y la invasión de gigantes cascarudos alienígenas que el guionista Héctor Germán Oesterheld y el ilustrador Francisco Solano López situaron en la Buenos Aires de los años ‘50 en El Eternauta.

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En 2006, Guillermo Serafín, Néstor Confalonieri y Mario Diez se propusieron dibujar su propia versión de los hechos narrados en la legendaria historieta, pero situada en el Alto Valle. O lo que es casi lo mismo, un Eternauta (de) acá.

Aquella original idea se plasmó en una serie de diez dibujos reunidos bajo el nombre de “Mientras tanto… la invasión en el Valle”. Y fue en el marco de los 70 años de la Biblioteca Popular “Julio Argentino Roca”, que surgió la propuesta de preparar una muestra vinculada a la historieta para exponer en la sala Arenaza.

El Eternauta, publicada por primera vez en 1957, muestra una Buenos Aires inusual, invadida por extraterrestres y con sus habitantes conformando una resistencia ante el avance de esa civilización que no sólo los destruye, sino también los robotiza, para volverlos sus soldados.

Los artistas reinterpretaron la obra, mantuvieron la idea original de plantear las acciones en lugares cotidianos y conocidos, pero con la originalidad de situar los hechos en nuestra región. Si bien “Mientras tanto… la invasión en el Valle” no es una historieta, la serie de cuadros realizados en distintas técnicas, tienen una secuencia que comienza en Neuquén, con la fría nevada que presagia la invasión.

“Siempre existe el tópico de que cuando hay una invasión mundial, lo que importa es lo que ocurre en Estados Unidos, y te muestran solo lo que ocurre allí”, apunta Guillermo Serafín, en diálogo con Diario RÍO NEGRO.

“Hay una invasión a escala mundial y vos ves que la película todo el tiempo transcurre en Estados Unidos. En El Eternauta pasa algo parecido, es una invasión mundial, pero te muestra lo que pasa en Buenos Aires. Nunca ves ninguna situación que esté por fuera de la Capital. De algún modo, Oesterheld reproduce esa misma centralidad. Entonces nosotros hicimos lo mismo. Dijimos, bueno, Oesterheld entra con la misma historia de Estados Unidos, nosotros vamos a hacer nuestra versión del Eternauta, pero imaginando cómo se hubiera dado acá en el Valle y en nuestro tiempo”.

En los dibujos aparecen un Ko-Ko destruido, la plaza céntrica roquense y los puentes sobre el canal Grande que conectan con el norte de la ciudad, la esquina del diario RÍO NEGRO y los puentes que unen Neuquén y Cipolletti, entre otras referencias.

La geo(re)localización de El Eternauta también incluyó a su protagonista: el Juan Salvo de acá, que era un obrero de las chacras. “Hay una especie de secuencia dibujada donde hay un chacarero fumigando, empieza la nevada mortal y siente la explosión de un choque en la Ruta 22, entre un Ko-Ko y varios autos. El trabajador rural se salva, porque, al estar fumigando en la chacra, tiene el traje aislante puesto. Es la misma estructura que el original, porque en El Eternauta ocurre eso: están jugando al truco y se salvan porque estaban todos dentro de un departamento”.

Otro aspecto incluido fue la característica de los cascarudos invasores: a diferencia de los originales, acá son voladores por estaban inspirados en la carpocapsa.

Este miércoles se estrena la versión audiovisual de la novela gráfica El Eternauta. Protagonizada por Ricardo Darín, la serie de seis episodios estará disponible por la plataforma de streaming de Netflix.