«Hijas mirando al infierno», una obra para conocer el teatro desobediente y oscuro de Neuquén
Dos niñas se conocen luego de que un compañero de colegio fuera acusado se asesinar a sus padres. Lo más interno de sus almas y sus miradas del mundo de las niñeces e infancias aparecen en escena.
Rebeca y Natacha son dos niñas comunes, o por lo menos hasta lo que pueden demostrar. El asesinato de sus propios padres cometido por su compañero de colegio, Simón Alopardi, las lleva a transitar por realidades subterráneas de niñeces y adolescencias que introducen a espectador a plantearse miles de interrogantes, a través de lo que se denomina «teatro desobediente». Si te animás a que te pasen cosas, tenés que ver la obra «Hijas mirando al infierno». Teatro rionegrino y neuquino en su perfecta conjunción.
Como prueba de ello, llegará a escena este domingo, a partir de las 21.30 en Deriva Teatro la obra «Hijas mirando al infierno», una versión libre de la producción de Angélica Liddel y Pierina Ragadali, como un modo de explorar el arte disidente. La pieza va encajando en lo que tradicionalmente se define como teatro de la crueldad, del absurdo, de la oscuridad. Pero según una de las actrices que interpretan «Hijas mirando al infierno», va un poco más allá de eso.
La versión adaptada de la obra original fue armada y puesta en escena por las actrices Iara Alfaro y Pierina Ragadali, como un proyecto para recibirse en la carrea de Artes Dramáticas. Luego de obtener el título de grado, la presentaron por primera vez en Roca y fue allí donde encontraron que había que trasladarla a otros espacios de la región.
En el marco de una investigación experimental, las actrices comenzaron a indagar un mundo del que habían leído mucho pero poco de todo eso había «atravesado sus cuerpos» sobre el escenario. «Sabíamos que era una propuesta trasgresora porque si bien es grotesco se acerca mucho al teatro de la crueldad. Fue muy impactante sobre porque hubo que transitarlo a través de nuestros cuerpos», comentó Iara.

Las intérpretes ubican su obra en lo que denomina el «teatro desobediente» que significa ni más que menos que ir contra todo aquello que se imponga como un modelo estandarizado, contra un sistema que anuncia cómo tienen que ser las cosas. Desde lo estrictamente teatral «es un teatro que habla desde las vísceras, que se mete donde supuestamente no hay que meterse. es una obra que jode con lo que no hay que joder. En este caso, es una obra con la cual no queremos que el espectador vaya a verla y no le pase nada», explicó la artista.
Quiénes son Rebeca y Natacha
Ambas niñas se conocen en el funeral del niño asesino y generan una fascinación por la forma que tiene Simón de revelarse ante el mundo adulto. Una manera que encuentra para dejar de ser un niño oprimido y de dar vuelta una situación egocentrista del mundo desde el modo de ver de un niño.
Ese es un primer pantallazo porque según explicaron las actrices, «la obra no se centra en la mirada del niño, si no que va a interiorizare en las prácticas de esas niñas a través de lo que en sus mentes y en sus cuerpos sucede y a las heridas que esas niñas comparten y les hacen creer que la única salida es esa».
En medio de ese derrotero de pensamientos propios de esas dos pequeñas, aparece un dato más. Simón, luego de su crimen, termina suicidándose. Pero tampoco la obra pone el foco en eso. «Van a ir apareciendo testimonios de adultos que rodean a los niños y algo se revela. Datos que remiten al vínculo que él tenía con sus padres, su manera de relacionarse con ellos y con el mundo adulto», agregó Iara. Pero para saber más hay que visitar el próximo domingo Deriva Teatro y ser parte de la experiencia.

Se podría como un plus agregar algo que regaló una de sus protagonistas. En el transcurso de la obra aparecerán retazos de familias absolutamente disfuncionales y todo lo que pueden contar esas niñas siendo atravesadas por familias que transitan situaciones complejas. Todas las situaciones se pueden ver allí.
Luego se podrán en escena todos los mecanismos a los que pueden recurrir las niñeces y adolescencias para entender, aceptar o no y lograr generar técnicas de autodefensa. Y allí la obra plantea lo disruptivo, lo trasgresor.
Dónde y Cuando ver "Hijas mirando al infierno"
La obra «Hijas Mirando al infierno» se presentará el domingo a las 21.30 en Deriva Teatro, ubicado en calle Sarmiento 841 de la ciudad de Neuquén. Las entradas generales tienen un valor de 10.000 pesos, para estudiantes el costo es de 8.000 pesos y en puerta se podrán adquirir a 12.000 pesos.
La pieza que es una versión libre de la obra de Angélica Liddel, es interpretada por Iara Alfaro y Pierina Ragadeli.
Rebeca y Natacha son dos niñas comunes, o por lo menos hasta lo que pueden demostrar. El asesinato de sus propios padres cometido por su compañero de colegio, Simón Alopardi, las lleva a transitar por realidades subterráneas de niñeces y adolescencias que introducen a espectador a plantearse miles de interrogantes, a través de lo que se denomina "teatro desobediente". Si te animás a que te pasen cosas, tenés que ver la obra "Hijas mirando al infierno". Teatro rionegrino y neuquino en su perfecta conjunción.
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