Un actor para siete personajes: Pompeyo Audivert trae su impresionante «Habitación Macbeth» al Alto Valle

Pompeyo Audivert adaptó el clásico de Shakespeare para un solo actor, que él mismo lleva a escena de manera extraordinaria. “Habitación Macbeth” se presentará este fin de semana en Neuquén, Roca y Cipolletti. Su creador se entrevistó con Diario RÍO NEGRO.

Un hombre camina solo por la playa desierta. Habla y gesticula. No está solo: siete personajes lo habitan mientras camina por la playa desierta. Es pleno invierno y el mundo atraviesa una cuarentena que pone en duda todo. Y el que hombre camina solo, que habla y gesticula, teme quedar como un loco. “Todos lo estábamos”, (se) dirá después.  

Pompeyo Audivert, el hombre que camina solo por una playa fría y desierta hablando y gesticulando, no hace otra cosa que encontrarse con los siete personajes que lo habitarán. O, lo que es los mismo, que él había decidido alojar dentro suyo en un experimento teatral extraordinario: se estaba convirtiendo en “Habitación Macbeth”.  

Esta pieza para un solo actor sobre “Macbeth”, el clásico de William Shakespeare, una versión creada durante el encierro pandémico provocado por el coronavirus, circunstancias en las cuales Pompeyo Audivert supo que el único teatro que quedaba en pie era su propio cuerpo. 

“Habitación Macbeth” llega este fin de semana al Alto Valle para una serie de funciones: este viernes, a las 21, en Casino Magic (Planas 4005, Neuquén) este sábado, a las 20:30, en Casa de la Cultura (9 de Julio 1043, Roca); y el domingo, a las 20, en Complejo Cultural Cipolletti (Fernández Oro 57, Cipolletti). Las entradas están disponibles en boleterías de las salas y, por sistema, a través de entradauno.com. 

En un extenso diálogo telefónico con Diario RÍO NEGRO, Pompeyo Audivert, actor, director teatral, dramaturgo y docente de destacada trayectoria en teatro, cine y televisión, habló del proceso de producción de Habitación Macbeth, de cómo hizo para ser habitado por siete personajes y de cómo fue que uno de ellos no pertenece a la obra original ni a Shakespeare terminó siendo parte de la su Macbeth. 

P: ¿Qué es Habitación Macbeth?  

R: Es el intento de llevar el fenómeno de la actuación a un grado de exposición de su condición sobrenatural, paranormal. El intento de poner a funcionar una máquina d actuación primitiva y sagrada transformando a un cuerpo en el habitáculo de encarnaciones d todos los personajes de una obra. Por eso le puse Habitación Macbeth, porque es un cuerpo habitado por los personajes de la obra de Shakespeare.  

Es una obra que surge en la pandemia y en ese momento que yo sentía que era prehistórico o post histórico en el sentido que había una suerte de suspensión del mundo, todos estábamos en nuestras cuevas con nuestras familias y, en esas condiciones, me aparece esta idea de que el único teatro que queda en pie, para mí, es mi propio cuerpo. Entonces, fue ahí que decidí avanzar con una vieja fantasía que traigo desde siempre que es al de hacer una obra yo solo.  

De algún modo, siempre que hago teatro trato de poner de manifiesto asuntos de base de la máquina teatral. El teatro antes de recubrirse con alguna ficción, alguna dramaturgia, tiene como operación sagrada sus propias temáticas de base. El teatro es una máquina que sondea identidad y pertenencia a una escala extra cotidiana. Siempre que hago alguna obra hago también ese señalamiento al respecto de la operación teatral y esto sucede a través de ciertos procedimientos formales con los que voy haciendo el montaje, con los que establezco un modelo de actuación, de puesta en escena, de luces. Y en este caso, esa máquina teatral queda muy revelada por el procedimiento de ser un solo cuerpo habitado por todos estos personajes.  

Entonces, Habitación Macbeth es un unipersonal sobre Macbeth donde queda manifestada la condición sobrenatural del fenómeno teatral y del fenómeno de la actuación.  

“La obra es muy austera, llevamos la escenografía en valijas”, dice Pompeyo Audivert.

P: ¿Por qué elegiste Macbeth para llevar a cabo aquella fantasía de hacer una obra vos solo?  

R: Porque la obra Macbeth trabaja sobre varias cuestiones de ese momento de la pandemia, y que siguen muy vigentes, y que tienen que ver con una sospecha existencial, con la idea de que estamos siendo de algún modo digitados o manejados por fuerza sobrenaturales, oscuras en este caso, que nos manejan como si fuéramos piezas de un teatro. Es una idea muy shakesperiana y muy griega. Esas fuerzas en la obra de Shakespeare están muy manifestadas en Macbeth, que es una metáfora de lo converso, del que se transforma en lo contrario a lo que era luego de haberse cruzado con unas brujas que lo interceptan a su regreso de ganar una batalla para su país y lo vuelven un criminal compulsivo. Hay algo de todas esas cuestiones que la obra tramita y que a mí me resultan muy interesantes y actuales, cada vez más actuales, al compás de los sucesos históricos y nacionales. Me parecía que era la obra ideal para este propósito.  

«De algún modo, siempre que hago teatro trato de poner de manifiesto asuntos de base de la máquina teatral».

Pompeyo Audivert

P: ¿Cómo fuiste construyendo esos personajes que vos mismo ibas a interpretar de ese modo tan particular?  

R: Fue un trabajo en la adaptación de poda, de ir dejando la obra en sus personajes esenciales, Macbeth, lady Macbeth, Banquo y las tres brujas. Me parecía que con estos personajes bastaban para que la obra se mantuviera intacta en sus sentidos y en sus asuntos. Y, una vez que pude reducirla a estos personajes, lo que hice fue destilar en la reescritura de esos parlamentos algunos asuntos poéticos que me parecían las traducciones no habían podido poner a la luz. Fue así como me dediqué a una suerte de reescritura sobre la escritura de Shakespeare. En una inspiración profundamente shakesperiana y al servicio de los sentidos que trabaja Shakespeare me permití agregar algunas cosas que me parecía que estaban mal traducidas, me permití trabajar con intertextualidades de poetas que a mí me interesan mucho y que yo sentía que podían aportar a ciertos parlamentos, algunas palabras que los hicieran más luminosos en sus sentidos, así fue que se trató de escribir sobre la escritura de Shakespeare intentando traer cierta poética que estaba opacada por las traducciones a la superficie. Fui muy fiel al planteo shakesperiano, siempre mi propósito fue que la obra quedara muy a salvo de esta versión esta adaptación, que la obra mantuviera vivos todos sus sentidos y creo que eso lo he logrado.  

“Me aparece esta idea de que el único teatro que queda en pie, para mí, es mi propio cuerpo”, apunta el dramaturgo.

P: ¿Cómo fue trabajar cada personaje dentro tuyo, para que el espectador entienda el cambio de unos a otros siempre en el mismo cuerpo?  

R: Yo vengo trabajando desde hace muchos años en mi laboratorio de Teatro el cuervo sobre una técnica de actuación teatral vinculada a la composición, al cuerpo como una maquina compositiva y al cuadro escénico también como una maquina compositiva. Entonces, el trabajo que hice fue llevar mi cuerpo en términos formales de composición a las condiciones físicas de esos personajes. Definir compositivamente cada cuerpo y cada voz porque las voces también parte del fenómeno compositivo.   

Una vez que tuve definidos cada uno de esos cuerpos, el cuerpo de las brujas, el de lady Macbeth de Banquo y de Macbeth, sus voces, sus ritmos, comencé a establecer un plan de secuencias, una forma en que se irían sucediendo los cuerpos en los diálogos, una forma en que eso va aconteciendo en sus despliegues sucesivos. Y en ese plan de contingencias de los personajes, en la secuencia de la obra, fueron empezando a destilar, puertas adentro de mí, esa composición, sus asuntos de interioridad, quiero decir que fue un trabajo de afuera hacia adentro. Primero, construí las físicas compositivas, las voces. Toda esa interioridad fue naciendo en el proceso de ensayo.   

Fue un trabajo formalista que desató después un campo de interioridad muy potente ya que día a día, y todavía hoy, sigue habiendo novedades en las internas dramáticas de esos seres.  

Pompeyo Audivert protagoniza Habitación Macbeth.

P: ¿Te funcionó desde un principio este proyecto? Porque no deja de ser un experimento teatral lo que pensaste en su momento.  

R: Tuve dudas desde el principio. Cuando me apareció esa idea también me apareció el miedo de si no me estaba trastornando y si no era desmesurada. Como estábamos en una pandemia sentía que había legitimidad para un propósito desmesurado ya que la situación misma lo era. Es cierto que si no hubiera una pandemia yo no me habría animado a hacerlo porque es muy arriesgado y si sale mal uno quedo mal parado porque pareciera ser también un acto de soberbia.  

Dudé de si se entendería, de si podría llevarlo adelante, dudé sobre si valía la pena poner en peligro mi trayectoria para un propósito así… pero todas esas especulaciones quedaron a un lado. Porque también hay algo que reconozco en mí y que es que cuando algo me empieza a ganar desde un costado que no este de este mundo sino de otro lado yo tengo que ceder a eso porque así han nacido las obras más importantes en las que he estado. Siguiendo esa intuición a la que hay que responder en las cuestiones artísticas me dejé ganar por ellas y puse mi cuerpo a su servicio y avancé en esa pandemia haciendo grandes caminatas tratando de memorizar la letra sobre la playa, en ese invierno con el viento de Mar del Sur donde yo estaba y todo ese paisaje fue muy inspirador. Me permití hablar en voz alta en esas caminatas, me imagino que si alguien me miraba ahí habrán pensado que estaba loco, pero todos lo estábamos (risas) Después en el living de mi casita en el mar del sur hice la puesta en escena. Luego volví a Buenos Aires y con Claudio Peña, que me acompaña con el violoncelo terminé de hacer el montaje.  

Habitación Macbeth es un unipersonal sobre Macbeth donde queda manifestada la condición sobrenatural del fenómeno teatral y del fenómeno de la actuación».

Pompeyo Audivert

P:¿Cómo es la puesta en escena?  

R: En un costado está Claudio Peña con su cello. Estoy yo solo con muy pocos elementos, muy básicos, y la luz, que juega un papel fundamental: se vuelve escenografía. Son luces muy precisas que marcan muy claramente el borde de oscuridad. Hay mucho movimiento, el cuerpo no está parado en un punto, tiene muchas posiciones que van jugando con estos objetos, un caballete con un espejo, un trono, un espejo grade y un púlpito. Es muy austera, llevamos la escenografía en valijas.  

Pompeyo Audivert protagoniza Habitación Macbeth.

P: Hay un personaje que no es de esta obra ni de Shakespeare, sino de Samuel Beckett, ¿cómo se te ocurrió incorporarlo a esta obra?

R: Sí, se trata de Clov, un personaje de la obra “Final de partida”, de Samuel Beckett. Cuando yo ya estaba mostrando los ensayos generales a mis amigos en mi estudio, en los apagones donde yo cambiaba las cosas de lugar parda la siguiente escena, yo no podía producir una oscuridad total porque entraba la luz de afuera por unas cortinas y se me veía a mi cambiando los objetos. Y a mí me daba mucha incomodidad que se me viera porque era como romper con el encantamiento del cuerpo habitado.

Aparecía yo y no me gustaban. Entonces, para que eso no sucediera comencé a actuar físicamente un personaje que de inmediato reconocí como el personaje de Clov, de una obra que yo ya había hecho, ese cuerpo reapareció ahí y se convirtió en el cuerpo que se encargaba de producir los cambios de escena. Es un personaje como todos los de Beckett, afásico no sabe quién es, no sabe dónde está ni de dónde viene.

En esta obra es apenas un mecanismo teatral que puede llevar a delante estos cambios escénicos y me pareció que era muy conveniente al concepto de la obra en el sentido de que dotaba a todo ese planteo del cuerpo habitado de un último remitente, de quien es el cuerpo que origina toda esta maniobra teatral y es un cuerpo beckettiano, es Clov.

Es el encargado de sostener la llama de Shakespeare y esa es su única función. Todas las noches volver a representa, el solo, toda la obra. Ese servidor de escena que aparece en los cambios, que entona un cantito en un idioma inventado es el último remitente del acto de Habitación Macbeth, es el que hace todo, y eso a mí me llenó de tranquilidad porque pude llenar el círculo de la significación y del concepto de un trabajo así. Clov, el personaje becketiano con todo lo que eso significa, es el que hace la obra. Beckett y Shakespeare tienen muchos puntos de contacto. Me pareció perfecto ese cierre del trabajo y la aparición de Clov al borde del estreno. 


Ficha técnica

Actúan: Pompeyo Audivert
Música: Claudio Peña
Vestuario: Luciana Gutman
Escenografía: Lucia Rabey
Diseño de luces: Horacio Novelle
Redes Sociales: Micaela Borlasca, Verónica Costa
Música original: Claudio Peña
Fotografía: Santiago Martinelli Massa, Bernabé Rivarola
Diseño web: Verónica Costa
Diseño gráfico: Micaela Borlasca, Verónica Costa
Asistencia: Iván Altschuler, Verónica Costa, Marta Davico, Mónica Goizueta
Producción ejecutiva: Marta Davico, Mónica Goizueta
Dirección: Pompeyo Audivert

Funciones y venta de entradas

Este viernes, a las 21, en Casino Magic (Planas 4005, Neuquén) este sábado, a las 20:30, en Casa de la Cultura (9 de Julio 1043, Roca); y el domingo, a las 20, en Complejo Cultural Cipolletti (Fernández Oro 57, Cipolletti).

Las entradas están disponibles en boleterías de las salas y, por sistema, a través de entradauno.com. 


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios