Daniel Olea: “Sin fútbol me estoy volviendo loco”

El cipoleño es uno de los técnicos más experimentados de la región y sufre el parate como pocos. Actualmente en San Patricio, con el que ascendió a la A de Lifune en 2019, el DT busca otro trabajo mientras dure la inactividad.

Daniel Olea es un apasionado del fútbol. En cada equipo que dirige se mete de lleno y le dedica gran parte de su vida. Con la actividad frenada, el parate se le hace difícil en lo económico y lo anímico, como a muchos otros protagonistas del deporte. Quizás a él, por cómo lo siente, incluso un poco más que al resto.

“Me estoy volviendo loco, necesito una cancha urgente para descargar y canalizar todo”, expresó el entrenador en diálogo con Río Negro.

El técnico, actualmente en San Patricio, reconoció que está en búsqueda de otro trabajo para hacer mientras esté parado el fútbol. A diferencia de la mayoría de los futbolistas del plantel a los que el club les dio trabajo como parte del vínculo, lo de Olea era una dedicación exclusiva como DT. 

“Mi señora me aguanta en este momento. Casi siempre estuve en el fútbol pero también trabajé en el comercio familiar, de chofer y de administrativo. Me junté hace un par de años, tuve una nieta, son cosas que te hacen pensar en el futuro y poner los pies sobre la tierra”, comentó el cipoleño.

La situación es compleja para muchos de sus colegas y los próximos meses no serán fáciles.

“Hablo continuamente con los técnicos de la zona, estamos todos en la misma queremos acatar lo que dice el gobierno pero estamos en una encrucijada no sabemos cuando va a arrancar, se nos ha puesto difícil”, expresó.

Respecto a su relación con el equipo de El Chañar, señaló: “Estamos charlando, uno sabe cómo está la situación del club, los dos ponemos de nuestra parte”.

Olea llegó en 2019 a un club que estaba en la Lifune B pero ya tenía la mira puesta en la A. Quedó segundo en la tabla general y ascendió a la principal categoría. El Bodeguero jugó una gran Copa Neuquén donde alcanzó los cuartos de final. Ganó siete partidos, empató dos y perdió uno. 

Con esa base y algunos refuerzos de categoría se preparó para la A de Lifune este año, de la que solo se pudo jugar la primera fecha hasta el momento.

“Veníamos en un muy buen momento después de la copa, fuimos los primeros en empezar la pretemporada el 6 de enero”, evaluó el técnico.

“Es un proyecto a dos años, primero el objetivo es mantener la categoría. También estoy cerca de las inferiores, yo cuando trabajo lo hago full time, colaboro con las demás categorías”, agregó.

Olea también estuvo en Maronese, Catriel y las formativas de Cipolletti. Sus primeros pasos fueron en el Albinegro, como ayudante de Domingo Perilli. Pero su gestión más recordada es en Deportivo Rincón. En el León logró el ascenso a primera y cuatro títulos, 3 Copas Neuquén y un Torneo Oficial. 

“Probé 144 jugadores y armé un equipo que salió varias veces campeón. Muchos aún no entraron en razón lo que fue el crecimiento de Rincón”, destacó el entrenador.

Lejos de la rivalidad que suele haber en el fútbol, el DT se saca la camiseta y aboga por el bien de todos. “Quiero que a todos los equipos de la región les vaya bien y jueguen torneos nacionales, para que crezcan las ligas de acá. Faltan dirigentes de vocación, los que están le ponen la mejor, pero faltan más”, analizó.

Para un hombre tan ligado al fútbol, los meses sin acción se hacen eternos. Volver al ruedo es una necesidad económica y también mental.


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