Debaten el rol de la Policía en un caso de vejaciones

La defensa solicitó la absolución y pidió que se dejen de “politizar” estas causas.

BARILOCHE (AB).- “Ya te voy a agarrar, te voy a cagar a trompadas y te van a encontrar muerto en el medio del lago”. Con esas palabras, según la acusación fiscal, el sargento de la Policía de Río Negro Juan Carlos Arriola amenazó a Juan Manuel, luego de que lo subiera con otro policía a un patrullero, donde el imputado lo golpeó y le causó lesiones leves. El chico tenía entonces 13 años y los policías lo interceptaron alrededor de las 12.30 del 1 de noviembre de 2010 en la diagonal Capraro, frente a una conocida mueblería. Ayer, casi cinco años después, se hizo el juicio contra Arriola. El fiscal Martín Lozada sostuvo la acusación por el delito de vejaciones contra el policía y pidió un año y seis meses de prisión de ejecución condicional y el doble de tiempo de inhabilitación para desempeñarse como policía. La abogada por la querella, Marina Schifrin, en su carácter de apoderada de la madre del chico, solicitó el máximo de la pena: 6 años de prisión efectiva y el doble de inhabilitación. El defensor particular Mario Altuna solicitó la absolución por la falta de pruebas, porque no se comprobó que el hecho existiera. El imputado negó haber golpeado al chico y aseguró ante la Cámara Criminal Segunda que le quieren arruinar la carrera. El tema de fondo que se discutió durante el debate fue el rol de la Policía en un Estado de derecho. Lozada planteó en su alegato que a los policías “les corresponde ejercer de agentes de pacificación de la conflictividad intersubjetiva y social, objetivos que tan sólo podrán ser alcanzados mediante el respeto de la legalidad vigente, sin desprecio de sus límites y sin aprovecharse del monopolio del uso de la fuerza para fines ilegítimos”. Advirtió que “hay una hermandad profesional para que no se perjudique a un compañero”. Pidió que se investigue por falso testimonio al policía que acompañó a Arriola en el procedimiento. Altuna criticó a la querella, pero sobre todo a Lozada. “Politizan y hablan para la barra”, señaló Altuna. “Si continuamos con esta clase de persecución a la Policía, vamos a llamar un día al 911 y si lo están violando en su casa le van a decir que lo disfrute porque vamos a ir en tres años”, planteó. Juan Manuel iba con un amigo cuando ocurrió el hecho y fueron señalados por el dueño de un restorán, que está ubicado en cercanías de Capraro y Elordi, como los responsables de haber causado disturbios en el interior del local. También habían protagonizado un incidente en un local de venta de pasajes de una empresa de transporte de larga distancia.

Toncek Arko

Arriola en la audiencia de ayer. La sentencia se conocerá el 14 de este mes.


BARILOCHE (AB).- “Ya te voy a agarrar, te voy a cagar a trompadas y te van a encontrar muerto en el medio del lago”. Con esas palabras, según la acusación fiscal, el sargento de la Policía de Río Negro Juan Carlos Arriola amenazó a Juan Manuel, luego de que lo subiera con otro policía a un patrullero, donde el imputado lo golpeó y le causó lesiones leves. El chico tenía entonces 13 años y los policías lo interceptaron alrededor de las 12.30 del 1 de noviembre de 2010 en la diagonal Capraro, frente a una conocida mueblería. Ayer, casi cinco años después, se hizo el juicio contra Arriola. El fiscal Martín Lozada sostuvo la acusación por el delito de vejaciones contra el policía y pidió un año y seis meses de prisión de ejecución condicional y el doble de tiempo de inhabilitación para desempeñarse como policía. La abogada por la querella, Marina Schifrin, en su carácter de apoderada de la madre del chico, solicitó el máximo de la pena: 6 años de prisión efectiva y el doble de inhabilitación. El defensor particular Mario Altuna solicitó la absolución por la falta de pruebas, porque no se comprobó que el hecho existiera. El imputado negó haber golpeado al chico y aseguró ante la Cámara Criminal Segunda que le quieren arruinar la carrera. El tema de fondo que se discutió durante el debate fue el rol de la Policía en un Estado de derecho. Lozada planteó en su alegato que a los policías “les corresponde ejercer de agentes de pacificación de la conflictividad intersubjetiva y social, objetivos que tan sólo podrán ser alcanzados mediante el respeto de la legalidad vigente, sin desprecio de sus límites y sin aprovecharse del monopolio del uso de la fuerza para fines ilegítimos”. Advirtió que “hay una hermandad profesional para que no se perjudique a un compañero”. Pidió que se investigue por falso testimonio al policía que acompañó a Arriola en el procedimiento. Altuna criticó a la querella, pero sobre todo a Lozada. “Politizan y hablan para la barra”, señaló Altuna. “Si continuamos con esta clase de persecución a la Policía, vamos a llamar un día al 911 y si lo están violando en su casa le van a decir que lo disfrute porque vamos a ir en tres años”, planteó. Juan Manuel iba con un amigo cuando ocurrió el hecho y fueron señalados por el dueño de un restorán, que está ubicado en cercanías de Capraro y Elordi, como los responsables de haber causado disturbios en el interior del local. También habían protagonizado un incidente en un local de venta de pasajes de una empresa de transporte de larga distancia.

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