Barracas-Patronato: arbitrajes salidos de un cuento de Fontanarrosa
Año 2022 y los escándalos siguen a la orden del día en todas las categorías. En primera, incluso con televisación y VAR. Patronato, la última víctima.
La penosa actuación de Baliño, una película repetida en el fútbol argentino.
El fútbol argentino es un cuento del Negro Fontanarrosa constante. En lo bueno y en lo malo. Así como se vive de manera distinta respecto del resto del mundo, también pasan cosas con los arbitrajes que, incluso en la ficción, son difíciles de imaginar.
El último capítulo se vivió el martes a la noche en el partido que cerró la fecha 10 de la Liga Profesional donde Barracas “le ganó” a Patronato 2 a 1 en cancha de All Boys.
Los fallos de Jorge Baliño en complicidad con Diego Abal y el inefable Diego Ceballos desde el VAR fueron escandalosos por acumulación. Varios de ellos con “errores” técnicos graves y otros más discutibles. Pero más allá de los criterios, el arbitraje fue tendencioso porque Baliño cobró todo para Barracas.
Hubo sanciones insólitas en favor del local como la del tiro libre del último gol o la infracción del final del primer tiempo. Ni hablar del tiempo adicionado: el juez tardó 4 minutos en ver la repetición de la acción de gol anulado a la visita y penal para el local, y después solamente adicionó 4’, cuando era para dar el doble, mínimo. A las faltas lejos de las áreas que inclinaron la cancha como si fuera un metegol, se sumaron las polémicas que hicieron explotar el escándalo.
La expulsión de Nicolás Castro en el primer tiempo fue correcta pero formó parte del mismo arbitraje. Difícil pensar que Baliño hubiese expulsado a algún jugador de Barracas en una acción invertida. El gol anulado del primer tiempo a Patronato es la típica jugada que el VAR encuentra cuando busca mucho y siempre sanciona para el mismo lado. Un fuera de juego que nadie de Barracas pidió y se lo dieron igual.
A Ceballos en el VAR se sumó Claudio Tapia en uno de los palcos. El presidente de AFA gobierna a gusto y placer. Cabe recordar que su club, Barracas, llegó a primera con un cúmulo de arbitrajes bochornosos a favor tanto en la B Metropolitana como en la B Nacional.
Las declaraciones posteriores de Baliño y del jefe de los árbitros, Federico Beligoy, forman parte del mismo cuento que podría haber escrito el artista rosarino.
“El primer gol está bien anulado porque es offside. Las cuatro decisiones tomadas por el VAR están bien sancionadas. Esto empieza con una desinformación periodística en la primera jugada. Desde la transmisión y el banco de suplentes se dijo que era un escándalo el offside cobrado, y estuvo bien sancionado. Nosotros usamos el VAR para darle herramientas al árbitro, cuando estemos preparados y la AFA lo crea conveniente pasaremos los audios del VAR”, dijo Beligoy.
“Estamos tranquilos con como se trabajó. Las decisiones que influyeron en el partido fueron correctas. Todo es materia opinable pero lo que se resolvió en cancha estuvo bien. En lo trascendente se tomaron decisiones correctas y no influimos negativamente en el resultado final”, señaló Baliño.
Puro cinismo. Esto no fue solamente un mal arbitraje. Errores son aquellos que se cometen para los dos lados y se reconocen. Para Baliño, Beligoy y compañía, el arbitraje estuvo bien y no influyó en el resultado.
O sea, a Patronato no solamente le sacaron el triunfo en un partido de 6 puntos sino que además los “locos” son los jugadores y el cuerpo técnico por reaccionar ante la injusticia. De hecho, los cuatro jugadores detenidos post partido volvieron ayer por la noche a Paraná. Los demoraron en un país donde si hay algo que no funciona es el combo seguridad-justicia, pero para estas cosas los muchachos siempre están atentos.
De ninguna forma se puede justificar la violencia “per se”, pero las reacciones deben ser comprendidas en un contexto. Si pretendemos un deporte más o menos justo, no puede valer lo mismo el cinismo arbitral que un equipo que busca un resultado de forma legítima.
Porque, además, Baliño venía de no cobrar un penal muy claro para San Lorenzo contra Barracas en la misma cancha cinco fechas antes. El nivel de “siga, siga” es total.
👉El penal por agarrón a Bareiro que ni Baliño ni el VAR le dieron a #SanLorenzo ante #BarracasCentral
— Liga Argentina de Futbol ✪ (@LAF_Mundial) July 3, 2022
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A la gestión de Tapia no le preocupa ser ni parecer. En el ascenso estas cosas pasan todo el tiempo pero sin televisación ni VAR, con lo cual la impunidad es aún mayor. Hay clubes a los que de visitante no se les podía ganar e incluso eran beneficiados por “errores” en finales. Los ejemplos son varios en estos años como Güemes de Santiago, Bolívar y en la región pasó con Deportivo Madryn.
Lo padecieron Cipolletti, Deportivo Roca en el Federal A e Independiente de Neuquén en el Regional Amateur, solo basta con charlar un rato con protagonistas de aquellas batallas donde el resultado estaba puesto antes de jugar.
Ni hablar de otros caballos del comisario como el Deportivo Riestra de Stinfale y demás.
Así como en los cuentos de Fontanarrosa, la pasión sigue existiendo y la pelota, manchada y todo, sigue rondando. La cuestión es hasta cuándo, porque el cóctel de escándalo y violencia asoma peligroso para los involucrados en una sociedad crispada donde mucha gente espera la mínima chispa para dañar al prójimo.
Ceballos, el de los "errores" increíbles
Diego Ceballos protagonizó uno de los arbitrajes más escandalosos de la historia contemporánea del fútbol argentino. Fue pieza clave en la consagración de Boca en la final de la Copa Argentina ante Central en 2015. Cobró penal sobre Peruzzi por una falta dos metros afuera del área y todavía se lo recuerda.
Aquella AFA era de Luis Segura y Daniel Angelici, presidente de Boca, ponía árbitros a gusto en plena avanzada del macrismo al poder a nivel nacional. En un primer momento fue alejado del arbitraje, pero de a poco Beligoy y compañía lo fueron metiendo de nuevo y el martes fue parte del VAR que perjudicó a Patronato.
En el fútbol argentino hay “errores” que en vez de ser castigados son premiados.
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