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Boca, del escándalo al despojo

Mientras el fútbol argentino arranca hoy una nueva fecha, los ojos siguen puestos en el club que maneja Juan Román Riquelme desde la vicepresidencia y donde la tensión crece.

El día a día de Boca parece una novela guionada con distintos capítulos. El último empate sin goles contra Racing es una historia con diferentes momentos que dejaron mucha tela para cortar.

Sin dudas, los dos extremos más calientes ocurrieron en el entretiempo, con el episodio boxístico entre Darío Benedetto y Carlos Zambrano, y en el final con el penal no cobrado por Fernando Rapallini tras la mano alevosa de Jonathan Gómez.

Los protagonistas de la pelea camino al vestuario del Cilindro de Avellaneda no realizaron declaraciones públicas, pero las heridas del defensor en su rostro a la vuelta de los vestidores fueron la clara evidencia.
Después del cotejo, Hugo Ibarra reconoció que hubo una discusión pero le quitó dramatismo diciendo que siempre hay discusiones en los planteles profesionales porque “es fútbol”.

Que un hecho de violencia de este tipo ocurra en un grupo de futbolistas no es algo inédito pero tampoco es diario. Y en Boca esto se suma a la sucesión de discusiones, conflictos y roces ventilados entre entrenadores, jugadores y dirigentes.

Ayer pasó por la concentración Juan Román Riquelme, vicepresidente del club y responsable principal de las decisiones que hoy se toman en la institución. Según se filtró desde el propio plantel, Román habría dicho: “Le faltaron el respeto al escudo. Si están buscando que los puteen, lo van a encontrar. Si quieren odiarse de lunes a sábado, perfecto. Los domingos, hermanos”.

Más tarde se supo que Zambrano y Benedetto no formarán parte de la convocatoria del partido de mañana contra Central, en La Bombonera, por la fecha 14 de la Liga Profesional.

Para colmo, cuando el equipo mejoró con los ingresos de Luis Vázquez, Luca Langoni, Cristian Medina y Esteban Rolón, el Xeneize fue despojado de un penal muy claro. Fernando Rapallini fue llamado por Andrés Merlos y Fernando Espinoza desde el VAR, pero el juez principal decidió que la clara mano de Jonathan Gómez no era penal porque, según dijo, “no hubo intención”.

En esa acción, desde Racing consideran la plancha de Sebastián Villa sobre Gómez, imagen que el VAR nunca brindó porque fue registrada por una cámara de ESPN que no forma parte de la transmisión oficial. El colombiano se tiró con los dos pies para adelante, pero esa infracción nunca estuvo en discusión para el equipo arbitral.

Las evidencias visuales de las que dispuso Rapallini le daban herramientas para cobrar penal, pero el juez se amparó en su criterio para considerar que no había intención de Gómez de tocar la pelota como lo hizo.

Desde lo futbolístico, Boca es un equipo de local y otro de visitante. Contra la Academia salió, otra vez, a ver qué pasa y no perdió por la falta de efectividad del rival y la actuación de su arquero, Agustín Rossi.

Mañana contra Central, en terreno propio, seguramente la postura sea otra, pero más allá de la actitud de los jugadores, en el Xeneize se ve una carencia de liderazgo desde la dirección técnica de Ibarra y una cadena de errores de la dirigencia que comanda Riquelme.

Por caso, cabe recordar que fue esta gestión la que decidió la vuelta de Benedetto y la incorporación de Zambrano.


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