Desvaríos

Mar del Plata

Leer en los diarios del domingo sobre los beneficios de una “alternancia” de gobierno sin cuestionar siquiera la intención que subyace a este planteo, los pactos previos, o cuánta impunidad se negocia, preocupa.

Llamar desde todas las filas, esas que a fuego de discordias provocadas escindieron a toda la sociedad en manojos de iras, a una “integración” igualmente forzada para la foto de asunción presidencial, en la que todos deberán ser amigos, amables y dichosos de vivir en un país que disfraza su intolerancia, asquea.

Con los datos “reales” de un escrutinio definitivo escondidos, esos que prometen una notoria variación al resultado provisorio de votación distanciando aún más a vencedores de vencidos, con un responsable del gobierno ausente y un aspirante electo al cargo ocupado en autoponderar su gloria, la realidad de la gente, la pobreza, el hambre, siguen a la deriva, sin meta, sin rumbo, sin solución.

Es sabido que pasada toda votación las promesas y la gente se olvidan, pero si van a convocarla nuevamente para que esta vez se abracen simulando una utópica igualdad y sorteando la abismal herida que en la sociedad generaron a cambio de alguna dudosa victoria, sepan que la gente ya ha perdido y que no está dispuesta a no ver el daño que ambos rivales le generaron.

No era un juego de pelota, ni una competencia por ver quién esquiva mejor a la Justicia, pero eso es lo que fue y lo que queda.

¿Alternancia? No gracias. ¿Integración? Nunca desde la mentira.

Karina Zerillo Cazzaro

DNI 21.653.863


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