Discriminaciones del obispo Croxatto

Cipolletti

En el reportaje de este diario al obispo Fernando Croxatto con motivo de la encuesta del Conicet que mostraba la pérdida de feligreses de la Iglesia Católica sobre la que no tuvo respuesta, afirmó, en cambio, que se debía prestar atención a “los sin religión” pues son personas que “han perdido la esperanza”.


La declaración del obispo formulada con el tradicional lenguaje apocalíptico de los religiosos puede entenderse, ante esa disminución de fieles, como una suerte de promoción propagandística del principal producto que la Iglesia promueve como premio a su adhesión: la esperanza de la salvación y la vida eterna, parte sustancial del mito religioso.


Por el contrario “los sin religión”, como nos llama el obispo , más conocidos como ateos o agnósticos , negadores de la existencia de Dios o ajenos a ella, no justificamos algo tan irracional como lo religioso que se funda en mitos como que un DIOS haya sido el creador de la Tierra y del Hombre y todo de la nada y solo por la palabra , algo que no resiste a la razón válida.


En cuanto a la ausencia de esperanza en los ateos y demás no creyentes no es así. Por el contrario, la esperanza está presente pero la vemos como sinónimo de confianza por algo que se pueda realizar, que sea racional aunque en algún momento parezca utópico: por ejemplo el anhelo por mejoras en la condiciones del país, por una sociedad más justa e igualitaria, en fin por cosas o hechos posibles y concretos a realizarse en esta vidala única que tenemos y conocemos.


Pero volviendo a las expresiones del obispo no podemos dejar de señalar la evidente impronta discriminatoria que contienen, en línea con las ideas de un fundamentalismo religioso que felizmente va quedando fuera de época.

Carlos Segovia
DNI 7.304.065


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