Dónde es y cómo está la “zona de conflicto” en Villa Mascardi

Hay una enorme superficie de lotes públicos y privados en ese sector diseñado por Bustillo, pero el conflicto se circunscribe a una franja de unos dos kilómetros sobre la ruta nacional 40.

Menos de cuatro kilómetros separan la orilla sur del lago Gutiérrez del extremo norte del Mascardi; y sin embargo las aguas de uno van a parar al Atlántico y las del otro, al Pacífico. Así de separadas están las cosas en la zona que Exequiel Bustillo pensó con una villa en la primera mitad del siglo pasado, con un loteo que repartió tierras entre familias de Buenos Aires que sus descendientes conservaron o vendieron y que hoy son parte de una ocupación que reivindica el derecho mapuche sobre esos territorios.

Villa Mascardi es una amplia zona con eje en la unión de ese lago con otro, el Guillelmo. Los nombres de ambos rinden tributo a los jesuitas que llegaron desde Chiloé hace tres siglos. Hay lotes diseminados en ese enclave que nunca llegó a ser lo que Bustillo planeó, un lugar de veraneo como Villa Traful o Villa La Angostura.

Pero el conflicto está planteado en un espacio bastante acotado de esa inmensidad que rodea el lago Mascardi por el este y el sur. Son los lotes ubicados sobre la ruta nacional 40, desde la estación de servicios del Automóvil Club Argentino, a lo largo de unos dos kilómetros.

Hacia el oeste está el lago y en lo alto del cerro, hacia el este, están los dominios de Parques Nacionales.

La mayoría de los lotes, que en general son de 100 metros de frente por 350 o 400 de largo, pertenecen al Estado nacional, por fuera de Parques. De hecho, la denominada Lof Winkul Mapu se inició en uno de estos lotes, pegado al Automóvil Club.

Aun siendo del Estado, una escuela técnica del barrio Villa Real de la ciudad de Buenos Aires disfruta desde 1961 de un “campamento” llamado Suyai Ruca. Los dueños de las propiedades atacadas en estos últimos tres años sostienen que este lugar nunca fue blanco de agresiones.

Hacia el sur está el viejo hotel IOS, donde en 2016 el entonces ministro de Ambiente Sergio Bergman anunció la conformación allí de una escuela de guardaparques. El proyecto nunca tuvo ni siquiera presupuesto, como apunta Juan Fergus Greham, propietarios de uno de los terrenos ocupados. Y hoy está tan vandalizado que cuesta pensar que algo de la estructura pueda servir para algo.

Greham es propietario del primer lote privado en la zona caliente. Se llama La Escondida y está a nombre de su esposa, Magdalena Giménez Tournier, cuyo hermano Luis fue integrante del directorio de la Administración de Parques Nacionales durante la presidencia de Mauricio Macri.

Greham vive en Buenos Aires, como casi todos los propietarios privados de los lotes de ese sector. En general, son familias que pasan el verano en Mascardi, en medio de un paraíso y a minutos de un supermercado.

El Obispado de San Isidro es uno de los que tienen un lote privado en la zona. Es más pequeño. Las autoridades eclesiásticas hicieron una denuncia penal por la destrucción de las edificaciones.

La Unión Personal Superior de Gas del Estado consiguió también que el Estado le diera tierras en el lugar. Son dos lotes que también sufrieron la vandalización de las edificaciones.

La Cristalina está inscripta a nombre de Catalina Frutos. El que denunció el incendio de la vivienda es Diego Frutos, también con residencia en Buenos Aires.

Mercedes Josefina Olivera es la propietaria de Los Radales. La compró junto a su esposo Luis Dates hace relativamente poco, a un familiar.

Dates conserva por ahora el control territorial de su propiedad, aunque fue objeto de ataques incendiarios. Su lote es por ahora el límite de la acción destructiva.

Comunicados atribuidos a los mapuches allí instalados niegan los ataques pero las denuncias se multiplican. La presidenta del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), la rionegrina Magdalena Odarda, le manifestó a Río Negro que hay infiltrados en esa zona que buscan generar un caos pero negó que estén dentro de la comunidad que reivindica el territorio.

Diálogo y mayor presencia policial

El gobierno nacional insiste en el diálogo como método de resolución, a través de los organismos que intervienen en el conflicto, pero a la vez reforzó las medidas de seguridad sobre la ruta nacional 40 tanto hacia el norte como hacia el sur de la zona tomada.

Gendarmería Nacional y la Policía de Río Negro tienen puestos de control que toman registro de todos los vehículos que transitan.

Nadie sospecharía que se trata de una zona de conflicto si no viera los carteles de reivindicación mapuche y hasta una especie de muñeco, a modo de espantapájaros, que colocaron en una alambrada cercana a la ruta.

Camino al siglo

1943
fue el año en el que la Administración de Parques Nacionales decidió ofrecer a la venta los lotes de Villa Mascardi.

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