Dos de los juicios atrasados por la pandemia terminaron con condenas en Neuquén

Los imputados son Mérgola, por el crimen de Rodríguez, y Vivas y Piccioli por la muerte de Quirulef. En la primera de las audiencias hubo incidentes con el acusado, a quien condenaron a 11 años.

Maximiliano Mérgola fue condenado hoy a 11 años de prisión por el homicidio de Daniel Rodríguez, mientras que a Franco Piccioli y Walter Vivas los declararon responsables del asesinato de Antonio Quirulef. Los hechos ocurrieron el año pasado en fechas y lugares distintos, pero la pandemia del coronavirus provocó que tuvieran un punto en común.

Mérgola podría haber quedado en libertad el 9 de julio pasado, mientras que a Piccioli y Vivas les correspondía ese beneficio en agosto. Los respectivos juicios en contra de estos jóvenes se retrasaron por la pandemia, y los tres cumplieron un año en prisión preventiva, el máximo permitido por el Código Procesal Penal. En consecuencia debían otorgarles la excarcelación.

El 26 de junio entró en vigencia la ley 3234, o «Ley Gerez», que permite en casos excepcionales extender la prisión preventiva hasta 9 meses más. Se aplicó a los imputados, los juicios se hicieron, y fueron condenados.

El homicidio de Rodríguez (36) por el que fue condenado Mérgola (20) ocurrió el 9 de julio de 2019 en Montevideo y Santa Cruz. Hoy fue la audiencia de imposición de pena, con la mayoría de las partes presentes en la sala, y se registró un incidente con el imputado.

Primero declaró como testigo una de las hermanas de la víctima, Lorena, quien relató el terrible impacto que significó el homicidio para la familia.


«No podemos creer lo que nos pasó»


El lugar del homicidio, ocurrido el 9 de julio de 2019. (Gentileza)

«No podemos creer lo que nos pasó, no entendemos por qué le hicieron algo así. Él no se metía con nadie, era respetuoso, bueno, re tranquilo, era amante de los animales, era sano, se preocupaba por el que necesitaba algo, siempre sonreía. No entiendo por qué le hicieron algo tan atroz», dijo.

Daniel era padre de un niño y sufría problemas de alcoholismo, pero tenía planes para el futuro. El motivo por el cual lo asesinaron nunca se supo.

La defensa de Mérgola, a cargo de Elio García, citó a tres testigos: la madre de su hijo, la cuñada y un amigo. Su objetivo era demostrar que es un buen muchacho pero con problemas de adicciones.


Estrategia fallida


La estrategia falló. Los testigos fueron reticentes, respondieron con monosílabos, y la fiscalía reveló que Mérgola tenía prohibido acercarse a su expareja y a su hijo porque había cometido actos de violencia contra ella. La convivencia duró tres meses.

Además se comprobó que al momento del homicidio, no estaba bajo el efecto de ninguna sustancia.


Insultos


Para completarla, en medio del alegato de la fiscal Eugenia Titanti el imputado comenzó a insultarla, también a los jueces, y fue retirado de la sala por la custodia. No es la primera vez que se comporta así en una audiencia.

Tras un cuarto intermedio, el defensor anunció: «le expliqué a mi asistido que no puede tener esa conducta. Él se comprometió a no vituperar, quiere seguir en la sala, pero yo no pongo las manos en el fuego».

Con Mérgola en la sala y bajo estrictas medidas de seguridad, la audiencia siguió. Titanti describió como atenuantes la edad y la falta de antecedentes, y como agravantes el desprecio por la vida humana evidenciado por Mérgola, la brutalidad del ataque, y que jamás demostró arrepentimiento. Pidió 14 años de prisión.

La querella ejercida por Alejandro Bustamante adhirió, y la defensa pidió el mínimo por homicidio simple: 8 años. «Se trata de un muchacho joven, que ha cometido algún error llevado por las circunstancias», argumentó García.


Veredicto unánime


Por unanimidad, el tribunal integrado por Estefanía Saulí, Mauricio Zabala y Fernando Zvilling le impuso 11 años de prisión.

Tuvo en cuenta todos los agravantes señalados por la parte acusadora y también los atenuantes, con un añadido: que sólo terminó la primaria, «y el contexto de violencia en el que se crió. Hasta los padres exhibieron violencia en la audiencia», señaló el Tribunal.


El crimen de Quirulef


Respecto de Vivas y Piccioli, en una audiencia realizada a continuación fueron declarados responsables del homicidio de Antonio Quirulef, ocurrido el 1 de agosto de 2019 en el barrio San Lorenzo.

En este caso el Tribunal estuvo integrado por Ana Malvido, Patricia Lupica Cristo y Federico Sommer. La fiscal fue Eugenia Titanti, y los defensores Verónica Zingoni y Gustavo Palmieri.

Quirulef recibió un balazo en la cabeza a las 5:40 de la madrugada en la vía pública. Junto con otras dos personas, había ido a comprar droga al por menor a la casa de los imputados.

Se produjo una discusión, y cuando la víctima se alejaba fue alcanzada por un balazo. Los dos imputados dispararon, y fueron declarados responsables como coautores.

La pena se fijará en una próxima audiencia.


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