Arnaldo Bocco: “En el año 2026 el ajuste recaerá sobre el sector privado”
ENTREVISTA │ El catedrático y ex director del Banco Central refirió a la economía en la primera mitad de mandato de Javier Milei. Ponderó el rol de México y Brasil, estimó que China es la ventana al futuro, y afirmó que Argentina debe comenzar a mirar al mundo.
El balance de un año económico convulsionado, tiene claroscuros en materia financiera, monetaria y cambiaria. A ello se refirió en diálogo con RÍO NEGRO el economista y ex director del Banco Central, Arnaldo Bocco.
PREGUNTA: ¿Cómo evalúa la economía de Javier Milei?
RESPUESTA: El enfoque que siguió el Gobierno de estabilización no convencional, colocando como vector de la economía el equilibrio fiscal, no tiene antecedentes. Ni siquiera en el peor momento de Maastricht en Europa, se eligió como ajuste el sistema fiscal. En ese marco, haber logrado mantener el equilibrio trajo confianza en determinada clase de agentes económicos que veían que esa era una salida. Hoy mirado dos años después, no fue una salida, porque la inflación no es baja, al lado de cualquier país latinoamericano estamos muy por encima.
P: La apertura es la contracara de esa ecuación ¿Es sostenible?
R: Es lo que padece cualquiera de las industrias que hoy está en la tapa de los diarios. El impacto en el sector textil, o la importación de productos usados, que afecta a la provisión de maquinaria agrícola. Ojo con la importación de automotores. Si bien es importante un sistema de precios compatible con el mundo, estás afectando el nivel de actividad. En un par de años tendremos una industria automotriz raquítica, cuando con otro tipo de cambio, Argentina competía internacionalmente desplazando a sus competidores, que eran las mismas fábricas que están en Argentina, pero que no podían colocar en México camionetas al mismo valor que Argentina. Hoy ese mercado se cierra.
P: ¿Es factible volver a crecer?
R: Esa premisa es válida en el largo plazo. Hoy Argentina está estabilizada en un punto de retroceso. Hay un ejemplo que siempre doy: en los años 60 Argentina tenía el 24% del PIB latinoamericano, hoy tenemos el 8% y somos cuartos o quintos en el continente. Eso implica un estancamiento grande en el tiempo. Como contracara, Brasil tenía un producto bruto que era más chico que el de la Argentina en los años 70 y hoy es casi ocho veces más grande que el nuestro.
La oposición sigue manejando con el espejo retrovisor, pensando que todo lo que hizo en el pasado está bien, cuando lo que hace falta es mirar hacia adelante para darse cuenta que el camino es por otro lado.
P: El apoyo al gobierno ¿se funda en la baja de la inflación?
R: Ese apoyo se dio bajo la órbita de una inflación controlada, que no es tan controlada, porque el 2,5% mensual proyectado te da una cifra muy importante. No es un almuerzo gratis hacer un ajuste por encima del costo de los servicios públicos o de los combustibles, que influyen en la canasta de bienes y deprimen los salarios. Pero además, el votante medio ve que frente al gobierno no hay nada. La oposición sigue manejando con el espejo retrovisor, pensando que todo lo que hizo en el pasado está bien, cuando lo que hace falta es mirar hacia adelante para darse cuenta que el camino es por otro lado.
P: ¿La ventana de Overton se corrió a la derecha en Argentina?
R: Lo que se corrió hacia la derecha es toda una visión geoestratégica de alineamiento internacional. Los únicos dos países con los que la Argentina tiene relaciones diplomáticas (ni siquiera económicas)relevantes, son Israel y Estados Unidos. Y después pequeños países que a la Argentina le suman poco. Tengo la sensación de que el problema real es que la Argentina no discute qué pasa en el mundo, somos egocéntricos. La realidad argentina se discute como si el mundo comenzara en nuestro ombligo y terminara en nuestro ombligo. Y el resto del mundo va avanzando. Con ese norte, no vamos a tener nunca un buen diálogo con las potencias emergentes de la región, que son Brasil y México.
P: ¿El RIGI es una búsqueda al respecto?
R: Los que vienen a invertir con el RIGI, son los argentinos que tienen recursos locales o afuera, y utilizan mecanismos legítimos para traer sus recursos e invertir en sectores o cadenas de valor que les parece importante controlar. Uno alienta el ingreso de capitales extranjeros en minería, oil & gas, o infraestructura, pero nosotros estamos muy atrasados, la línea de puertos de la Argentina es antiquísima. Vas a una reunión internacional y ves que hay representante de todos los países de la región y no hay un ministro o un empresario de la Argentina. Uno llega a China y sabe cómo es el mundo en 2050, te encontrás más cerca de 2050 que de otro lugar.
P: ¿En qué cosas se ve el futuro en China?
R: Se ve en la obra pública, en los automotores, en ser el productor mundial de las 10 principales cosas que valen la pena hoy en el mundo a nivel valor, hierro, acero, automotores, químicos, farmacéuticos, textiles. Es probablemente la economía número uno del mundo.
P: ¿China es un país comunista?
R: Voy periódicamente a China, desde la época de China no era lo que es. China es un país comunista, con un partido único, con un comité central que elabora los destinos de los planes quinquenales. Va por el décimo sexto plan quinquenal de los últimos 100 años, con una tarea extraordinaria en términos ingenieriles y científicos. Sucede que es un socialismo de mercado. Son cosas distintas: China siempre quiso que se lo determinara sin mucha precisión como una economía de mercado, pero lo que no quiso nunca es ser un país rico y que lo obligaran a pertenecer al club de los más grandes.
P: ¿Se ha revertido el proceso de desinflación en Argentina?
R: Para el año 2026 yo veo una inflación en torno al 2% mensual, no menos que eso. El problema este año es que será tan sencillo tener empatados ingresos y gastos. Ya más recortes no se puede hacer en el sector público, o quizás sí, generando conflictos. Pero me parece que el gran perjudicado por el ajuste en 2026 será el sector privado.
China es un país comunista. Va por el décimo sexto plan quinquenal de los últimos 100 años, con una tarea extraordinaria en términos ingenieriles y científicos. Uno llega a China y sabe cómo es el mundo en 2050. Sucede que es un socialismo, pero de mercado.
P: Finalmente el gobierno cedió y deberá acumular reservas…
R: Es una pelea que el FMI venía perdiendo con el gobierno y que ahora logró encauzar. El 2026 tiene vencimientos por US$ 17.000 millones como mínimo, sin contar las provincias. Es evidente que Argentina tiene que comprar dólares. De hecho no hay ninguna economía que no convierta su excedente comercial y su ingreso de capitales, en reservas. Miremos Brasil, que es el país con las reservas más altas de Sudamérica. O Perú, que tiene US$ 100.000 millones de reservas, siendo una economía más chica, más frágil y menos diversificada que la Argentina.
P: El gobierno afirma que el ingreso de capitales traerá un tipo de cambio real bajo ¿Qué opina?
R: Este tipo de cambio no es incentivo de ingreso de inversores extranjeros, porque es muy caro producir en la Argentina. Con este tipo de cambio, el salario es casi tan alto como en países más avanzados para un empleo homogéneo comparativo. Con un costo de vida que a lo mejor empieza a ser alto, con gastos corrientes que para las empresas son altos, con un valor de los combustibles que es alto. Para el inversor extranjero el costo argentino empieza a ser muy alto, o sea que las inversiones no van a venir. Es lo que pasó con muchas empresas que se fueron porque no hay mercado, y muchas se van a ir este año.
P: ¿Vaca Muerta es una excepción?
R: En sectores como oil & gas o minería, hay una combinación de actores con mucha eficiencia, con empresas que salen al mundo y consiguen mucho dinero. Emiten una ON y se la sacan de las manos. Pero eso tiene un límite en la medida en que Argentina no ajuste los precios relativos y la infraestructura. La minería es un ejemplo. Tenemos Josemaría en San Juan, la segunda mina de cobre, oro y plata más grande del mundo, con potencial exportador y capacidad de emplear 4.000 personas. El problema es que trabaja a 4.200 metros sobre el nivel del mar y no tiene rutas. Vos le decís a un inversor del extranjero que apueste y te responde “mirá, si no me hacen las rutas, yo me cruzo la frontera a 10 km y produzco en Chile. El cobre no se va a ir de acá, espero unos años y veo”.
Perfil
Arnaldo Bocco es economista (Universidad Nacional de Córdoba), máster en economía (Flacso) y Ph D en economía política (York University).
Fue director del Banco Ciudad de Buenos Aires (1998 -2001), presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (2002-2004), y director del Banco Central (2004-2010).
Es consultor del BID, Banco Mundial, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de UNICEF, con vasta experiencia en economía aplicada y el desarrollo.
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